Contracorriente
Sinopsis de la película
Una historia de fantasmas inusual en la costa peruana, donde Miguel (Cristian Mercado), un pescador casado y a punto de ser padre lucha por reconciliar su devoción a su amante masculino dentro de las rígidas tradiciones de su pueblo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Contracorriente
- Año: 2009
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
7.1
65 valoraciones en total
Cuando salí del cine tenía la satisfacción de haber visto una excelente película, pero realmente es una muy buena historia contada con un realismo que alude a las personas con pensamientos retrógrados o preconcebidos. Nos muestra una realidad fuera de todo estereotipo acerca de lo que es la homosexualidad, condición que no hace al hombre menos hombre o en el caso contrario a una mujer menos mujer. Nos permite analizar y a la vez cuestionarnos sobre lo que es el verdadero amor, sin prejuicios ni encasillamientos, el amor de dos hombres, que en esta historia es tan fuerte que sobrepasa los límites de la realidad. Inteligente manera de mostrar un romance que para los ojos de las demás personas aun es un tabú y en pueblos como en el que se desarrolla la historia con costumbres tan arraigadas se constituye en tema prohibido. Destaco las actuaciones de Manolo Cardona, siendo este uno de sus mejores papeles, la de Cristian Mercado y por supuesto la abnegada esposa Tatiana Astengo. La forma en la que la historia se desarrolla me parece muy interesante, ya que nos muestra la homosexualidad vista desde una perspectiva muy sencilla, pero a la vez nos muestra la complejidad que el tema trae consigo. Película totalmente recomendada especialmente para quienes estereotipan la sociedad y la sexualidad.
¿Qué pensaría la gente que estaba afuera de la sala de cine cuando empezaron a salir personas secándose las lágrimas? Seguro que era una película triste, que era una gran tragedia, y que no había más que dolor en ella. Pero aunque sí es triste, sí es una tragedia, y sí hay mucho dolor, sigue siendo una hermosísima película que sabe sacar tanto lágrimas de tristeza como de felicidad cuando debe hacerlo.
El director Javier Fuentes-León logra llevar por casi 2 horas una historia soportada en un elenco sorprendentemente bueno, con Tatiana Astengo brillando durante toda la película. Y logra tocar las fibras de la audiencia con una historia sobre valentía, sobre el lidiar con una realidad como el homosexualismo en la vida pública, a la luz de un pequeño pueblo latinoamericano machista, que tiene unos roles de género tan marcados y sólidos. Es la historia también del amor, ese amor que permite que la esposa del protagonista soporte todo, lo perdone y a pesar de todo, del escarnio público y de las miradas malintencionadas, lo apoye y lo defienda.
Es una película sobre el verdadero significado de ser hombre , que no se encuentra en esos partidos de fútbol con los que se quiere criar a un niño para que sea varón , sino en la valentía y el coraje. Ese que el personaje de Manolo Cardona manifiesta durante toda su vida, y ese mismo que él espera, y que la audiencia espera también, que manifieste nuestro protagonista.
Ojo, esta fábula perfectamente musicalizada no es un Brokeback Mountain costero, como yo pensaba tras ver el trailer. Es algo muy distinto (no digo por qué porque sería entrar a la parte de spoiler ) y que sin duda merece la pena ser visto.
En un apartado pequeño pueblo de pescadores, cualquier acontecimiento que rompa con la rutina mantenida durante inmemorables generaciones puede suponer un escándalo. Si además este lugar queda englobado por una cultura en la que la religión condena todo lo que no siga fielmente los cánones tradicionales, la homosexualidad se convierte en un tema difícil de abordar. Pero los mayores retos son los que pueden dar mejores o peores resultados, y Contracorriente es un ejemplo del primer caso.
Miguel, casado y con un hijo en camino, no entiende lo que le sucede cuando está con Santiago. O tal vez no lo acepta. Con el paso del tiempo atraviesa por diferentes etapas: del entretenimiento llega al arrepentimiento, de la diversión, a la negación. Está a punto de ser padre y quiere que el pequeño pueda crecer con una figura paterna, masculina.
Contracorriente no es una reflexión sobre la homosexualidad en sí misma, sino sobre cómo afecta a los demás. En este aspecto se asemeja a Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005), aunque sin llegar a ser tan superficial al reflejarlo. Gracias a un giro en la trama, el director y guionista Javier Fuentes-León logra crear situaciones en las que los posibles rumores dejan de importar, haciendo que el espectador se pregunte hasta qué punto importa guardar las apariencias.
La mayoría de las secuencias se desarrollan en escenarios exteriores, con una luz que embellece todo lo que toca. Los interiores en los que se ha rodado la película son, aparentemente, reales, y si no lo son, están perfectamente integrados con los demás. Dentro del agua, la abundante luminosidad permite ver lo que ocurre con menor distorsión de la imagen a la que estamos habituados en estos espacios abiertos. Pero al hablar de la estética de esta obra, sería imperdonable no aplaudir la acertada elección del autor de los cuadros que se le atribuyen al personaje de Santiago, ya que ha logrado captar tanto el erotismo como el amor que siente por su amante.
Entre los actores, Cristian Mercado y Tatiana Astengo destacan por una más que aceptable interpretación. No podemos decir lo mismo de Manolo Cardona, conocido por la versión española de Sin tetas no hay paraíso , sin llegar a hacer un mal trabajo, consigue pasar desapercibido. Las actrices secundarias más mayores también obtienen su pequeño momento de gloria cinematográfica, seguramente sin haber pisado en su vida una escuela de arte dramático.
Aunque es una producción pequeña, no hay que olvidar que ya ha salido victoriosa frente a otras más grandes. Entre otros, en su vitrina se encuentra el premio del público a mejor drama internacional de Sundance. La baza con la que juega es la de conmover al espectador, pero sin recurrir a la lágrima fácil. Y seguramente ese sea su mayor defecto.
Contracorriente (2009) es verdaderamente una excelente opción. Es la primera película de Javier Sánchez León, un joven director peruano, que sorprende por la selección del tema y su modo de abordarlo. Es muy complejo el modo cómo lo hace, ya que incluye la visión más popular, la homosexualidad como un asunto tabú y/o execrable en países como Perú, y, aunque se muestra ampliamente esta realidad, ello no impide que el desarrollo de una excitante y conmovedora historia de amor (de verdadero amor) y pasión entre dos hombres muy distintos, un sencillo pescador y un artista. Estos personajes crean su propio oasis para vivir su relación y somos testigos de ello, pero también (y es lo más importante) deben enfretar los conflictos propios de cualquier relación tan difícil como la suya. En este punto la solución es sorprendente (fantástica, literalmente) y ayuda a la pareja a superarlo todo y a volver a ser felices. Las actuaciones son estupendas: Cristian Mercado (Miguel, el pescador) se destaca sobremanera, y también , Tatina Astengo (Mariela, la esposa). Por último, disfruté muchísimo pasearme por esos hermoso paisajes de la costa peruana (¡qué belleza! me encantaría saber exactamente dónde fue realizada) y de la música que acompaña las escenas (muy apropiada).Insisto (y termino): No se pierdan esta ópera prima, no se arrepentirán ( y perdonen el cliché y lo largo). I.
Ernest Hemingway pisó únicamente una vez suelo sudamericano en 1956. Durante 32 días permaneció en Cabo Blanco (Perú) rodando algunas escenas de la adaptación al cine de El viejo y el mar, atraído por un pequeño pueblo pesquero donde se practicaba la pesca deportiva del merlín negro, el pez protagonista de su laureada novela. Más de cincuenta años después, ese mismo escenario sirve de telón de fondo a Contracorriente, la ópera prima de Javier Fuentes-León.
Miguel, un joven pescador peruano, está casado con Mariela y están a punto de ser padres por primera vez. Ambos viven en Cabo Blanco, una pequeña comunidad pesquera muy cerrada y religiosa donde Miguel es una figura muy conocida y querida por todos. Pero, a espaldas de todo el mundo, éste esconde un gran secreto: Mantiene una relación con Santiago, un pintor que se estableció un año atrás y al que la población de Cabo Blanco repudia por su ateísmo y su homosexualidad.
El director debutante Javier Fuentes-León decide criticar el machismo y la homofobia dominante en gran parte de Sudamérica pero remarcando que la única manera de cambiar esa situación parte de cada uno. Miguel debe superar sus propios prejuicios y su equivocado concepto de masculinidad y de lo que significa ser un hombre (algo que no viene definido por la orientación sexual ni por nuestras aficiones, si no por los actos y decisiones que tomamos en nuestra vida) y aceptarse a si mismo primero, antes de poder ser aceptado por (parte de) su comunidad después.