Cuerpo en el bosque
Sinopsis de la película
Una joven de mala reputación aparece muerta en el bosque. La teniente de la Guardia Civil de la zona se ocupa de las pesquisas. Los sospechosos, un antiguo novio ex hippie, el novio actual, un joven rockero, un hombre con el que se enrolló la noche de autos y el padre del músico, un acomodado tiburón de poca monta.
Detalles de la película
- Titulo Original: Un cos al bosc (Cuerpo en el bosque)
- Año: 1996
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
5.5
57 valoraciones en total
En el penúltimo día de la temporada de caza del jabalí, un grupo de cazadores encuentra entra la espesura del monte gerundense el cadáver de una chica con signos de haber sido asesinada violentamente. Un cuerpo en el bosque que es identificado como el de Montse Claveras, una joven conocida en la zona por su fama de fresca y por ser la última descendiente de una saga familiar sobre la que parece recaer una maldición desde los tiempos de las guerras carlinas. La investigación del crimen corre a cargo de la implacable Teniente Cifuentes de la Guardia Civil, espléndidamente interpretada por Rossy de Palma, que investida de la autoridad que le otorga el uniforme –y del sarcasmo con el que encaja el recelo y la arrogancia mal disimulada hacia quien no es de esa tierra– realiza su labor detectivesca interrogando a los que vieron a la víctima por última vez: Pep, un hippie colgado con el que convivía, Joan, su actual novio, un niño pijo que se las da de rebelde por cantar en un grupillo de rock, Mauba, un inmigrante africano que malvive en un campamento chabolista, y por último, Jaume, padre de Joan, un importante empresario ganadero y sucio pervertido en sus momentos íntimos.
Pero lo que parece una investigación lineal, en la que se avanza paso a paso, termina por convertirse, con un inesperado giro de guión, en una sórdida y rocambolesca trama que concluye de manera en que todo queda en el mismo sitio donde estaba. La falta de escrúpulos que demuestran todos los participantes de este suceso hará que el caso sea cerrado, con todos los cabos bien atados, en beneficio de las partes fuertes implicadas, condenando a que pague el pato el eslabón más débil.
Así es Un Cuerpo en el bosque, sin duda, un gran exponente del thriller rural injustamente olvidado e infravalorado, y que a su vez, es el único ejercicio de ficción en la filmografía de Joaquim Jordà, autor consagrado al documental, una trayectoria cuyo peso se nota en esta película, porque la intriga por esclarecer el macabro crimen es ante todo un pretexto mediante el cual se despliega un retrato visceral de la Catalunya profunda, vista desde las esencias más puras de una comunidad centenaria, cerrada y excluyente, que teme ser contaminada por la inmigración proveniente de África (es decir, por negros y moros) como ya ocurrió con los castellanos (es decir, los charnegos) en los flujos migratorios de los años de posguerra. Una ácida crítica política y social centrada en aspectos todavía presentes en el ámbito provinciano como el regusto del poder caciquil, la ley del más fuerte, la intolerancia, los prejuicios aún intrínsecos en las obtusas mentes colectivas, y cómo las costumbres más obscenas son enmascaradas por las apariencias y los buenos modales de cara a la galería. Un relato que sirviéndose de un tremendo realismo, muestra el lado más salvaje de esta pequeña sociedad de presas y depredadores, donde se puede hallar lo más miserable de la condición humana.
Una de las escasas incursiones del más que interesante Jordá ha hecho en el largometraje, fuera del documental. Desarrollada en la Cataluña profunda , trata del asesinato de una joven que aparece muerta en el bosque, siendo encontrada por un grupo de cazadores. Una atípica teniente de la guardia civil, no muy bien vista en la zona, se ocupará del caso… Algo más que interesante thriller, de no pocas intenciones críticas a nivel social, político…:nada más simbólico que el personaje de la teniente de Palma en medio de esa jauría de cazadores y lobos humanos. Es crítica, por tanto, con el exacerbado localismo reduccionista y torpón de los manipuladores políticos nacionalistas, así como con esa alta burguesía frustrada, caciquil, impresentable.
Es un thriller turbio, lioso, mórbido y sorprendente con un giro final logradísimo (el personaje de Rossy de Palma es memorable). Tiene algún tic comercial que, junto a la desigualdad de las interpretaciones, malogran algo un resultado algo más que encomiable, por atípico y subversivo con fina inteligencia, dotado de notable equilibrio y naturalidad. Sin ser ningún logro maravilloso, es de lo mejor de la cosecha del cine español de ese año.
Y echar mucha gota, un hermoso chorreo.
La caza comienza con los hijos de las marranas mientras pasan los caballos salvajes y suenan las trompetas de la muerte.
Extraña historia que le da la vuelta a todo, cabeza abajo, patas arriba, colgando del aro, que es circular a su manera, también.
Rossy de Palma pone la mirada bruta, tosca, sarcástica, inteligente de esta película, la que parece boba, que la pobre no se entera de nada, la foránea (fuerzas de ocupación, dice el grandullón, que también se ríe de sí mismo a modo), en verdad es la más lista y mala, seguramente.
Nuria Prims es lo contrario, la víctima propiciatoria, la de dentro que ha vuelto, la perdida, vendida, sin salida, ya veremos.
Y pueblo pequeño, endogámico, cafre, encerrado, gran infierno. Con su cacique, su putiferio, sus lacayos y de mala gente lleno.
Una investigación criminal.
La única incursión de pleno en la ficción narrativa del mejor documentalista de este país, el gran Joaquín Jordá, es una película que surge a consecuencia de tener que improvisar un rodaje tras serle imposible filmar la primera versión de Monos Como Becky que manejaba en su cabeza, ya que en Portugal el Nobel pionero de la lobotomía de masas Egas Moniz sale hasta en las monedas y resultó de todas algo quijotesco que se le permitiese rodar un documental al uso sobre su figura. Cuerpo En El Bosque, pues, hizo que la versión final de Monos Como Becky usase ficción –o docudrama, según se quiera ver- y documental en paralelo, aunque esa ya es otra historia.
Cuerpo En El Bosque ha de ser analizada a varios niveles.
-El primero de ellos compete a sus formas, giros de guión, temporalidad de la narración y trampas, todos enmarcados a mitas entre el policiaco de toda la vida –si bien se subvierte al darle al típico personaje de Dashiel Hammett la corporeidad de Rossy de Palma, es decir, se convierte el arquetipo en una mujer- y el thriller noventas cuya razón de ser principal es la de insertar un giro final que impacte y noquee e incluso cabree a la vez, el thriller deudor de Spoorloos que popularizase el Seven de Fincher. Cuerpo en el Bosque hace un par de trampas durante la narración –las reflexiones de la muerta- que igual no son tales una vez se ha visto el final, y esta se torna bifurcada conforme la investigación de Rossy de Palma va precisando saber qué paso durante su gestación para tener ella esa cara. No, es broma, joer. Ella investiga qué sucedió la noche que apareció el cadáver de Montse, y su labor en esta película es del todo excepcional, con un festival de caraspalo conforme responde de manera seca y sarcástica a la vez que ni Harry El Sucio. Con todo este discurrir sin salirse en ningún momento por los caminos canónicos del thriller noventas Cuerpo en el Bosque es un ejemplo impecable del mismo dotado de diversos elementos que le dotan de una peculiaridad sin igual.
-El segundo concierne a los homenajes, importantísimos todos. La Caza de Carlos Saura lo primero, obviamente. Twin Peaks está presente durante toda la película con esa lechuza, ese microcosmos que es el pueblo, los extravagantes comportamientos de sus lugareños y la aparición de dos caballos, uno negro y otro blanco, a la manera de las logias de la serie. La sublime El Cebo de Ladislao Vadja también se invoca en un par de ocasiones -al margen de darse toda la narración en un entorno rural- , siendo la más clara el suicidio ahorcado del falso culpable, del cabeza de turco, y otra bastante evidente cuando Rossy plantea la importante cuestión a su compinche sobre si estaría dispuesta a morir por hacer justicia, acción que ahí le ronda al usar a una niña de cebo para pescar a un matarife. El primer Atom Egoyan, el de las grabaciones en vídeo, además del tema de la diferencia idiomática tratada en Next Of A Kin, también hace acto de presencia a través de los vhs del plutócrata de la comarca y de la genial secuencia del supermercado, prodigio donde Joaquín Jordá conjuga tensión y humor de una manera casi impropia a quien está acostumbrado a hacer otro tipo de cine, el documental. Género que, a su vez, supone el último homenaje, ya que el estilo cámara al hombro de no pocas secuencias y todas las escenas de caza –ya próximas casi al sub-género mondo- está muy presente durante todo el film.
Joaquin Jordá realiza en esta película un thriller entretenido y dinámico con un final sorprendente. Rossy de Palma se mete en la piel de una teniente de la guardia civil que debe investigar la aparición asesinado y violado de un cadaver en el bosque, encontrado por unos cazadores.
La trama se asemeja a otras películas del genero, pero aquí su director demuestra que sabe lo que hace y te va presentando a los sospechosos de una manera novedosa.
Imprescindible ver el film para aprender a realizar un thriller.