Djam
Sinopsis de la película
Djam es una joven griega que se marcha a Estambul, enviada por su tío Kakourgos, un antiguo marino y entusiasta de la música rebética, para buscar una pieza única que le falta a su barco. En Turquía, la joven griega conoce a Avril, una chica francesa de diecinueve años que está sola y sin dinero y que ha venido a Turquía como voluntaria para ayudar a los refugiados. Djam, joven generosa, insolente, imprevisible y libre, decide ocuparse de la chica hasta llegar a Mytilène. Empieza un viaje lleno de encuentros, música, camaradería e ilusión.
Detalles de la película
- Titulo Original: Djam
- Año: 2017
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
6.6
76 valoraciones en total
A veces, leyendo las críticas de los profesionales, siento que en su mayoría se trata de sujetos constipados. O de espectadores de un partido de fútbol que no son hinchas (fans) de ninguno de los dos equipos… Y por supuesto, el resultado suelen ser sentencias arrogantes, descalificadoras, insensibles o innecesariamente comparativas.
Djam es una emotiva película que subsume en un clima nihilista, de perdedores que también pueden ser ricos en acervo cultural. Gentes que -como la mayoría- padecen el sistema de dominación que atrapa sus vidas con permanente desencanto o frustración. Y al mismo tiempo es un film de afectos, amor a la música, danza y espontánea disposición solidaria entre necesitados. Poco me ha interesado hurgar en qué le falta y más en qué sensaciones me deja. Y en este caso, eso se traduce en empatía con personajes que transmiten sentimientos comunes entre las mayorías. Además, cuenta con una actuación soberbia de una muchacha -Daphne Patakia- que me retrotrajo a la joven Liv Ullmann, aunque sin el tortuoso psico hielo nórdico protestante, sino con una vitalidad mediterránea arrolladora.
¿Es una gran película? Quizás no tanto, pero sí buena, de continuas situaciones sorpresivas -y hasta delirantes- que arrastran al espectador sin prejuicio a participar de una especie de road movie que termina sobre el mar, el mismo mar al que se lanzan tantas almas desesperadas de una región del mundo que antes contaba con un orden social impuesto y más tarde destrozado por las potencias occidentales, empujando a sus poblaciones a un nuevo y violento escenario de desorden errático, exiliado…
En síntesis: geográficamente lejos de Europa Oriental y el Levante, Djam me ha resultado un interesante, informativo y emotivo film de un director en cuyas obras está siempre presente algo de su espíritu gitano. Lo recomiendo.
Djam es nombre de mujer. No de mujer fatal o de devorara de hombres. Ni siquiera destaca por ser excesivamente sensual, pero es una mujer con todo lo que ello implica. En realidad, es ella y la música, mejor dicho, el baile. Lleva la música en el alma y el baile en el cuerpo, de forma inseparables y a pesar de ello, no es quizás una gran bailarina.
Djam, la protagonista de este film, es una chica de habla francesa y de ascendencia griega, que encontrándose en la tierra de sus ancestros es enviada a Estambul por su tío para recuperar una pieza de motor que podría hacer conseguir hacer arrancar al viejo motor del barco que tiene el tío como última solución al desahucio de su modesto restaurante con que la amenazan desde el banco.
Ya que Djam, la película, va también sobre eso, sobre la grave crisis económica que asuela las tierras helenas, y también un poco de refilón sobre la llegada de los refugiados a suelo insular griego, que viene al caso por la historia de esa chica francesa con quien traba amistad la protagonista, perdida ella en la inmensidad de Estambul.
Pero no nos engañemos, Djam va sobre la música griega, esa forma de arte que impregna el carácter griego, esa forma de melancolía que mira al futuro desamparado pero no derrotado, de eso va este film francés que vi en tierras galas, tierras donde el cine en gran pantalla se mantiene también altivo ante un futuro muy incierto.