Cocote
Sinopsis de la película
Alberto, un evangélico que trabaja como jardinero en una casa adinerada de Santo Domingo, interrumpe su trabajo para ir al velatorio de su padre. Allí se entera que éste en realidad ha sido asesinado, y su familia espera que él se haga cargo de su asesino. Entre rituales y crisis existenciales se inscribe un nuevo artículo en la Ley del Talión diente por diente…, ahora Cocote por Cocote .
Detalles de la película
- Titulo Original: Cocote
- Año: 2017
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
5.9
90 valoraciones en total
Una película rodada de una manera muy bella, con una fotografía fantástica y unos planos maravillosos. Las interpretaciones son también de gran calidad. El film, con una buena carga documental, muestra las dos caras de Santo Domingo, en la República Dominicana, centrándose en su mayoría en la clase más pobre y desfavorecida, donde la religión es la base de su vida. Pese a todas estas cosas buenas, el desarrollo se hace demasiado pesado, abusando de escenas de ritos religiosos y desenganchándome por momentos.
Sigo con mis reseñas Post-FICCI, ahora con mi película favorita de la selección oficial y del festival, que precisamente ganó el premio a la Mejor Película. Cuando la vi por primera vez, escribí en mis redes que me parecía que Cocote era la primera fuerte y firme candidata al premio a Mejor película en la competencia oficial ficción. La película sorprende desde el inicio con su puesta en escena, su fotografía y encuadres, que desde el principio sabes que va a ser primordial en la narración. Me gustaron mucho las tomas, los contrastes, las sombras, los movimientos rápidos de cámara… en general la cámara funciona de forma eficaz mucho como elemento narrativo. Otro elemento importante, el sonido, es muy importante en la narración, incluso es otro protagonista, que alimenta la tensión de muchos momentos, y ayuda a impacientar y abrumar al espectador en los momentos clave.
Cocote habla de la muerte, que es incluso otra protagonista. Desde el inicio está presente, con la noticia de la muerte del padre de Alberto, el protagonista, un evangélico que trabaja de jardinero en una casa de familia adinerada en Santo Domingo. Luego, sigue presente, cuando Alberto viaja a su casa, y se enfrenta a la furia y el dolor de las mujeres de su casa, quienes apegadas a la tradición y a la cultura, realizan todos los rituales sobre su muerto. Estos rituales son presentados casi en su totalidad al espectador, llegando a perturbarlo, a veces por la repetición (pero creo que el director lo hace de forma consciente), otras por la aparente oscuridad que presenta, con la familia y una cultura que ha estado muy ligada la brujería.
Pero particularmente, la familia que queda de Alberto, todas mujeres, quieren una cosa, qué haga algo al respecto, quieren venganza. Es por esto, que la evolución de Alberto en la pantalla es algo muy interesante de ver, desde el inicio la pasividad y el tono reconciliatorio, pero que en el transcurso del filme evoluciona, en parte gracias a estos elementos mencionados (los rituales, la muerte, las mujeres…). Quizás algunos rituales se repitieron mucho, vi que hubo esa reacción en algunas personas, pero yo creo que hace parte del proceso, porque nada se repitió, sólo que vimos completo el ritual, y para mí es importante como elemento de narración, y para mostrar la evolución de la historia y los personajes. La película tiene un ritmo bestial, me mantuvo expectante en todo momento.
Otra curiosidad, recuerdo que la gente se reía en algunos momentos, especialmente cuando las mujeres atacan a Alberto, reprochando su pasividad, con discursos largos, nada exagerados, sino que son muy propios de la mujer caribe tradicional, esos momentos no eran de humor, porque había mucho dolor en ellos, pero el director se permite generar una risa nerviosa, que incluso debe hacer pensar al espectador sobre su motivo. En fin, una película muy potente, que sobre su manto, permite una reflexión muy fuerte de fondo, y una exposición muy fiel de una cultura. Una película sobre la muerte, la venganza, la tradición, las clases sociales y los límites.
Reseña de la película:
https://asbvirtualinfo.blogspot.com.co/2018/05/critica-pelicula-cocote-nelson-carlo-de-los-santos-arias.html
Alberto Almonte es un humilde jardinero en cierto edénico jardín de Santo Domingo que posee la comodidad del primer mundo como ahora el césped bien cuidado y algunos elementos pintorescos tropicales tales como las palmeras. Trabajar en medio de semejante suntuosidad le reclama una actitud sumisa y servil, sólo así podrá garantizarse el salario. Un repentino anuncio de la muerte de su padre le hará descubrir que en realidad éste fue asesinado y debe viajar a su pequeña villa natal, un lugar apartado de la mirada del turista, de aspecto humilde y con costumbres que parecen heredadas de tiempos ancestrales, las cuales chocan con los valores y la forma de ser de Alberto. Mientras que él prefiere una actitud abnegada y conciliadora, sus hermanas reclaman que la sangre se cobre con sangre. Ellas le acusan de tener corazón y lo que verdad sucede es que le adiestraron para la servidumbre y evitar el conflicto, para no pensar en él mismo en la medida de lo posible.
Es un hombre entre dos mundos. El tema central de la Cocote sin duda es la colisión de esas dos esferas que forman la sociedad dominicana. Por un lado está el crisitanismo evangélico que él profesa y por otro el sincretismo de su villa natal, unos ritos similares a los del candomblé y cuyas raíces se hunden en el tiempo africano, aunque sazonado con altas dosis de crisitanismo informal. A pesar de su rechazo a la violencia y esas costumbres, las circunstancias se imponen y Alberto terminará arrastrado a un proceso de reabsorción. La pregunta que inmediatamente nos surge es que si ese asunto de la venganza no se podría resolver por la vía legal. Y de la misma forma que ese Oviedo de la República dominicana parece tirado en medio de la selva, dejado a su propia suerte, la policía también practica la misma filosofía de apartarse de los asuntos de esas gentes: si en verdad se desea justicia hay que granjearse el favor de algún poderoso que tape la transgresión. Con esto, la conclusión que podemos sacar es la de un pueblo discriminado por su raza, al que se le asegura la herencia de su pobreza y terminen siendo, a lo sumo, peones útiles. Y si no, que se queden en sus hermosos aunque descuidados rincones.
Para abordar esta historia, el director de los Santos Arias propone un lenguaje cinematográfico que hibrida el western, la crítica social, el documental etnográfico e incluso la tragedia shakesperiana. Una poética mestiza para un país mestizo, que apuesta por los contrastes, recurriendo a imágenes de video televisivo pobretón para retratar realidades precarias, y también al blanco y negro, el vídeo del móvil o la imagen de alta definición que permite captar toda la sensualidad de un paisaje que parece antes pensado para vivirlo como un paraíso que no todo lo contrario.
Y a pesar de todo, resulta que es un lugar abandonado un poco a su suerte, excluido de las ventajas de la civilización moderna que, en cierta forma, podrían haber resuelto el entuerto. Se puede entender que esa marginación es la que propicia que Alberto quede atrapado por las sinergias e ideas de ese ambiente. Si cada palo ha de aguantar su vela, entonces que nadie espere una demostración de bondad humanista, menos si es un sitio poco favorecido y que, en lo que a la policía se refiere, apenas sí existe. Esto, que yo simplifico de forma grosera, no se muestra de forma paternalista y obvia, todo lo contrario, es el tramo más exigente de la película, es una digresión narrativa muy amplia que excluye a espectadores impacientes y ávidos de convenciones o inmediatez, pero que es imprescindible por tal de retratar con verosimilitud el ambiente y sumergirse con objetividad en ese proceso que hace que el jardinero abandone el marco mental de un abnegado cristiano y quede atrapado por pulsiones más primarias impuestas por el contexto familiar.
Soy consciente que remarco mucho más de lo que seguramente el director aceptaría, pero es como he visto y vivido la película, que combina unos gestos estéticos refinados con una mirada a una realidad nada glamurosa o convencional. De los Santos sabe mantener una distancia prudencial a la hora de observar a personajes, escenarios y formas de vivir, de forma que vemos como las religiones son sinónimos de atraso pero también pueden servir de ayuda, los rincones menos favorecidos muestran serias carencias pero también escenarios que la explotación turística desea imitar o directamente tomar. No es una película que haya gozado una gran campaña publicitaria o de una prestigiosa fama, nada sabía de ella y poco esperaba cuando la empecé a ver. Para mí sorpresa se trata de una obra sumamente auténtica, sensual, de mirada transparente, imaginativa e ideal para visualizar cuando uno cree que en el cine ya sólo queda espacio para los tópicos de las multinacionales o de las revistas esnobs, una excelente muestra que las mejores y más sorprendentes cosas en cuanto a arte narrativo se refiere actualmente provienen de América Latina (en su sentido más amplio).
Cocote es una película que parece buscar hablar más de las creencias, de las relaciones y la oposición entre ellas, que de su trama principal.
Y aunque bellamente rodada, el asesinato de un padre y la necesidad de venganza se pierden entre numerosas ceremonias, sean evangélicas o ancestrales, que llegan a volverse monótonas. No hay exploración profunda en ningún tema, pinceladas sin acabado, decorado más que trama.