Crawl
Sinopsis de la película
El sórdido propietario de un bar de mala muerte contrata a un misterioso asesino a sueldo croata para que elimine a un tipo que le debe dinero. Una inocente camarera se ve involucrada en el crimen. Ahora, prisionera en su propio hogar, la joven deberá tomar medidas desesperadas para mantenerse con vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Crawl
- Año: 2012
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
Película
5.1
55 valoraciones en total
Un mezquino y mafioso propietario de un bar, un asesino, una inocente camarera y un camino sin retorno para ninguno de ellos.
Dirigida por el debutante Paul China y producida por su hermano gemelo Benjamin China, llega un tenso thriller Australiano con aires de western moderno al más puro estilo sureño.
Rara vez un popurrí de similitudes con grandes películas y con estilos similares a varios directores, había terminado con una sangría tan buena.
Fusionar ideas de otros films y no innovar no acostumbra a ser muy buena idea porque suele termina todo revuelto sin llegar a ningún lugar, pero eso no ocurre con Crawl, gracias a unos personajes muy bien definidos e interpretados, y a la tensión de la historia, que hilada a la perfección genera una atmósfera que se va abriendo paso, dejando de lado alguna inconcluencia en el guión y una banda sonora muy poco acertada por parte de Christopher Gordon.
La película transcurre con un suspense Hitchcockiano y un temple para contar la historia que recuerda a la de los hermanos Coen en No es país para viejos, además de compartir un personaje principal interpretado por George Shevtsov bastante similar al que interpreta Javier Bardem. Pero sobretodo, y se me hace imposible dejar pasar por alto, la similitud en la magnífica fotografía de Brian J. Breheny que recuerda a la de un brillante director que en el año 1980 revolucionó al mundo con una cinta de terror que pasaría a la historia, ¿adivináis quien es cinéfilos?
Mencionar que Crawl en el pasado ScreamFest 2011 logró los premios a Mejor Director Paul China, Mejor Actriz Georgina Haig y Mejor Fotografia Brian J. Breheny.
Recomiendo Crawl por varios motivos, pero en especial por un final de humor negro de una potencia visual incalculable.
http://www.terrorweekend.com/2012/11/crawl-review.html
De la mano del debutante Paul China nos llega una de esas películas de la temporada que no hay que dejar pasar, pues bien por su modo de subvertir el género o por la forma en que administra la tensión, Crawl se ha convertido por derecho propio en otra de esas sensaciones llegadas de Australia, un país cuya cinematografía está dando que hablar en los últimos años, y que por el camino ha dejado ya auténticos descensos a los infiernos como la Wolf Creek de Greg McLean, la Animal Kingdom de David Michôd o Snowtown de Justin Kurzel. Cintas todas ellas que han aprovechado los recovecos más oscuros de un país que cada vez que nos sumerge en sus confines más profundos no deja lugar para una calma que es sacudida y rebanada constantemente por una tensión que no desaparece de la pantalla ni con los títulos de crédito.
China decide no alejarse de esa tradición, pero lo hace explorando en esta ocasión una cara más rural de Australia que incluso da pie a cierta referencialidad sostenida entre esos retratos Coenianos tan negros que llevan envolviéndonos durante más de dos décadas, y que en Crawl deja un reguero de personajes sin ningún tipo de desperdicio que nos acercan a ese retrato que pretende realizar el cineasta de orígen británico.
Un retrato que se acoge a las constantes del thriller más áspero gracias a la contundencia de una fotografía impresionante, con ello, confiere potencia al relato mediante una minuciosidad en la composición del plano y el manejo de una cámara que se mueve sutilmente entre los límites de ese pequeño pueblecito, cuya tranquilidad se verá alterada por la presencia de un tipo que ya deja matices de su catadura en una primera secuencia donde acontecerá el desencadenante que dará lugar a la acción a partir de la cual se desarrolla Crawl.
Uno de sus grandes logros se encuentra también en la construcción de ese personaje extraño, parco y de toscos andares, figura en la que hallamos una de las claves centrales del film, que recoge en él su esencia construyendo un arquetipo que bien podría recordar a aquel ‹The Tall Man› de la Phantasma de Coscarelli por su espigada y misteriosa complexión, pero tras la cual se esconde un individuo de orígen balcánico cuyo acometer lidia con un impasible carácter que no parece atender a emociones.
De arquetipos como ese personaje tira Paul China para construir una propuesta en la que el rechinar de una puerta, el choque de una pequeña ramita que ha sido desplazada hacia una ventana a causa de una ráfaga de viento o cualquier elemento perturbador por mínimo que sea, cobran una vital importancia en un film del que se percibe un tono irónico en torno a todos esos pequeños factores que, en su intrascendente pretexto, parecen querer decantar una balanza en la que incluso nuestro amigo croata se mece con intranquilidad.
Así, y aunque los ramalazos Coenianos no resultan para nada desdeñables, la ironía que los hermanos suelen poner en su particular galería de personajes, obtiene importancia aquí alterando las claves del género y recreándose en ellas a través de un juguetón ejercicio que alcanza mayores cotas en momentos de una dilatada tensión que incluso en ocasiones parece estar rememorando y celebrando el cine del genio del suspense, aunque siempre amplificando y enfatizando al máximo sus características a través de una banda sonora que se erige como otro de los puntales de la obra, y en la que confluye, más que desasosiego, una incertidumbre que termina acaparando cada pequeña estancia de la casa en la que se encuentra nuestra protagonista.
Encarnada por el rubio bellezón Georgina Haig, en ella se representa la incertidumbre de un personaje que parece desconfiar de su mismísima sombra y, sin embargo, se encuentra lejos de ese modelo habitual representado por las rubias, encarnando a una semi-heroína que no teme tanto actuar como sí la incerteza de no saber de que rincón de su amplio caserón puede venir el peligro. En ese sentido, recuerda en cierto modo a la The House of the Devil de Ti West, pero siempre marcando con énfasis sus movimientos en el interior de esa vivienda.
Los detalles que definen toda esa colección de personajes tampoco faltan en Crawl: la relación del jefe del local donde trabaja ella con una de sus chicas, la cómica pareja de policías que se alejan de lo castizo para redundar en una naturaleza más estrafalaria, la despendolada clienta del bar e incluso el avaro dueño del taller representan una galería de lo más peculiar que en todo momento detallan los aledaños de una propuesta que sabe ser tan juguetona como sarcástica. Crawl compone así uno de esos ineludibles ejercicios de género que deconstruyen hasta donde pueden y le dejan a uno la sensación no únicamente de haber visto algo distinto, sino también con una entidad y un talento que están fuera de toda duda.
Crítica para http://www.cinemaldito.com
@CineMaldito
Paul China demostró que su estilo no es propio, y su amor por Alfred Hitchcock está plasmado en estructuras, rasgos de fábrica de viejos genios, Crawl es un desfile de esas buenas formas, distinguidas maneras que apelan a un cine tan aparatoso como vacío.
Alfred Hitchcock, su cine es enfermizo, la tensión/calmachicha de sus pelis es la máxima expresión de su universo obsesivo-paranoide. A partir de allí el director elige las maneras más apropiadas para dar lugar concreto a sus pesadillas y plasmarlas en el celuloide. De China sabemos que le fascinan los métodos de aquel genio, entonces decide trasladar, proyectar esa firma tan personal en su criatura, en Crawl. Crawl es un envoltorio vacío, una fotocopia blanco y negro de un cine depurado y estéril. Si la prota deambula durante diez minutos por su casa persiguiendo ruidos y puertas oscilantes, si el ritmo empleado durante esa (y en toda la peli) secuencia tan particular es la de un minuto suspendido en un limbo temporal…y si después de todo eso nada sucede y la secuencia puede sustraerse como si fuera un apósito desechable, pues algo no ha funcionado.
Lo primero que hay que observar es que el tono de Crawl se inicia en el primer segundo…y culmina junto con la peli. Existe una carencia alarmante de variables de registros narrativos y una sobre exposición del suspenso/amague (algo que va a pasar, pero que nunca pasa del todo). El argumento está atado a la forma, la forma a un estilo impostado. En ese aspecto Crawl debería ser un ejercicio de estilo, un esbozo, el borrador de un proyecto futuro. No una peli hecha y derecha y lanzada al mercado. China, igual, está a tiempo, supongamos que posee las formas, ahora debería generar en sus pelis esa consistencia tan propia de los autores independientes.