Corazón de melón
Sinopsis de la película
Tomás es un atractivo conductor de televisión que sostiene sin imaginación un programa sobre recetas de cocina. Su mayor admiradora es Rosa Moscoso, una mujer no muy agraciada que tiene como una cualidad la gastronomía. Ambos serán conectados por un amor forjado en olores, sabores, especias diversas y sobre todo circunstancias fortuitas. Corazón de Melón es, ante todo, una comedia. Pero también es una historia que nos muestra hasta dónde son capaces de llegar algunos jóvenes a la hora de querer alcanzar sus sueños y ser aceptados. Es una lección de cómo enfrentar con éxito o no, según el punto de vista con el cual sea analizado un defecto físico, y la loca carrera que se puede llegar a emprender con tal de sentirse igual al resto. Y ese punto precisamente, es compartido por niños, jóvenes y adultos. Los mismos que se relamerán los bigotes de gusto frente a esta historia, que no es otra cosa que la radiografía de un sueño cuyo despertar es, a la vez, el principio de una vida y el final de la historia de una joven que sólo buscó ser querida, querer y aprender de paso que significa amar por siempre jamás, como terminan los cuentos de amor.
Detalles de la película
- Titulo Original: Corazón de melón
- Año: 2003
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
4.2
44 valoraciones en total
Esta peculiar historia de título que le juega algo chueco,* se dota del personaje central al abordar estereotipos que mayoritariamente se guardan en rol de secundario y con la carga de chistes ofensivos que publicamente ya no son aceptados, pero prevalecientes aún en la psique colectiva. La discriminación hacia la gente obesa como tópico no es muy recurrente, por lo que Corazón de Melón se vuelve el negrito en el arroz dentro de la serie de películas comenzadas a filmarse y a exhibirse en la complicada industria cinematográfica mexicana en la década pasada.
José Ignacio Valenzuela contrapone el ámbito rural y citadino desde varias aristas, la gastronomía, las personas y sus sueños. Singularmente la trama se compone de capítulos al más puro estilo de un menú: El entremés, la sopa, el plato fuerte y el postre, donde se presentan algunas personalidades de una forma diferente, que hace alusión a algunos ingredientes encargados de saborizar los alimentos y por qué no a las historias.
El guionista se centra en Rosa (la aceituna, por su rozagante figura) mujer joven y de provincia, que gusta de la cocina como actividad para mitigar sus desilusiones. Ella representará a la manzana de la discordia entre la curvilínea Fernanda (el vinagre) y un aspirante a cheff conductor de un programa de televisión gastronómico.
Otro de los aspectos a resaltar es que Corazón de Melón juega con ese lenguaje coloquial alusivo a la comida: la piedrita en los frijoles , la perita en dulce , el ajonjolí de todos los moles y otras tantas que comúnmente usamos los mexicanos. Con la inserción de estas frases y algo de ingenuidad, el humor acaramelado dentro de ese surrealismo inminente que plantea el director en un México nada concordante, de alguna manera comenzó a ser efectivo.
El trabajo con la actriz principal podría ser el más quebradizo de todo el proyecto, en muchos momentos se nota muy insegura, no hay la naturalidad que actores experimentados le dan cuando se encuentran frente a la cámara. Los parlamentos de la misma, son poco creíbles, lo que resta credibilidad, aunado a algunos planteamientos para el encuentro de las chavalas de provincia con la estrella de TV.
Corazón de melón es de esas películas que trataron de explorar otro humor, menos corrosivo, al que sin duda hubo que tonificar para un mejor logro. Otro de los aspectos en contra fue el título el cual no brinda oportunidades para su visionado.
Mucho de lo visto se contrapone, por lo que es riesgosa una recomendación de parte de su servidor.