Diagnóstico esperanza
Un ensayo sobre la actualidad existencial del ser humano ubicado en el aquí y ahora argentino. Una historia de singularidades, que en su mayoría están atravesadas por la violencia y la marginalidad.
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Un ensayo sobre la actualidad existencial del ser humano ubicado en el aquí y ahora argentino. Una historia de singularidades, que en su mayoría están atravesadas por la violencia y la marginalidad.
Dura historia, de una verosimilitud desconcertante. Los personajes de Cesar Gonzalez están atravesados por las ansias de cambiar sus vidas económicas. La ilegalidad es el camino de estos personajes que juegan con los límites en cada momento oscilando entre pertenecer a la sociedad de consumo y sobrevivir a ella.
Los pibes chorros incluso recién liberados, la policía, una clase media a la altura, ofrecen un duro relato de la vida alrededor de la villa con una familia que vende droga como protagonista.
¿Es un documental? ¿Es un policial? ¿Es un drama? Todo eso puede serlo en la opera prima de César Gonzalez, destacándose el guion, la creación de personajes y la sensibilidad. En contra aparecen el montaje, y algunos personajes sobreactuados.
La dirección cámara en mano tiene sus altibajos, sobreexigiendo planos.
Realista hasta la médula, profunda, violenta y descarnada, atractiva desde lo visual y novedosamente grata desde las actuaciones. Un drama social argentino e independiente surgido desde los adentros de la villa, con mucho contenido crítico y nada de estereotipos bizarros.
El director y guionista César González (*) debuta en el cine con esta obra muy bien lograda, que tiene el tono preciso de reflejar una faceta social desde las entrañas y que por momentos se acerca más a un documental que a la ficción.
Desde lo estrictamente cinematográfico tiene algunos logros visuales muy atractivos y otros intentos que posicionan al realizador en una perspectiva muy auspiciosa. Inclusive tiene el mérito de contar con subtítulos en español, lo que facilita la comprensión de modismos que pueden desconocerse o perderse por su pronunciación.
Filmada en el barrio Ejército de Los Andes de Ciudadela (conocido como Fuerte Apache) y la Villa Carlos Gardel de Morón con una sola cámara que permite sentir y oler la pobreza, el odio social, la falta de oportunidades y las ganas de vivir mejor, a pesar de su desviación delincuencial.
La historia de los pibes sin amor, los que no van a la escuela para vender drogas en casa, los que hacen cualquier cosa por las llantas nuevas, los que preservan sus códigos, los que rapean para contar, los que viven con los pies en el barro, los que tienen que transar con la cana para seguir, los que no tienen oportunidades de cambiar sus vidas, los que dicen todo piola pero saben que no es tan así.
Es una película digna de verla y sentirla, inclusive de sufrirla porque toca fibras íntimas muy sensibles, se sea o no villero, sus mayores debilidades están algunos tramos de las actuaciones y cuando se fuerza la ficción, o en ciertas desprolijidades técnicas, pero de conjunto es un gran logro hecho con realismo nada mágico, con mucho amor y con mucha bronca reconvertida en cine con formato de ley de la selva.
*César González, conocido como el poeta Camilo Blajaquis, (Camilo por Cienfuegos -uno de los artífices de la revolución cubana- y Blajaquis por uno de los personajes clave de Operación Masacre, libro de Walsh) nacido y criado en la villa Carlos Gardel de El Palomar, editó dos libros, dirige la revista Todo piola y estudia Letras en la UBA. Después de conducir un par de temporadas en Canal Encuentro el programa Corte rancho, Diagnóstico esperanza – en la que también actúa- es su primera película como director. Para leer la trágica historia de César González, que fue pibe chorro y estuvo a punto de la muerte varias veces, es recomendable leerla en este link: http://camiloblajaquis.blogspot.com.ar/2013/12/breve-biografia.html
Calificación Fanaseriecine: 7 ½ sobre 10