Cadena perpetua
Sinopsis de la película
Acusado del asesinato de su mujer, Andrew Dufresne (Tim Robbins), tras ser condenado a cadena perpetua, es enviado a la cárcel de Shawshank. Con el paso de los años conseguirá ganarse la confianza del director del centro y el respeto de sus compañeros de prisión, especialmente de Red (Morgan Freeman), el jefe de la mafia de los sobornos.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Shawshank Redemption
- Año: 1994
- Duración: 142
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Opinión de la crítica
Película
8.6
86 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alfonso Freeman
- Bill Bolender
- Bob Gunton
- Brian Brophy
- Brian Delate
- Brian Libby
- Clancy Brown
- Dana Snyder
- David Proval
- Dion Anderson
- Don McManus
- Dorothy Silver
- Frank Medrano
- Gary Lee Davis
- Gil Bellows
- Gordon Greene
- James Kisicki
- James Whitmore
- Jeffrey DeMunn
- Joe Pecoraro
- John Horton
- Joseph Ragno
- Jude Ciccolella
- Ken Magee
- Larry Brandenburg
- Mack Miles
- Mark Rolston
- Morgan Freeman
- Morgan Lund
- Ned Bellamy
- Neil Giuntoly
- Neil Summers
- Paul Kennedy
- Paul McCrane
- Renee Blaine
- Robert Haley
- Rohn Thomas
- Scott Mann
- Tim Robbins
- V.J. Foster
- William Sadler
Encontré esta película cuando me pareció extraño verla en el no.2 de las mejores en la lista de la IMDB (Mucho mejor la lista de FilmAffinity). A partir de ahí siempre tenia el gusanillo de verla, aunque desconfiaba un poco de dicha lista y del hecho que nunca la había ubicado antes. Pasó el tiempo y me la encontré en un videoclub y termine por adquirirla.
Había pasado mucho y mi expectación creció, a pesar de haber visto en esos días previos, películas como: La Strada, M y Cidade de Deus, las cuales me habían impresionado (sobre todo M de Lang), me preguntaba como era que The Shawshank Redemption estaba mejor valorada.
No quise leer la sinopsis, pensé que si era tan buena, ni siquiera hacia falta ello.
Mirarla era ya mas un ejercicio de obligación que de otra cosa, más que nada para comprobar si era cierto que era tan maravillosa.
Cuando estaba a punto de verla, mis expectativas era esperar que fuera al menos comparable a El Padrino. Esto por supuesto que era en términos de la clasificación, ya que cualquiera que ha visto The Godfather sabe que es casi imposible.
140 minutos después, me preguntaba como Cadena Perpetua no era la no.1….
De las 7 nominaciones que recibió no se llevó ninguna. Competía contra dos colosos como Pulp Fiction y Forrest Gump y aún así nadie la tachó de perdedora. Porque todos los que la hemos visto sabemos que pulula por la cima de las más grandes películas jamás filmadas. Yo estuve dos horas y media pegado a la butaca del cine sin apenas pestañear, saboreando todos los minutos y suplicando que fuese más larga, pues me daba cuenta que la estaba viendo virgen y que ésto era una obra maestra. La cara del personal saliendo de la sala tampoco se me olvida: la de la satisfacción idiota. Cara de tonto feliz. Feliz por haber sido participe de algo grande, y de tonto porque todavía no puedes comentar nada hasta que se vaya esa sensación tan agradable.
Pero lo más grande es la última media hora. Cuando estaba pidiendo a dios sabe quién, que Cadena Perpetua durara más tiempo, me regalaron el que para mí es el mejor desenlace de la Historia del Cine, por la duración de su metraje, por como ata cada uno de los cabos y por estar espléndidamente filmada. Media hora que nos dejó fascinados, insisto, a las mil personas que llenábamos la que entonces -ya desaparecida- fue la sala más grande de Donosti. El boca a boca fue el éxito más contundente de Cadena Perpetua. Ey, tenéis que ir a ver esa película, es alucinante… O algo así, supongo.
Basada en un cuento de Stephen King, Darabont adaptó un guión magistral en el que era su debut. Este film, dicen los mentideros, impresionó sobre todo a adolescentes y veinteañeros por contar una de las mejores historias de amistad entre hombres. Acostumbrados a ver tipos duros que chocaban los cinco, forzados aquí a mirar con otros ojos a los protagonistas y su historia, simplemente alucinaron. Personalmente, creo que es la historia más hermosa nunca contada sobre la amistad entre dos hombres. Morgan Freeman, como luego hiciera en Million Dollar Baby, es el personaje principal que nos narra durante todo el metraje las andanzas de su amigo, del que al final te das cuenta, que no sabías nada.
Creo que Morgan Freeman hace el papel de su vida aquí, y no en Paseando a Miss Daisy o en Million Dollar Baby. Lo mismo de Tim Robbins, su expresividad ausente creo que le venía como anillo al dedo al personaje de Dufresne. Los secundarios, todos de lujo: el alcaide perfecto, el capitán de celadores ídem, James Whitmore -el viejecito- inolvidable, la timba de presos que acompaña a nuestros amigos otro tanto. Todos perfectos. Una gran dirección con todos ellos. Nadie pienso que lo ponga en duda.
En resumen, una obra maestra como la copa de un pino. Un film que, aunque no te enseñe nada nuevo, te hace amar el cine como pocos. Una fotografía acertadísima, un montaje excelente y una adaptación colosal. Requeterequeterecomendable.
OBRA MAESTRA
Lo más gracioso es que cuando entré en prisión, yo era un hombre bueno y honrado, y aquí, me he convertido en un ladrón.
Comienza El Tiempo en el telediario. Buff…
Agarro el mando.
Recorro las terrestres.
Clik! Nada.
Clik! Nada.
Clik! Nada.
Clik! Nada.
Clik! Nada.
Clik! Nada.
Comienzo a recorrer las digitales.
Clik! Nada.
Clik! Nada.
Clik! Nada.
Clik! Nada.
Clik! Cadena Perpetua.
Suelto el mando.
No tengo conocimientos de cine. No tengo ni idea de montaje, de puesta en escena, de técnicas de filmación ni nada de nada. Tampoco acierto a captar extraños mensajes metafísicos (Tipo cine de David Lynch), y que sólo parece captar gente con algún tipo de don sensorial extranatural…
Pero he visto muchísimas películas. Y sin duda esta es de las mejores que he visto.
Entretiene. Es más, impide que centres tu atención en otra cosa que no sea la película. Conmueve, porque los personajes y sus historias te tocan la fibra.
Te deja el cuerpo como un reloj a pesar de lo que sufren y padecen los protagonistas.
La puede ver y disfrutar todo tipo de gente, porque es natural y de fácil comprensión (Es decir, no es de esas raras, en las que se necesita un manual para descifrarla).
Y sobre todas las cosas: Al terminar te dan ganas de levantarte y aplaudir (Y no recuerdo haber tenido muchas veces esa sensación en mi vida).
Me gusta mucho ir al cine. No me refiero tan sólo a ir a ver las películas, sino también a toda la parafernalia, las palomitas, arrebujarme en el asiento, agarrarme del brazo del compañero de al lado cuando me asusto, sestear apaciblemente cuando la película es un tostón (nunca he dormido mejor que en una sala de cine) y por encima de todo –y ésta es la razón principal por la que continúo yendo al cine- esa sensación de inminencia maravillosa, cuando se apagan las luces y empiezan a desencadenarse los primeros títulos de crédito: la sensación de que, hoy, quizás, va a suceder algo extraordinario.
A pesar de que la inmensa mayoría de películas que voy viendo son perfectamente olvidables, nunca he debido perder la esperanza, porque, a día de hoy, sigo emocionándome cuando la sala de cine se queda totalmente a oscuras y en silencio y se ilumina la pantalla y entonces empieza la música, las palabras, las imágenes y me preparo para olvidarme del mundo durante un buen rato…y ¿quién sabe?. A veces, sucede algo más.
A veces, muy raras veces, sucede lo inimaginable. Que es ir a ver Cadena Perpetua al cine, por primera vez, catorce años, y permanecer 142 minutos con los ojos abiertos de par en par, completamente abducida, seducida, absorbida, emocionada. Llorar, reír, implicarte emocionalmente en todo lo que está ocurriendo en la pantalla, volcarte en unas vivencias ficticias que, en el transcurso de dos horas te parecerán más reales que las tuyas propias. Obtener las pautas a partir de las cuales empezarás a distinguir gran cine de cine mediocre.
Darse cuenta, en definitiva, que el día en que fuiste a ver Cadena Perpetua fue, sin lugar a dudas, un día extraordinario.