Crónicas
Sinopsis de la película
El ambicioso periodista Manolo Bonilla (Leguizamo) tiene un programa dirigido a la población hispana de Miami. Buscando una buena historia, viaja a un pueblo de Ecuador para investigar a un asesino en serie de niños conocido como El monstruo de Babahoyo . Producida por los directores Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, con música de Antonio Pinto (Ciudade Deus) y con un reparto de primer nivel, Sebastián Cordero firma un thriller sobre la ética del periodismo. Presentada con éxito en los festivales de Cannes, Toronto y Sundance, fue además candidata a los Oscar por Ecuador a la mejor película de habla no inglesa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Crónicas
- Año: 2004
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
6.4
46 valoraciones en total
Magnífica e impactante historia escrita y dirigida con maestría por Sebastián Cordero. Una gran fotografía y ambientación mantienen un clima sórdido y de penumbra durante toda la película obligando al espectador a estar alerta en cada momento y en cada detalle. El inicio también ayuda. Pone la piel de gallina. Los primeros veinte minutos son excepcionales. Cámara en mano Sebastián Cordero traslada a la pantalla un drama brutal y consigue hacerlo real a los ojos del público. Escenas en primera persona. Fantástico comienzo.
Y luego Damián Alcázar. Este actor mexicano es realmente muy bueno. He visto ya varias películas de él. Y qué magníficas interpretaciones realiza. Se adapta a sus papeles de una manera casi perfecta. Y aquí no es menos. La profundidad de su mirada y la pausa de sus palabras te dejan fuera de combate. Boquiabierto. Me encanta este actor, y todavía no sé como no ha dado el salto a producciones americanas más importantes. Está muy bien acompañado por Leonor Watling y John Leguizamo. Les vienen muy bien sus respectivos papeles.
En fin una grata sorpresa, producida por Guillermo del Toro entre otros, que hace nos traslada a aspectos de la vida bastante importantes: la venganza, el ego, la cobardía, el engaño, la manipulación…y un gran aviso a navegantes. Perdón a periodistas. Y es que casi nunca la noticia es lo importante.
Una buena película la cual me puse a verla por casualidad sin saber que es lo que iba a ver.
Periodismo, reporteros y un asesino en serie, esos tres elementos serán la base de esta película de suspense desde el principio hasta el final.
Un hombre llega a la ciudad para recoger a su hijo de la escuela y en un accidente atropella a un niño y lo mata, la gente se toma la justicia a su manera y este hombre acaba en la cárcel.
Desde este punto parte la historia de unos reporteros que por casualidad acabaron en el mismo pueblo del accidente e intentan hacer un buen reportaje sobre el hombre que atropelló al niño para que se haga ver las injusticias que el pobre hombre recibe en la prisión.
En tales conversaciones entre el reportero y el hombre encarcelado se desenmascará la verdad de un asesino en serie que ronda por el país, de ahí la tensión continua de la historia, la cual desde el principio sospecharemos del asesino.
Esta es la principal historia de la película, la cual está muy bien rodada y dirigida y correctamente actuada, además tiene ciertos momentos en los que la película aparece rodada al estilo documental como por ejemplo la cruel pelea del principio, escena fantásticamente rodada, la cual podemos hacernos una idea de la increíble labor del reportero en momentos críticos.
A su vez veremos el increíble poder de los medios de comunicación y de la increíble influencia en la opinión pública además de su fuerte poder manipulador.
La película a su vez muestra la realidad social de aquellos pueblos de Ecuador y de sus gentes, sus pobrezas y carencias, una película apasionante para los amantes del periodismo y del riesgo del reportaje, de aquellos periodistas que no diferencian su labor de reporteros y policías, aquí se muestra bastante bien.
Buena película además de saber mantener una continua tensión con un buen cine.
Sebastián Cordero se doctora. Después de un gran debut, ahora nos acerca al mundo del sensacionalismo en la televisión. Crónicas es un thriller muy interesante que nos sumerge en el trabajo de el periodista Manolo Bonilla (John Leguizamo), su productora Marisa (Leonor Watling) y su cámara Iván (José María Yazpik). El equipo, siempre está dispuesto a sacar una notica que supere todos los índices de audiencia para el programa Una Hora con La Verdad presentado por Alfred Molina. Esto les llevará por caminos un tanto incómodos.
Manolo Bonilla y su equipo llegan hasta límites insospechables para tratar de dar con el paradero del asesino en serie de niños el monstruo de Babahoyo , mientras sacan otro reportaje sobre Vinicio Cepeda (Damián Alcázar) que fue apaleado y metido en la cárcel tras atropellar a un niño.
Crónicas posee fuerza visual y una música espléndida creada por Antonio Pinto (Estación Central de Brasil, Ciudad de Dios,…). El mejicano Damián Alcázar hace una actuación sensacional, está perfecto, es muy difícil mostrar todo lo que tiene dentro: lo insinúa, lo sugiere, en definitiva, lo transimite sin que te des cuenta. Está espléndido. John Leguizamo también está muy bien como héroe televisivo y con pocos escrúpulos que hará lo necesario para conseguir la noticia. El único que me sobra es Alfred Molina, su español es tan lamentable que no llegas a creerte que presente un programa referente para el habla hispana. Es el único aspecto negativo.
Diría que Crónicas es un híbrido entre Zodiac y Ciudad de Dios, salvando las distancias. Una gran película que recomendaría a todo el mundo. El tándem John Leguizamo, Damián Alcázar es sobresaliente.
Estamos ante una buena/correcta realización, una más que notable ambientación de la historia en un Ecuador primitivo, y unos personajes que en términos generales están bien definidos. Aun así la narración decae a medida que avanza la historia. Los primeros diez minutos te dejan clavado en tu asiento al mostrarnos sin edulcorantes la purita realidad de un pueblo salvaje (humano también), profundamente vengativo y con un concepto de justicia y moral no asimilable en los países occidentales (o eso quiero pensar).
Pero, mantener el foco de la atención en el protagonista/famoso reportero de la televisión de Miami tien su precio, ya que se pierde en su pugna personal por desenmascarar al asesino en serie y violador de centenares de niños. El espectador prevee sin esfuerzo el desenlace, no así la actitud y falta de moraleja o sentimiento de culpa del reportero, que bien podria habernos sorprendido y mostrar cierta culpabilidad, al menos superficial. La reiterada ausencia de dilemas morales o profesionales del protagonista no permite profundizar en la naturaleza propia del ser humano (tanto del asesino en serie como del mismo).
Con todo, tiene cosas buenas, de ahí que merezca en mi opinión una calificación positiva. Y es que la atmósfera de la película es realmente conmovedora, en gran parte por la elección de la música y la planificación de imágenes púramente televisivas al estilo cinematográfico. El guión cojea y puede llegar a ser previsible, pero en esto los personajes secundarios le echan una mano.
Merce ser vista y, por supuesto, criticada.
Destacada y vigorosa película de Sebastián Cordero (producida por los también realizadores Alfondo Cuarón y Guillermo del Toro), que compone un retrato social de la realidad ecuatoriana alternando sus alusiones al sistema político, presidiario y policial de aquel país con la historia periodística que protagoniza la trama y que plantea cuestiones sobre la libertad de prensa o la ética de los profesionales que la practican. Para conseguirlo, el director se sirve de un reparto de garantías que ejecuta un argumento sin artificios, con olor a auténtico y con escenas sobrecogedoras que lo mismo trazan con escalofriante rigor un linchamiento, que esbozan postales sobre la pobreza vivida en Ecuador o completan diálogos con brillantez y autenticidad.
Para esto, la realización sitúa sobre el escenario a Manolo Bonilla (John Leguizamo), un periodista de Miami enviado a Ecuador para hacer un reportaje sobre un violador y asesino de niños a los que posteriormente hace desaparecer, y que es conocido como el monstruo de Babahoyo, ciudad ecuatoriana en la que se desarrolla la trama. Acompañado por su equipo, compuesto por la reportera Marisa Iturralde (Leonor Watling) y el cámara Iván Suárez (José María Yazpik), Manolo Bonilla choca con lo que parece una ramificación del caso que está investigando: Vinicio Cepeda (Damián Alcázar), un hombre que va en compañía de su hijo, atropella accidentalmente a un chaval ante los ojos de una multitud que se le echa encima acusándole de asesinato. Tras ser detenido por las autoridades, Cepeda ofrece al periodista información sobre el monstruo de Babahoyo a cambio de un reportaje en su favor que le haga salir de prisión.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)