Carta blanca
Sinopsis de la película
Dos amigos lamentan que el matrimonio les haya arruinado toda posibilidad de diversión, especialmente en lo que al sexo se refiere, sus esposas deciden entonces concederles un fin de semana libre, un paréntesis de libertad, en el que podrán desmadrarse todo lo que quieran, sin remordimientos ni explicaciones.
Detalles de la película
- Titulo Original: Hall Pass
- Año: 2011
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
5.1
64 valoraciones en total
Vamos, que entré a ver esta película porque no había entrada para ninguna otra. No tenía idea ni siquiera de que trataba y al ver los primeros 10 minutos pensé que ya sabía todo lo que iba a ocurrir.
Me equivoqué, la película aunque no fue nada del otro mundo, ni nada que no se haya visto antes. Me entretuvo al 100% y se me pasó rapidísima, además que considero que tuvo varias escenas hilarantes.
Este hecho, de que me haya hecho reír en varias ocasiones, me ha sorprendido, por lo que quizás esté sobrevalorando a la película. Aún así debo ser honesto y colocarle el puntaje que creo que se merece porque independientemente de varias fallas que obviamente tiene, la película logra su cometido el cual es hacer reír y entretener al público.
Señoras y señores están ustedes viendo a los Farrelly en toda su esencia, no esperen que sea la película del año, no esperen que sea la revolución 3D mas milagrosa y azul de la historia, simplemente limítense a reír.
Rían y disfruten como enanos, y reflexionen. Si no lo hacen ustedes, esta Carta Blanca sin duda conseguirá hacerles ver la realidad en clave de risa.
Y es que el film suelta verdades como puños, refleja la realidad sexual, sentimental, conyugal e incluso personal, entre hombres y mujeres y la lleva más allá hasta lo absurdo. Y es ahí, donde mejor se defienden los Farrelly. En ese lugar en el que piensas, esto no puede ir mas allá es imposible que se les ocurra algo más disparatado y que empeore la situación aun más y te lleve al completo desparrame. Pues si, a los Farrelly se les ocurre y tu sales del cine satisfecho y con dolor en la cara, porque no has podido parar de reírte en poco más de hora y media.
Y señores, esto sin duda también es la magia del cine.
Se nota mucho el sello de los hermanos Farrelly, de principio a fín. Otra comedia buena más de ellos, que por cierto, no tienen todavía ninguna defectuosa. Owen Wilson y Jason Sudeikis congenian a la perfección y forman una buena pareja cómica, y los secundarios están de lujo.
Tiene muchos gags y escenas desternillantes, y tiene varios momentos que los que sean seguidores de los Farrelly notaran enseguida su sello.
Nada más que destacar, otra buena comedia que se apuntan los hermanitos.
Los Farrelly vuelven a la carga. En esta comedia ligera (bastante ligera) te puedes encontrar ni más ni menos que lo que puedes esperar. Es una cinta para pasar el rato sin ninguna pretensión. Owen Wilson hace lo que puede, Jason Sudeikis le sigue el juego provocando algún que otro gag divertido. Pero no busquéis más.
Se trata de una comedia del montón. Sí, de esas para tirar a la inmensa pila que produce la industria de Hollywood cada año. Que esté firmada por los Farrelly sólo asegura el tipo de humor, bastante grueso y facilón como ya han demostrado los hermanos en otras ocasiones.
Si bien es cierto que puede provocar alguna carcajada, el moralista y absurdo final (tampoco esperaba otro) y algún que otro momento puritano y políticamente correcto confirma la tontería de los Farrelly, culminando en una cursilería soporífera que chirría exageradamente en su tramo final.
Es disfrutable en la medida que puede serlo, claro está. No pasará a los anales de la historia en lo que son las mejores comedias del cine, pero se deja ver. A buen entendedor, con haber visto algo de cine y viendo el cartel y sus directores, puedes hacerte una idea para nada abstracta del divertimento que propone.
Funciona en bruscos altibajos. Cuesta mantener el nivel, y eso es evidente. Nos montamos en una montaña rusa de subidas y bajadas constantes, divirtiéndonos claro está, en las bajadas (pocas) que se nos presentan.
Bastante floja en general, aunque arrancará alguna risa. Si tienes un mal día, puede que ni eso.
No es fácil hacer un chiste de minusválidos sin que nadie se sienta ofendido (especialmente en España donde siempre hay algún oportunista buscando un motivo de ofensa que le permita vivir de erigirse en defensor de algo para lo que no ha sido llamado y que no va a beneficiar más que a él) por eso cada vez que los Farrelly hacen una película que no respeta los tópicos sociales, me tomo la molestia de ver por donde salen.
Seguramente los mejores tiempos de los Farrelly ya han pasado y hayan perdido ya la frescura con la que revolucionaron hace años el mundo de la diversión cinematográfica con comedias sin argumento más allá de hacer reír (esa maravillosa Dos tontos muy tontos), con comedias zafias de buen gusto (Algo pasa con Mary) o con parodias que involucraban a minusválidos (Pegado a ti), pero siguen teniendo un gran ojo para identificar tabúes sociales y normalizarlos. Allí donde otros caen en la frivolización o en el mal gusto, Farrelly Bros son capaces de romper las barreras e integrar a gordos, siameses, esquizofrénicos, negros o discapacitados mentales como objetos de parodia y, por tanto, en la normalidad. Muchas veces la sobreprotección es una forma más de discriminación y los Farrelly son expertos en hacer que nos riamos con esos colectivos y no DE esos correctivos, fomentando que los veamos como personas y no como gente especial.
Carta Blanca no es la mejor de sus obras, no tiene ningún puntazo para la Historia del Cine, ni un ritmo frenético, ni fluye elegantemente de gag en gag como los clásicos Farrellianos, ni se desvincula del argumento principal para que la risa sea el único objetivo… Además, no ayuda demasiado un elenco protagonista en el que Owen Wilson, que siempre ha sido un poco sosaina, aún parece en terapia antidepresiva para recuperarse de los de Kate Hudson y el resto no aportan más inexplicables caras serias. Los secundarios sí parecen haber sido elegidos entre profesionales de la comedia, aunque para desgracia de la película no aparecen demasiado. Eso sí, Carta Blanca se ve con más interés que otras películas calificadas como serias, establece la misma complicidad de siempre con el espectador, deja para el recuerdo un par de conceptos sexuales (como el de comida falsa) en los que todos hemos pensado pero nunca hemos encontrado las palabras y, lo que es marca de la casa, concluye con un sketch exitoso que deja buen sabor de boca (esto parece obvio pero ¿cuántas buenas comedias han perdido un montón de puntos por un chiste final fallido?).
Un pelin lenta pero los Farrelly han conseguido algo más que un cúmulo de chistes sobre el eje central de Te casaste, la cagaste o follas menos que un casado: han conseguido hacer una película.