The Crown (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2016-Actualidad). 4 temporadas. 40 episodios. Basada en la exitosa obra de teatro de Peter Morgan, The Audience , cuenta la historia de la actual reina de Inglaterra, Isabel II, y de la relación entre dos de las direcciones más famosas del mundo: el Palacio de Buckingham y el número 10 de Downing Street, con las intrigas, amores y maquinaciones detrás de los eventos que forjaron la segunda mitad del siglo XX. Dos casas, dos cortes, una corona. Cada temporada trata las rivalidades políticas e intrigas personales durante una década del reinado de Isabel II y explora el delicado equilibrio entre su vida privada y la vida pública. La primera temporada comienza con una princesa de 25 años que se enfrenta a la abrumadora tarea de dirigir la monarquía más famosa del mundo, al mismo tiempo que forja una relación con un dominante Primer Ministro curtido por la guerra: Winston Churchill.
Estreno 5ª temporada en Netflix: noviembre 2022
Detalles de la película
- Titulo Original: The Crown
- Año: 2016
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
7.7
20 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alex Jennings
- Andy Sanderson
- Beau Gadsdon
- Ben Daniels
- Ben Miles
- Charles Dance
- Claire Foy
- Clive Francis
- Daniel Ings
- David Rintoul
- David Shields
- Derek Jacobi
- Dominic West
- Eileen Atkins
- Elizabeth Debicki
- Emerald Fennell
- Emma Corrin
- Geraldine Chaplin
- Gillian Anderson
- Greg Wise
- Harriet Walter
- Harry Hadden-Paton
- Helena Bonham Carter
- Imelda Staunton
- Jared Harris
- Jason Watkins
- Jeremy Northam
- Jodi Balfour
- John Lithgow
- Jonathan Pryce
- Josh OConnor
- Kate Phillips
- Khalid Abdalla
- Lesley Manville
- Lia Williams
- Marion Bailey
- Matt Smith
- Matthew Goode
- Michael C. Hall
- Michael Culkin
- Nicholas Rowe
- Olivia Colman
- Olivia Williams
- Patrick Ryecart
- Paul Sheridan
- Pip Torrens
- Simon Chandler
- Stephen Dillane
- Tobias Menzies
- Tom Burke
- Vanessa Kirby
- Victoria Hamilton
No suele pasarme, pero en ocasiones ocurre. Un producto de valor y riqueza cinematográficos, ya sea en formato serie -pues ni qué decir que las series hoy se comen al cine- o propiamente película, de vez en cuando aparece y fascina tanto en trama, como en interpretación, como en cuidado técnico. Es el caso de The Crown. Todo un testamento de como la pequeña pantalla evoluciona y da más oportunidades de avances dentro y fuera de la pantalla.
No sólo sirve para rememorar la historia y las intrigas británicas con exquisito lujo de detalles pese a ser una ficción. No sólo es entretenimiento magistral de primer orden y pura calidad frente al que no te queda otra que rendirte, tras ver sus dos primeras temporadas (su primera era al completo, pues cada dos temporadas cambian de era y de reparto). No sólo es otra prueba de que Netflix no es sólo un gigante comercial sino una productora que da espacio a propuestas que igual otra productora no da su brazo a torcer. A mí al menos me ha servido para conocer a una impresionante Claire Foy (que ya tenía un ajustado currículo, pero que confieso era totalmente desconocida para mí) y a un genial Matt Smith (sabía que era el Doctor Who, pero no había visto jamás la serie). Los dos -pero sobre todo Foy- son quienes hipnotizan y enganchan con su exquisita interpretación. Y, por ende, los que nos llevan de la mano a través de los episodios y tramas de su era en la serie. Hasta culminar en un final maduro y emocionante.
Es una de las mejores series que he tenido el placer de disfrutar y ver. Una sobre la que aún sigo pensando y hasta estudiando. Todo un producto de calidad que no debería ser perdido por nada. Estoy hasta triste por ver a Foy y Smith marcharse, así como al resto del elenco. Si bien cada generación, cada era, merece su oportunidad como ellos la tuvieron, sin dudas sin ellos la serie no sería lo que es hoy. Sin Foy, esta corona no sería tan majestuosa. Imprescindible.
Tal vez mi sentido de la profundida dramática, o el talento, son otros. THE CROWN es una serie fría, poco comprometida y muy británica, con todo lo que eso conlleva.
Una sucesión de acontecimientos, filmados de manera gélida, entre decorados de fastuosos palacios y castillos, que nos trasladan a los mismos lugares reales, por los que pasearon y pasean sus auténticos protagonistas.
La serie me parece que aborda poco el trasfondo de una corte, que oculta más que muestra, y las pequeñas intrigas no son más que eso: Suaves arañazos, pero no un firme zarpazo a la realidad que esconden.
La serie más cara de la historia (hasta la fecha) porque cada pocos meses se estrena una serie que bate ese record, luce como lo que es, majestuosamente bien interpretada, bien ambientada, bien dirigida y bien escrita. Había dinero y la producción luce con un acabado visual impecable. No hay miedo a rodar en exteriores, (escenas de caza, escenas rodadas en África etc) y tampoco hay miedo a rodar pasajes con un montón de extras, con el coste que supone vestir de época a cientos de personas.
Se puede decir que es la nueva Downton abbey o la nueva Victoria Sólo que aquí la protagonista es la Reina Isabel II Y sí, su vida es tan jugosa que había material de sobra para no fallar, y sin duda The Crown nos va a acompañar muchas temporadas.
Nos ofrece intrigas dinásticas, intrigas políticas, escándalos, luchas por el poder, todas ellas reales e históricas. 70 años por los que desfilan personajes fascinantes. En los primeros capítulos Jorge VI, el rey tartamudo de El discurso del rey aquí también muy bien interpretado por Jared Harris. Después su lugar lo ocupan Margaret (Vanessa Kirby) la hermana de la reina, incluida su escandalosa aventura con un militar casado, pero sobretodo su abuela, la reina madre viuda María,( Isabel Bowes-Lyon) Una vieja enérgica dispuesta a ejercer toda su influencia sobre su nieta.
En el apartado de políticos, tenemos a Jeremy Northam como Anthony Eden, pero, especialmente llamativa, es la actuación de John Lithgow como Winston Churchill. Personalmente, el mejor papel de esta primera temporada. En algunos capítulos, lleva el peso de la serie. Un envejecido Churchill que ya no es el alma de la resistencia democrática contra el fascismo, si no el político supremacista británico que se negaba a aceptar el imparable proceso de descolonización y el pésimo gestor económico de la paz que fue. Con su empeño en subvencionar el carbón, en no aceptar que era la energía del pasado, y pese a que esas subvenciones llevaban a la ruina económica y a volver irrespirable Londres.
Luego está el buen hacer de la pareja protagonista, y que serán quienes deban sostener el peso de la serie a lo largo de las temporadas. Aunque, recordando esas décadas de la historia inglesa y europea, esperemos que sepan encontrar grandes actores que encarnen a personajes tan complejos como Margaret Thatcher, la princesa Diana, sus hijos y tantos otros. Claire Foy Wolf hall y Matt smith Doctor Who son los encargados de dar vida a la pareja real. Hasta ahora bien, veo química entre ellos, aunque, ya digo, hay capítulos que los secundarios como John Ligtgow, Jared Harris o Isabel Bowes-Lyon, se los comen con patatas.
Recomendable. Muy bien producida por Peter Morgan (The Queen, Frost contra Nixon etc) y que sabe ir mucho más allá del edulcorado biopic de una reina, que por muy fascinante que fuera su vida, y por muchos escándalos que tuviera en su familia, no habría sido tan bueno, si no se apoyase tan sabiamente, en mostrarnos el clima social, económico y sobretodo político que le toco vivir a Isabel II
La nueva serie de Netflix es absolutamente sublime. Es el adjetivo que mejor caracteriza esta superproducción, y la llamo así porque es evidente que se ha invertido dinero en ella. Sus escenarios son fastuosos, su vestuario exquisito, su fotografía está a la altura del cielo, y sus interpretaciones al mejor nivel televisivo y cinematográfico en general. Si no supiera que es de Netflix pensaría que es un drama de época de la BBC.
The Crown es, nada más y nada menos, que la historia de la reina Isabel II de Inglaterra, y si, es tan jugosa como cabría esperar. Comienza un tiempo antes de su coronación, cuando su padre, el rey Jorge VI, empezaba a estar enfermo, y ella está a punto de casarse con su amado Felipe. Esta magnífica primera temporada nos lleva a través de los primeros y felices años de su matrimonio así como sus inicios como reina.
Este drama palaciego está lleno de intrigas que nos mantienen en vilo. Cierto es que se trata de una serie histórica, y que en teoría hay bastantes acontecimientos de los que podemos estar al día, pero también es cierto que los detalles y los entresijos de cada hecho se escapan a los libros de Historia. Cada rincón oscuro de la historia se va desvelando con esmero gracias a una puesta en escena majestuosa (nunca mejor dicho).
Las relaciones de la Reina con los distintos personajes son el eje principal. La relación con su hermana, su madre y su abuela, pero especialmente con su marido, quien se siente como un mero hombre florero. Su amistad con Winston Churchill es un de los focos de atención más importantes, pues éste acaba de ser nombrado por segunda vez Primer Ministro de Inglaterra. Como tal, debe mantener una audiencia semanal con la Reina en la que le pone al día de los asuntos más relevantes del momento.
Otro tema que es tratado sin tapujos es la abdicación de Eduardo VIII, el tío de Isabel, con motivo de su relación con la odiada Wallis Simpson. Era una mujer divorciada, por lo que Eduardo VIII no podía casarse con ella. Él prefirió abdicar y dejar el trono en manos de su hermano pequeño, Jorge VI. La serie nos relata con grandes dosis de realismo el enorme impacto que tuvo este hecho en la familia real, no solo en el momento en el que sucedió, sino también muchos años después. El divorcio no era algo con lo que se pudiese jugar, y el paso del tiempo no lo mejoró para nada.
En resumen, es una serie magistral. Todos y cada uno de los actores están brillantes en su papel, y lo cierto es que no podrían haberlos elegido mejor. La buenísima banda sonora encaja como anillo al dedo y está usada con cabeza, enfatizando cuando tiene que hacerlo. Todo está medido y en el lugar que le corresponde. Grandes momentos nos deparan, y no puedo mas que estar ansiosa por lo que se acerca en las temporadas siguientes.
Nota: está crítica contempla sólo la primera temporada.
Sin duda se trata de una serie de extraordinaria factura: los detalles se tratan lujosamente, excelentes diálogos muy bien cuidados, buena fotografía, excelente ambientación, buen diseño de arte, más que adecuada música, destacadas actuaciones y maravillosa producción. Un producto de real calidad para lo que suele entregarnos la televisión, simplemente un estándar superior. The Crown muestra tomas e imágenes realmente magníficas, sin duda una serie sutil y elegante.
Pese a todo lo anterior, la serie no calienta…tanto, no logra enganchar al espectador…tanto. Es buena, es entretenida, es realmente bien realizada, etc, lo tiene todo, no hay mayores detalles, pero no logra atrapar. Le falta creatividad, le falta arte, etc, le falta algo, algo que se salga del libreto. The Crown, dentro de todas sus virtudes, es una serie fría y poco comprometida.
Tiene intrigas, amores, maquinaciones, rivalidades, envidias, etc, tiene de todo, pero The Crown sigue siendo una serie fría. La sucesión de historias y acontecimientos son retratados con una filmación frígida….le falta arte…tomas demasiado perfectas, demasiado simétricas, poco juego conceptual. Quizás, en eso, retrata demasiado bien el ambiente de la realeza británica: gélido y carente de arte. Eso se transmite en la serie. Las intrigas, son un conjunto de sub historias que les hace falta un algo superior que las aglutine.
Si pudiésemos buscar el eje dramático central sería la historia de la Reina Isabel II, la exploración del delicado equilibrio entre su vida privada y la vida pública, su maduración como monarca y todo su entorno familiar y político. En realidad está todo muy bien logrado, la actuación es excelente, la maduración de Isabel II es tratada con elegancia y muy bien lograda. Pero falta algo más…..algo más que contar. Isabel II es parca, la serie también lo es, la esencia de su personaje central se apodera de la producción. The Crown es más el arte de la perfección que el arte de la emoción.
Pese a todo lo anterior, véala, no se arrepentirá. Un producto de calidad televisivo como pocos. Pero no espere, por favor, que las emociones lleguen muy profundas, eso ya se lo advertimos que no pasará.