Berlin Alexanderplatz (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV. 14 episodios. Se basa en una novela de Alfred Döblin, ambientada en Berlín en los años 20, que narra la historia de Franz Biberkopf, un ex-convicto que acaba de salir de la cárcel y, no es capaz de afrontar la miseria de su vida ni la indiferencia y crueldad de la sociedad que lo rodea. Berlin Alexanderplatz es la historia de un hombre, la de un continente, que, a principios del siglo XX, buscaban una redención que nunca llegaría.
Detalles de la película
- Titulo Original: Berlin Alexanderplatz (TV Series)
- Año: 1980
- Duración: 939
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Opinión de la crítica
Película
7.8
40 valoraciones en total
Fassbinder es un artista.
Fassbinder es el director de esta obra maravillosa que es Berlin Alexanderplatz , un título esencial en su filmografía, un título esencial en la historia de la televisión, una obra de arte en la que se halla sin duda la esencia de Rainer Werner Fassbinder, un gran cineasta.
¿Por qué?
A nivel de dirección y redacción de guión llevar a cabo una obra así supone un esfuerzo enorme. Se trata de una producción para televisión que no le tiene que envidiar nada a las cinematográficas en cuanto a presupuesto, decorados, vestuario: se trata de una inversión bien hecha. En cuanto a lenguaje visual, tampoco le tiene que envidiar nada al cine fassbinderiano: no se trata de una serie, se trata de una película de autor de 15 horas y media editada para ser emitida por televisión, es más, la pasión con la que el autor ha trabajado es patente, y aquí se apuesta más que nunca por los planos secuencia elaborados, apoyados en una muy buena puesta en escena. Tal vez el tener un presupuesto televisivo obligara a trabajar en planos más largos para ahorrar tiempo de rodaje: sea así o no, el resultado es notable y se aprecia un claro desarrollo de la técnica fassbinderiana, que tendrá continuidad en su filmografía posterior (escasa, desafortunadamente).
En Berlin Alexanderplatz está la clave de su cine: protagonistas atormentados, relaciones personales dominador-dominado, pasiones profundas como la angustia y la soledad: es, yo creo, un puente de unión entre el cine que había hecho hasta entonces y el que haría a partir de El matrimonio de María Braun. Berlin Alexanderplatz me parece su obra más amplia y completa, su mayor esfuerzo narrativo, un proyecto colosal enorme en el que Fassbinder quiere dejar claro quién manda añadiendo un epílogo, desarrollando algo absolutamente personal a partir de un material original ajeno.
En los aspectos artístico-técnicos, destacan la fotografía y la música, utilizados con inteligencia, así como el reparto, que reúne a actores representativos de toda su filmografía, en el que destacan sin duda el protagonista Günther Lamprecht, la bellísima Hanna Schygulla, Gottfried John con su cavernosa voz, Barbara Sukowa ( Lola ), Volker Splenger (transexual en Un año con 13 lunas ), Brigitte Mira (de Todos nos llamamos Alí ), Günther Kaufmann (habitual en cameos de muchas de sus películas, Nono en Querelle )… ¡Y sin duda alguna quiero hacer una mención especial de la aparición en el epílogo de Helmut Griem ( La caída de los dioses , Ludwig , ambas de Visconti) y Margit Carstensen ( Las amargas lágrimas de Petra von Kant ) haciendo de ángeles, así como del cameo del señor realizador en esta última parte de su obra magna!
Berlin Alexanderplatz es una experiencia audiovisual única, y desde aquí animo a todo aquél que sienta curiosidad tanto por la novela como por la serie en sí o por su realizador a que la vea y la disfrute =).
Berlin Alexanderplatz es una película dividida en 13 capítulos y un epílogo. En ella Fassbinder nos cuenta la historia de Franz Biberkopf, un hombre lleno de rabia, desengañado con la vida, que no es muy listo pero le gusta pensar, que lucha por salir adelante como sea. Violento, salvaje, que ve su mundo (el Berlín de finales de los años 20) como un estercolero.
Ante esto y ante sus vivencias se hace una promesa difícil de cumplir: ser honrado. Así empieza una historia de continuas dificultades, de lucha interior y exterior, de descubrimientos… nada es tan sencillo como parece y mantener una promesa así te puede hacer perder la cabeza…
EL SEÑOR FASSBINDER: Cuenta la leyenda que un adolescente bávaro de carácter complicado, familia centrífuga y pose de malote, que ni estudia ni afronta otras perspectivas laborales que ocasionales faenas de chapero, encuentra un día, donde menos esperaba, todas las respuestas a su angst crónico. Da con un bálsamo de cabecera y con la fraternidad de un alma gemela, la de Franz Biberkopf, a la que cree sumida en sus mismas penurias y contradicciones. Está ese remedio en las páginas de una novela vanguardista, publicada y ambientada en los estertores de la República de Weimar por el psiquiatra Alfred Döblin. Clásico instantáneo, considerado por muchos como el Ulises alemán, aunque Döblin siempre aseguró que no conocía el antecedente de Joyce en el momento de redactar su propia obra magna.
La obsesión por Berlín Alexanderplatz ni desaparece ni disminuye en la mente de Fassbinder conforme pasan los años y se encuentra ya convertido en cineasta profesional. Sueña con adaptar el relato. Ve ese proyecto como el estímulo esencial de su carrera, casi como su razón de estar en el oficio y en el mundo. No abandona nunca el proceso de gestación, aunque, mientras el asunto madura y encuentra viabilidad, se ocupe de decenas de filmes alternativos (¿preparatorios?) en los que no deja de introducir referencias y apelaciones, muy fáciles de detectar, al espíritu de esa obra futura. Incluso hace que se llame Franz Biberkopf el desdichado protagonista, interpretado por el propio Fassbinder en La ley del más fuerte (1975). Finalmente consigue que todos los astros queden alineados para emprender un catártico rodaje de diez meses, entre 1979 y 1980, que quiere afrontar sin interferencias al 100% de lucidez con la que se impone entrar en faena: fuera drogas, cogorzas y alardes pansexuales durante este período mágico en el que toma cuerpo el gran sueño.
EL SEÑOR LAMPRECHT: Habla la leyenda de un reconocido actor teatral y televisivo que está entrando en esa edad en la que se le pasa el arroz al intérprete de cine que no haya logrado asentarse en el medio, tener repercusión y recibir buenas propuestas derivadas del prestigio acumulado. Alguna participación distinguida en películas de bajo presupuesto y consumo local y tres papeles cortos con Fassbinder. No mucho para su sueño de disfrutar de un gran personaje, enorme, que le permita exhibir todo el talento que está seguro de poseer para la pantalla.
Implora la llegada de esa oportunidad en su pensamiento. Daría lo que fuera por ella… ¿Lo que fuera? Alguien está tomando nota. Una noche, durante el rodaje de El matrimonio de María Braun , se le presenta, en una pesadilla, el ilustrísimo Emil Jannings, en la forma del Mephisto que había sido para Murnau en Fausto . El caballero infernal promete a Lamprecht que, a cambio de su alma de cómico insatisfecho, tendrá ese papel que reclama. La madre de todos los protagonistas: uno incluso más grande que cualquiera de los de Jannings. Además con una caracterización que convertirá, de notable en asombrosa, la semejanza física y gestual de Lamprecht con su mítico antecesor. Mefistófeles-Jannings le hace saber finalmente que le ha caído bien, que le permitirá conservar su alma, pero que el favor va a tener su precio. Tras la gloria del superpapel todo volverá al estadio anterior. No habrá continuidad para él en el cine: sólo películas de segunda y trabajo alimenticio. Si le llegan propuestas de relumbrón, habrá de rechazarlas o su alma vagará por las tinieblas. Lamprecht responde a Mephisto que vale, que mola, que acepta. Despierta sin recordar nada, hasta el momento en el que, ese mismo día, Fassbinder le llama aparte y le dice: por fin tengo algo grande para ti: se llama Franz Biberkopf .
Sigo en Spoiler sin destripar argumento
Hace mucho tiempo que la vi pero sigo recordando cada una de sus escenas. La mirada de Reinhold sorbiendo un batido en su primera aparición. Su amistad y amor indescriptible con Frank. Abarca tanto, es una obra tan universal, que empeñarse en un ejercicio de crítica quedaría vacuo en este lugar. Se trata de un retrato de la condición humana de una profundidad que asusta y de un espacio y un lugar regurgitante de talento y miseria humana a partes iguales que difícilmente podrá repetirse o extraporlarse. De hecho, todo este barrio fue fulminado en la guerra y en su lugar ahora hay en Berlín un espacio diáfano con el ayuntamiento de la RDA, grandes almacenes, restaurantes, el pirulí y los costurones de la indolencia del nuevo orden que ha derruido el parlamento comunista.
Mención especial para la banda sonora, que nunca he encontrado.
Sería difícil encontrar 10 novelas del siglo XX a la altura de la de Döblin. Y es imposible encontrar una sola serie de televisión a la altura de la de Fassbinder.
Las hay más divertidas, más grandiosas, más largas, más caras, con más premios, con muchísimos más espectadores… Pero quien la vea jamás se olvidará de la Mitzi de Barbara Sukowa, de la música de Peer Raben, del marrón asfixiante del trozo de Berlín en el que se resume todo un siglo de la entera Europa. Me la grabó mi padre en video cuando se emitió en La2 y ahora, en DVD, siendo fan absoluto de la version original aunque la película sea en mogol, echo de menos el doblaje y aún escucho a la Scygulla preguntando Mitzi, ¿tu estás enamorada de mi? . Si tenéis quince horas libres, no encontraréis nada mejor en qué perderlas.
Reflexión: hoy resulta increíble que hace treinta años, antes de la televisión de pago, hubiera televisiones públicas capaces de afrontar odiseas como BA.