Bailar en la oscuridad
Sinopsis de la película
Selma, inmigrante checa y madre soltera, trabaja en la fábrica de un pueblo de los Estados Unidos. La única vía de escape a tan rutinaria vida es su pasión por la música, especialmente por las canciones y los números de baile de los musicales clásicos de Hollywood. Selma esconde un triste secreto: está perdiendo la vista, pero lo peor es que su hijo también se quedará ciego, si ella no consigue, a tiempo, el dinero suficiente para que se opere. Tercera película de la trilogía Corazón dorado de Lars Von Trier.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dancer in the Dark
- Año: 2000
- Duración: 140
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Opinión de la crítica
Película
7.6
95 valoraciones en total
Hace algunos años mi pandilla de facultad destacaba por cosas tan mundanas como:
1.- Vivir la vida.
2.- Experimentar sexualmente.
3.- Escuchar rock and roll.
4.- Tocar la guitarra/ bajo / batería o similares.
5.- Leer libros.
6.- Amar el cine.
7.- No ser aburrido.
8.- Reírse.
9.- No deprimirse.
10.- Vivir la vida.
Recuerdo que en una de nuestras amenas tertulias alguien mencionó en una ocasión. ¿Habéis oído hablar de esa gilipollez a la que llaman Dogma 95? Así nos enteramos de que un don nadie, al parecer danés había hecho un manifiesto cinematográfico con reglas escritas y todo, que mas o menos consistía en que usándolas se podía hacer una peli con menos presupuesto que el de nuestra paga de niños mimados universitarios. El tema del Dogma salió en más ocasiones y siempre nos echábamos unas risas a costa de aquel fracasado que empezaba además a ganar puntos entre otras pandillas de la facultad que se caracterizaban por:
1.- Tener aspecto de estar muertos
2.- Follar con condón.
3.- Escuchar a los Sugarcubes.
4.- Tocar el melotrón/ xilófono/ tuba o similares.
5.- Leer a Nietzsche.
6.- Entrar en éxtasis con El Séptimo sello, Ordet y el Decálogo de Kieslowski.
7.- Aburrirse.
8.- Tener ojeras debido a su profunda duda existencial.
9.- Deprimirse.
10.- Tener aspecto de estar muertos.
Sin embargo hace unos cuatro años por fin me decidí a dar el paso alquilando en el videoclub de mi barrio esta película. Von trier ya era un cineasta aclamadísimo pero yo seguía siendo fiel a mi estilo de vida y por supuesto a mi pandilla de facultad. Y sucedió queridos amigos. Sucedió que simple y llanamente me hizo llorar. Juro que yo no lloro con facilidad. Perjuro que no recuerdo cuando había sido la última vez que lloré viendo una película. Probablemente nunca. Y vuelvo a jurar nuevamente para decir que antes que comprarme un disco de Bjork dejaría que me depilasen las ingles con cera ardiendo. Pero amigos, cuando la peli se acabó, las lágrimas inundaban mi rostro y además mi empatía con Bjork subía y subía hasta límites tan insospechados como inauditos. Y la película en sí era tan hermosa, hipnótica, provocadora, simple, hiriente, mágica… .
Y para terminar diré que después de esto he disfrutado a Von Trier de arriba a abajo. El predogma, el dogma el posdogma, y … ¡ Me gusta todo ¡¡¡¡¡ Maldita sea es que hasta me cae simpático ese perro dibujado con tiza ¡¡¡¡¡
P.D: Esta crítica está dedicada a Listo Comics, mi crítico favorito de Filmmaffinity, más que nada porque después de leer la suya le he dado por primera vez en el NO. Siempre hay una primera vez colega ¡¡¡¡¡¡¡
P.D 2: Años después de escribir esta crítica hube de presenciar en una sala de cine como Von Trier perpetraba una película tan abominable como La Casa de Jack. Sin ninguna virtud cinematográfica y execrable desde todos los puntos de vista. Sin ningún mensaje que ofrecer más allá de una irritante misoginia y la búsqueda de la provocación gratuita. Las escenas que incluyen niños y una muy concreta con un animal son dignas de que Von Trier analice su estado mental. Desconozco por donde tirarán sus películas en el futuro pero ha pasado a mi lista negra cinematográfica y dudo que salga de ella algún día.
Ésta parece una de esas pelis en las que si no votas alto te llaman insensible o mala persona. Pensad lo que queráis pero esta cinta pasó ante mí sin pena ni gloria.
Von Trier es un pretencioso y no lo digo como insulto. Es lo que es. Un tío que pone en sus portadas su nombre en letra más grande que el propio título de la peli ya me dirás tú qué es. No es malo ser pretencioso, pero suele acabar pasando factura. Lo que no se puede negar es que el tío innova, hace algo nuevo en cada film y eso se agradece. Aquí le da al musical y si no fuera porque los odio igual mi nota subiría un poco.
Mi problema con esta supuesta obra maestra viene con la protagonista. No me la creo, no puedo empatizar con ella por mucho que Lars la torture y martirice y nos haga suplicar por ella, y no puedo entender sus decisiones. Cuando no empatizo con el personaje, me distraigo. Y si encima me meten canciones, me aburro. Y si encima me las canta Björk apaga y vámonos. Yo la considero la Enrique Iglesias femenina pero como no es comercial ni guapa ni latina, pues es admirada por los culturetas.
Como actriz no sé definirla. Su personaje es tan aniñado y artificioso que me cuesta evaluar su interpretación. Coge a la propia Björk (rarita ella) y mézclala con Heidi y Amelie y te sale su personaje de Selma, una chica ciega pero muy buena, sin manchas en el alma, mientras los que la rodean son malos muy malos, excepto la amiga (Denueve, muy bien ella) y su pretendiente (Stormare en un papel en el que no hace de ruso loco o malo) que irán al purgatorio. Toda la historia busca la lagrimita y el odio hacia nosotros mismos con un guión con infinidad de lagunas.
Por último: mucho se ha rajado de la dirección de Michael Mann cámara en mano en Enemigos Públicos. Pero si lo hace un europeo chupiguay como Lars no pasa nada. O todos o ninguno por favor.
¿La recomiendo? Quizás sí, entiendo que a la gente le pueda gustar pero para mí resultó decepcionante. Dogville es mucho mejor.
Apasionado del cine clásico, confieso mi escepticismo hacia las propuestas del cine actual -sujeto a directrices mercantilistas-, y las más de las veces mediocres, faltas de imaginación y de talento. Pero toda regla tiene su excepción que la confirma, y sin duda Bailar en la oscuridad es una inesperada, transgresora y lucida excepción que nos atrapa desde el primer al último fotograma. Desolador melodrama que nos encoge el corazón y nos oprime el alma sin ningún tipo de concesión -a ritmo de musical- es una de las propuestas más audaces, imaginativas y deslumbrantes del cine de los últimos años. Rodada en un estilo casi documental, con un montaje seco y cortante que acentúa todavía más el efecto, Bailar en la oscuridad es un film que impacta, conmueve, y que remueve nuestras conciencias ante la trágica historia de Selma, inmigrante checa y madre soltera, que sobrevive en los Estados Unidos con su hijo, y que luchará con todas sus fuerzas contra el terrible, y asumido, destino que le espera. Film que alterna la dureza de la historia con los oníricos números de baile -fascinante el del tren- con los que la protagonista se evade del drama en que se ha convertido su vida, Lars Von Trier, autor asimismo del brillante guión, lleva a cabo un arriesgado ejercicio de dirección al servicio de la historia y de la cantante Björk, que compone una Selma conmovedora, de una dignidad y determinación escalofriantes, en una de las interpretaciones más serenas, naturales y contundentes que hemos visto en muchos años. Cine profundo y de gran calado moral, Bailar en la oscuridad tiene un final poéticamente agónico que desborda nuestra capacidad de asimilación, pero que nos deja un subliminal mensaje de esperanza. Solo queda remarcar la ceguera, tantas veces probada, de los miembros de la Academia al nominar a esta obra maestra absoluta del cine solo en el apartado de mejor canción original. De imprescindible y obligada visión.
Francesc Chico Jaimejuan
Barcelona 30 de septiembre de 2005
Tristísima y durísima película acerca de las injusticias humanas que pueblan el mundo de hoy retratado por el siempre sorprendente y magnífico director europeo Lars Von Trier, que para los que ya le conozcan, sabran de antemano el tipo de bofetadas que este genio del cine es capaz de dar a la conciencia dormida (en algunos casos inexistente) de cada uno de los espectadores. Esta película representa la cruda realidad del mundo de hoy desde un prisma ciertamente extremo pero al fin y al cabo (y por desgracia) realista a más no poder. Todos nosotros sabemos y conocemos perfectamente el egoismo que puebla la sociedad, ese que se mete en las venas y con el que los niños ya practicamente nacen, como una caracteristica genética más. El doble sentido o la doble moral es de sobra por todos conocida, es algo normal hoy día pero aún así, a pesar de semejante situación tan deplorable y patética es dolorosamente bello observar quer siguen habiendo personas a las que semejante Peste (como la llamaré a partir de ahora) no la ha afectado. Personas como Selma son como angeles en el infierno, es imposible que sobrevivan con toda su pureza en un mundo en el que tal cosa no existe, un mundo dominado por la falsedad y de esa misma forma falsamente cubierto de mentiras, de cosas bonitas dice la gente. Se engañan a ellos mismos si piensan que aún hay algo bonito .
Selma fue una victima no de su propio egoismo sino del egoismo y el cinismo de los que la rodeaban, de la cobardia de un hombre, para colmo policía, que no era capaz de afrontar la precaria situación en la que se encontraba, de las ansias de poder del dueño de una fabrica, de la injusta venganza de una mujer hacía tiempo ciega y perdida en sí misma, de la envidia de los demás al fin y al cabo por la feliz ignorancia en la que Selma se encontraba sumergida, un mundo fantástico sin el que es imposible sobrevivir en semejante despojo en el que nos ha tocado vivir.
Faltan palabras para describir la sobrenatural interpretación de Bjork acompañada por el unico personaje que verdaderamente se preocupó de ella, Cvalda, Catherine Deneuve que resulta magnifica interpretando en su personaje el realismo al que Selma no quiere bajar.
Lo dicho: Obra Maestra del cine de todos tiempos que perdurará en la memoria mucho tiempo despues de su visionado, probablemente toda la vida.
Voy a hablar desde las tripas. No puedo hacerlo de otro modo.
Sí. Porque creo haber encontrado sobradamente todas las alabanzas técnicas y artísticas referidas hacia este film. Sí. Porque ya se ha destacado que hay un antes y un después cinematográfico después de Bailar en la oscuridad
Desde las tripas pues, porque me resulta muy difícil pensar en términos de planos, secuencias, iluminación, montaje, expresividad, ritmo, narración, guión… música, cuando ninguna o muy pocas historias me han noqueado con tanta virulencia. Pocas veces la música en una película ha dejado de ser tal cosa para trascender a un estado que va infinitamente más allá de la mera etiqueta de banda sonora o género musical
Björk, ese ser prodigioso que dicen que llegó de los cielos, Vino, vio y venció… lo eclipsó todo y se marchó con su magistral e inexplicable interpretación, con su música (o ese algo más allá) a su particular universo celeste.
Desde las tripas, porque se me hace cuesta arriba rememorar ese final sin que algo se me retuerza dentro….
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