Book Of Monsters
Sinopsis de la película
El 18 cumpleaños de Sophie se convierte en una matanza cuando seis terroríficas criaturas aparecen en su casa para devorar a todos los adolescentes que ha invitado a su fiesta. Mientras sus mejores amigos son hechos pedazos, la joven se verá obligada a hacer todo lo posible por sobrevivir la noche al mismo tiempo que hace frente a la cruda realidad: los monstruos son reales y sólo hay una persona que sea capaz de detenerlos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Book Of Monsters
- Año: 2018
- Duración: 84
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Opinión de la crítica
Película
3.7
65 valoraciones en total
Me encanta la propuesta de Stewart Sparke para desarrollar toda esa imaginería artesana y fantástica en un low-budget film como Book of Monsters. Ni es nuevo, ni es para todo tipo de público, pero sabe cómo llegar a ese sector cinéfilo embrujado por los encantos de Evil Dead (Sam Raimi, 1981) y sucedáneos de la home invasion más caótica y desinhibida. Con una historia tan simplona como el asedio de una serie de engendros a la fiesta del dieciocho cumpleaños de Sophie (Lyndsey Craine), Sparke organiza su particular festival de casquería a las órdenes de la comedia negra, el gore y el slasher, con todas las entradas compradas por teens calenturientos destinados a muertes firmadas por la Troma.
A pesar de su escaso presupuesto, el director inglés sabe muy bien cómo jugar sus mejores cartas. En este caso, sus cartas conforman una escalera real de monstruos lo suficientemente bien diseñados para crear una tensión insoportable y perpetua durante toda la película, basada exclusivamente en la supervivencia de sus personajes principales y su contienda contra un mal implacable, inexplicable y primitivo. Estas criaturas vomitadas de las entrañas del infierno no dejan de ser los hijos bastardos de iconos cinematográficos tales como La cosa (El enigma de otro mundo) (John Carpenter, 1982) o La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956) para ese Cambiaformas, el espíritu posesivo del Necronomicón de Posesión infernal (Sam Raimi, 1981) para el Genio o, incluso, los clásicos psicópatas enmascarados del slasher para ese córvido humanoide, pasando por las repugnantes viscosidades hermanas de la peste que James Gunn esparció por Wheelsy en Slither: La plaga (2006). Incluso el libro (obviamente hay un libro) parece una reedición del ya citado Necronomicón. Estos tributos a la serie B (y a la Z) no se quedan como simples tributos. Sparke consigue llevarlos a terrenos lo suficientemente originales para que ese aroma nostálgico se mantenga camuflado bajo la sangrienta estética televisiva de Buffy, cazavampiros (Joss Whedon, 1997) entretejida con un terror más serio y próximo al Maestros del terror de 2005 que hace que funcione a la perfección, como digo, para amantes de este tipo de cine.
De hecho, la comedia sobra cuando se hace tan vehemente en pantalla. Aparte de romper de muy malas formas la tensión (única forma con la que Sparke ofrece puntos de distensión), es tan inocua, irreverente y terriblemente explícita que obvia la mucho más interesante acción desarrollada paralelamente entre el trío protagonista y los antagonistas. La comedia estaba ya de por sí muy bien cubierta por la autoparodia con la que sus personajes hiperbolizan los estereotipos por excelencia del género, valiéndose de ella para trazar nuevas rutas de desarrollo de la acción perfectamente acordes al tono encantadoramente cutre y desembarazado de la película, muy propio de Troma Entertainment.
El abanico de personajes es muy sencillo, con construcciones vagas y desarrollos rápidos pero perfectamente balanceados en pos de segmentar la narración en varias líneas paralelas de seguimiento donde, la que más brilla, no es precisamente la de la protagonista. Mona, personaje cuya actriz, Michaela Longden, también da la mejor interpretación, es la chispa que pone en marcha toda la maquinaria de thriller y slasher adivinada desde el planteamiento a través de su construcción de personaje como mezcla de femme fatale y scream queen. Luego tenemos a la gótica, la pija y su novio Don Comedia, la parejita de enamoradas y demás personajes que no importan demasiado a excepción de la protagonista y su trasfondo a la hora de desvelar las incógnitas del argumento.
Con todo, Book of Monsters es diversión pura, libre de pretensiones y con un director al que la nostalgia no le ha impedido teñir de originalidad los innumerables tópicos del género desde la sátira más desenfadada.
Divertida película de adolescentes donde van a encontrar la muerte frente a originales monstruos realizados de manera artesanal como los de antaño y litros de sangre a borbotones sin ayuda del CGI, lo que nos sitúa ante un film, que bien podría haber sido rodado en la década de los ochenta.
Sophie ha organizado una fiesta en casa para su dieciocho cumpleaños, su intención es pasarlo bien con sus amistades de colegio, pero todo se desmadra cuando varios monstruos aparecen en la fiesta para destrozar a sus amigos y a todo el que se le cruce por el camino. Un libro que Sophie heredó de su madre parece tener el camino hacia la salvación.
Book of Monsters, en cierta manera representa el regreso a nuestra infancia, al VHS y aquellas películas de monstruos de trapo y máscara que trataban de generar terror con las viejas técnicas del cine de monstruos. Como si una de aquellas copias se tratara, la película dirigida en su mayoría en el interior de una casa por Stewart Sparke, quién ya cuenta en su currículum con otra película con monstruo llamada The Creature Below, nos sorprende por la originalidad de los monstruos, así como las bonitas ilustraciones del libro entorno al que gira todo como si del Necronomicón se tratara. Un combo de ideas nuevas combinadas con evidentes inspiraciones al cine mítico de sangre y terror, como podría ser Shivers de David Cronenberg o Evil Dead de Sam Raimi, en cualquier caso, con un resultado positivo que logrará el entretenimiento de todos aquellos a los que nos sigue gustando aquel cine de entonces.
Cabe resaltar, por si no ha quedado claro, que el principal logro del guionista Paul Butler, es el diseño de estos monstruos, que resultan tan divertidos como temibles, además también de las ingeniosas escenas de muerte y supervivencia junto a los chistes que quitan hierro al asunto y arrancan alguna carcajada.
La cinta está interpretada de manera correcta, principalmente por tres jóvenes Lyndsey Craine, Michaela Longden, Lizzie Aaryn-Stanton, aunque el protagonismo es bastante repartido incluso con otros actores y actrices, el texto no tanto, pero quién quiere palabras cuando hay un monstruo degollando estudiantes. Quizás la parte más complicada de desarrollar ha sido la de la lectura del libro donde la protagonista se convierte prácticamente en una cuenta cuentos, o master de juego de rol, francamente difícil sin que baje la diversión en busca de un sentido lógico para que haya seis monstruos en el comedor de tu casa.
Para disfrutar del terror gore de los monstruos de antes.
http://www.terrorweekend.com/2018/11/book-of-monsters-review.html
Cuando tenga una apuesta segura, o quiera vengarme de alguien, haré que vea esto , pero entera.
Yo solo aguanté unos 20 minutos, y soy de los que ven todo tipo de productos de escaso presupuesto, series B, e infinidad de cutreces.
Es algo tan espantoso que no existe palabra élfica para describirlo.
Lo primero es ver en un colegio, con lacitos en el pelo, a un grupo de actrices y actores (ojalá, más bien a un grupo de personas, simplemente) que parecen cuarentones, y celebrando que una cumple 18 años (en cada pata).
En serio, he visto películas malas, muy malas, y es rarísimo que me resulte imposible terminarla, pero es que de verdad, me resultaba algo vergonzoso, y demasiado patético.
Si has pecado, reza 1 avemaría y te tragas esta bazofia, serás perdonado, seguro.
Wolf.