Colombo: Los conspiradores (TV)
Sinopsis de la película
Un terrorista del IRA ejecuta a un traficante de armas que considera un traidor. Episodio Nº44 de Colombo.
Aunque Colombo tiende a ser definida o considerada como una serie de TV, nunca fue una serie propiamente dicha. Exceptuando la presencia recurrente del personaje principal, no presenta ninguna de las características de una serie tradicional (episodios semanales, de duración regular, con cast, dirección y equipo de producción fijo). Pensados como telefilms (de hora y media como promedio de duración), cada episodio cuenta con una historia independiente y con un director y un equipo de producción distinto. Los films tuvieron una transmisión irregular, pero con un mínimo de tres o cuatro producciones por año hasta 1978. Más de diez años después, Falk retomó su personaje por dos años (1989-1990). A partir de 1990, Columbo dejó de emitirse con regularidad, y los siguientes films fueron estrenados como especiales. Por estas razones, los 68 episodios de Colombo se dispersan irregularmente a lo largo de 35 años (1968-2003).
Detalles de la película
- Titulo Original: Columbo: The Conspirators (TV)
- Año: 1978
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
6.2
97 valoraciones en total
Por desgracia, la frase de marras, mencionada por Columbo cuando estaba jugando una partida de pinball en esas maravillosas máquinas de petacos de los años 70 – cuando la eletrónica pura y dura no había manchado los diseños -, es lo único destacable del capítulo, uno de los más flojos de la serie, con un malo sin empaque con cara de un envejecido Benjamin Bradock (el personaje del Graduado). Como moneda común en los episodios de Colombo, y especialmente en éste, hay que preguntarse la paciencia que debe tener la buena señora de este desastre de tío para aguantar que cada noche esté de picos pardos buscando pruebas imposibles. Vamos, que el tema de que Mrs. Columbo es una quimera también debe ser para él, y no sólo para los espectadores…
The conspirators (Los conspiradores) (1978), dirigido por Leo Penn, es el quinto y último telefilm de la séptima temporada y, cuarenta y cinco de la serie (anteriormente dirigió Cualquier viejo puerto para una tormenta (1973). En el telefilm que nos ocupa, Leo Penn nos acerca al peligroso mundo de la política ancestral de un grupo de idealistas irlandeses. El enfrentamiento, la torpeza, la economía y las peligrosas decisiones, aderezadas con música autóctona, convierte el guión en un peligroso juego entre policías, traficantes y soñadores idealistas.
Poeta, cantante, escritor, gran bebedor de whisky, amable, enamoradizo mujeriego y celoso de su intimidad, así es Joe Devlin (Clive Revill), un personaje inicialmente mostrado por el realizador en sus principales facetasen la sucesión enlazada de diferentes espacios y escenas para el que toda acción está dirigida hacia un solo deseo compartido con singulares y carismáticos personajes de origen irlandés mostrados entre planos americanos, medios y primeros planos, entre los cuales la apacible (en apariencia) Kate O’Connell (Jeanette Nolan), su hijo y empresario George O’Connell (Bernard Behrens), el joven Kerry Malone (Michael Horton) y el propio Devlin.
Primerísimos planos y algún plano detalle proporcionan las primeras pistas que llevarán a Colombo hasta las ocultas interioridades del multidisciplinar Joe Devlin quien, perseguido por la insistente intromisión del detective en su vida personal, lo convierte en sospechoso principal de sus pesquisas, con diálogos instalados en el plano contraplano entre ambos dando la sensación de estar ante un largo monólogo a dos, ampliando pistas con la información de la librera Angela (Deborah White) proporcionándole a nuestro detective importantes datos sobre la victima Vincent Pauley (Albert Paulsen).
En discretos planos de exteriores, el realizador nos muestra la preocupación de nuestro protagonista principal por encontrar el material sensible que busca, topando con un personaje que sabe jugar al despiste, el vendedor de caravanas Gun Dealer (L.Q. Jones), con no demasiado éxito inicial, llevándonos a través de diferentes escenas hasta el inevitable reencuentro entre Colombo y Devlin que entre barras de bar, juegos de dardos y pintas de cerveza, intentan descifrar algunos desconocidos códigos que ayuden a conocer su contenido.
Una entrevista de Carole Hemmingway (Carole Hemingway) a Joe Devlin le da nuevas pistas al inspector de policía para aclarar el caso acompañado por la deducción y la casualidad entre grandes planos generales, dando así con el sensible y peligroso cargamento oculto, celebrado por el detective con el whisky de Joe Devlin quien, en ningún momento pudo espetarle al detective ‘Hasta aquí Colombo ¡y nada más!’.
La séptima temporada de Colombo concluye entre enardecedores canticos irlandeses con algunas aleluyas, precedido por una amable anciana algo macabra y vengativa, cocineros responsables de los más deliciosos manjares, intolerantes creativos en los medios, y psicólogos algo pasados de rosca.
Complemento genealógico. Colombo cita a su mujer en tres ocasiones, otro personaje lo hace en una ocasión. Además, Colombo cita a un sobrino suyo en dos ocasiones.