Bala mordida
Sinopsis de la película
Mauro Hernández, un joven policía preventivo a las órdenes de su comandante, se ve envuelto en un conecte de cocaína en donde por quedarse con unos pesos de más canjea su pistola para completar el costo de la mercancía. Discute con Joaquín, traficante y expolicía, a quien termina amenazando, pero al retirarse con sus compañeros una banda controlada por Joaquín le roba la mercancía. Mauro es herido, su chaleco antibalas no soporta el pinchazo de una punta, el escándalo por la deficiencia de los chalecos se convierte en una investigación de malversación de fondos policiacos, el cual es exagerado por los medios y la televisión.
Detalles de la película
- Titulo Original: Bala mordida
- Año: 2009
- Duración: 113
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Opinión de la crítica
5.4
60 valoraciones en total
Película mexicana que retrata la corrupción que existe en el sistema policíaco del país. Se fotografía con gran autenticidad a los barrios de la Delegación Ixtacalco de la Ciudad de México, así como las precarias condiciones de vida de los guardianes del orden .
Como siempre, grande la actuación de Damián Alcazar, Miguel Rodarte y el demás reparto hacen un muy buen trabajo.
Me quedo con éste diálogo de la película: El automovilista al policía: ¿cuánto cuesta la infracción por un insulto a un oficial? El oficial responde: Depende del insulto, no es lo mismo un pendejo , que un chinga tu madre . El automovilista le da $200 pesos y le grita: ¡Chinga tu reputisima madre pinche policía de mierda…!
Lo peor: Que retrata la realidad de nuestras autoridades.
La cara más corrupta, oscura y maloliente de la policía mexicana, llevada a examen en el primer largometraje de Diego Muñoz, que dirige, escribe y produce la película. Con claras intenciones documentales, este esmerado trabajo toca los puntos más calientes de la corrupción mostrándolos desde una perspectiva intermedia: esto es, una comandancia de la policía de Distrito Federal dirigida por un mando contaminado hasta las cejas. Engaña, a simple vista, el austero y sencillo aspecto visual de la película, engalanada con unos rótulos que incluso podemos considerar como cutres y puesta en evidencia por algunos errores técnicos de la edición, que no cuidó un buen puñado de escenas en las que la voz se escucha a un nivel muy por debajo del sonido ambiente. El disfrute y sensación de interés por lo que se narra es elevado durante toda la duración del metraje, pudiendo asistir a una serie de actos prácticamente inimaginables en muchos países del mundo pero al parecer muy cercanos a la realidad que se vive dentro de los cuerpos policiales de México.
La aparición del excepcional actor Damián Alcázar (Crónicas, 2004) como cabeza del reparto ya es un garante de calidad interpretativa, siendo el papel que desempeña el mencionado actor uno de los principales alicientes de la película. Su rol expresa los aires endiosados del comandante Alatorre, alguien para el que sus negocios turbios están por encima del desarrollo de la tarea policial que debería desempeñar. Servido de un grupo de agentes que emplea como sus lacayos personales, el comandante Alatorre se intenta beneficiar de los aspectos contra los que teóricamente debería luchar, siendo el narcotráfico uno de ellos. Esto demuestra cómo la situación de indefensión de los ciudadanos, quienes en muchas ocasiones deben dejar su seguridad en manos de corruptos que sólo buscan lucrarse de lo ilícito. Controlar las calles como si del viejo oeste se tratara es uno de los aspectos que mejor se retratan en la película, aunque alzando las miras más allá de su argumento relacionado con la corrupción también podremos ver el deplorable estado de los cuerpos policiales, en los que los chalecos antibalas son una simple prenda estética que no sirve para nada y las reparaciones de los vehículos corren a cuenta del propio agente que los conduce.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
La película se centra en una unidad policial liderada por su Comandante (Damián Alcázar), más específicamente en el oficial Hernández (Miguel Rodarte), el cual se ve involucrado en un problema de drogas donde sale herido de arma blanca.
Bala mordida es un trabajo que huele a amauterismo y a obra de principiante, Muñoz quiere decir tanto (el problema de drogas, corrupción policial, problemas con los chalecos, un conflicto amoroso, la función de los medios) que al final no dice nada.
Quiere transmitir esa sensación de asco respecto a lo que vemos en pantalla, ponernos al lado de los protagonistas con el uso de la cámara en mano, pero abusa de este medio que puede ser muy útil si se sabe manejar, prácticamente todo el film está grabado así.
Molesta ver a los policías hablando su dialecto en claves, por momentos hasta resulta cómico. Una edición torpe, actuaciones flojas, incluso, y aunque me duela decirlo porque Alcázar es de mis actores latinos favoritos, hasta él está lamentable y sobreactuado.
Poco o nada para salvar, quizá alguna secuencia de acción de alguna incursión policial, una historia pesimamente mal manejada, triste film.