Báilame el agua
Sinopsis de la película
Todos los dias, en el metro, David ve a María. Un día se decide y le entrega un poema que ha escrito para ella, titulado Báilame el agua . Él vive en la calle y ella no duda en seguirlo, pero, poco a poco, ambos caerán en una espiral de drogas, prostitución, mafia y marginación.
Detalles de la película
- Titulo Original: Báilame el agua
- Año: 2000
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6.5
64 valoraciones en total
Bailame el agua… úntame de amor y otras fragancias de tu jardin secreto, sácame de quicio, hazme sufrir, ponme a secar como un trapo mojado. Llename de vida, librame de mi estigma, llamame tonta, olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora. No me arrastres, no me asustes, vete lejos pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo, toca mis ojos, nota la textura del calor. ¿Por cuanto te vendes? Píllate los dedos. Deja que te invite a un cafe, caliente, claro…y sin azucar… sin aliento…
Este es el poema que Unax Ugalde entrega a Pilar López de Ayala, y a partir de ahi ella decide seguirle, a pesar de ser un chico que vive en la calle, esta independencia hará que tengan que enfrentarse a situaciones difíciles, mas aún cuando se cruza en sus vidas las drogas o la prostitución. Es una historia de amor destructiva, ya que los personajes a medida que crece su amor se van menguando las ganas de seguir adelante. Esta película les sirvió a sus actores para que se les reconociera su valía profesional, ya que para ambos era la primera como protagonistas y a día de hoy son dos de los actores jóvenes mas valorados, y es que en este largometraje se salen, hacen que te creas sus personajes y te sumergen en la historia de pleno.
El corazón y la cabeza batallan por decidir si esta buena película mala me gusta o no me gusta.
Sé conscientemente que no es buena y que la historia roza la ciencia ficción por su exagerado desarrollo y descenso a los inviernos (no, no es un errata) de los personajes. Sé que Madrid es una ciudad hostil y maleducada, pero que uno no cae en el jaco ni permite a su amor caer en la prostitución teniendo una madre y una casa a dos cuadras de donde vive. Sé que los diálogos son malos y sé que los actores…a ratos sí, a ratos no…también sé que el tal Josecho San Mateo no sabe mover la cámara donde debe, de todo esto y algo más, soy consciente.
En realidad, me captó sobre todo ese primer paseo nocturno…cuando acabas de conocer a alguien y os perdéis paseando por, yo que sé, la Castellana o Plaza de España, congelados de frío, sin un duro y en un momento dado alguno pregunta ¿pero, adónde vamos?. Y no saber dónde ir porque en Madrid en invierno y sin pasta te mueres de puro asco. El trasiego de la calle Montera, aquí protagonista de la función, también. La extraña mezcla de coleguismo/frialdad/bordería de los madrileños, alternativamente padrinos y verdugos de los personajes. Incluso alguna frase perdida, a un nivel más íntimo, más emotivo: Tú me pides gestos y yo te pido palabras . Cuántas veces haremos lo imposible por demostrar un sentimiento y cuán incapaces somos a veces de decirlo, sin más. La grande y verdadera ironía de saber escribir y no ser capaz de darle a la persona que vende el culo (literalmente) por estar contigo aquello que necesita leer. La sensación de inercia existencial, la sensación de querer morir para desear renacer, también…el miedo a cambiar y el pavor a no poder cambiar nunca.
Cuánto brillo intermitente, cuánta emoción verídica existe en Báilame el agua y que pena que asome en cuestión de segundos y desaparezca en la mediocridad, el tremendismo barato y la inverosimilitud más absoluta. Porque mi corazón intentó creérsela pero mi cabeza ganó la batalla.
Fallida película sobre una historia que en mi opinión daba para más y mejor contado.
Lo mejor, como ya se ha dicho, la pareja protagonista: David (Unax Ugalde) y María (Pilar López de Ayala) que se les nota cierta química aunque no acaban de cuajar. La dirección está mal llevada, el señor Josecho San Mateo no ha sabido llevar, en mi humilde opinión, la historia por buen camino y la ha mezclado y enreversado de mala manera, le ha aportado tópicos y además de forma fallida, las canciones están como con calzador… y lo peor es que se pierde el interés poco a poco por la historia, que según los protagonistas se van dejando guiar por la vida de la prostitución, las drogas y la mala vida en general… nosotros nos guiamos por el aburrimiento y decepción de algo que prometía y se quedó en promesa.
La idea de un amor en mal lugar y una segunda oportunidad nos la han contado muchas veces, la idea de unos jóvenes que desperdician su vida también, la idea y el mundo de las drogas, la prostitución, la pobreza, los sueños no realizados, la intolerancia… son historias muchas veces contadas, y no nos importaría verlas y escucharlas muchas más veces, siempre y cuando se cuenten bien y nos llamen la atención, y aquí, desgraciadamente, lo que llama la atención es el título y los primeros minutos de la película solamente.
Me quedo con la idea general, la pareja protagonista (que aún estando bien no están de 5 estrellas aunque, por cierto, los nombres de ellos – María y David, muy acertados jeje) y con el poema que inicia la historia de ellos y da el bonito título a la película:
Báilame el agua.
Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azúcar. Sin aliento.
Desde luego no puedes salir indiferente despues de visionar esta película. Muestra el circulo de autodestrucción de sus jóvenes protagonistas y del que no pueden escapar. Tiene escenas bastantes duras y reales. Se nota que es una peli hecha con muy pocos medios, con unos actores que intentan poner todo de su parte pero el lastre de la peli lo encuentra en una dirección sin rumbo, vacía. Sin embargo, me gustó y da de que hablar. Las drogas, la juventud, la prostitución, la independencia, la libertad, el amor…Bonita historia, aunque triste
Lo de esta película no tiene explicación. Es difícil rebatir las críticas que se leen por ahí abajo. ¿No es cierto que parece escrita por alguien que no conoce ni de lejos la vida de la calle? ¿No es verdad que las interpretaciones dejan bastante que desear? ¿No es verdad lo de los personajes algo planos? ¿Ni que la historia de amor tiene su punto inverosímil? Ni lo sé ni me importa. Sólo sé que cuando veo esta película me quedo enganchado. Qué queréis: me la creo. Me uno a los personajes en su descenso a los infiernos, sufro con ellos, no me pregunto por qué eligieron la calle porque lo sé (sí, se sabe, está ahí). Aunque sé que un yonqui se moriría de risa o de indignación al ver a estos yonquis de bonito me creo su historia de droga, miseria y amor. Quizá es que uno cae en el hechizo de ese poema entregado furtivamente en el metro y a partir de ahí se traga todo. Uno se suma a la pareja protagonista desde el principio y los sigue adonde su amor los lleve, aunque sea al territorio de la ficción más delirante. Ni siquiera saben sus respectivos nombres, y no importa. A partir de ese momento todo es posible. Y si acompaña la música de Antonio Vega y el turbio espíritu de la ciudad, entonces es imposible resistirse al hechizo. Uno se enamora de esta película. Sin ver sus defectos: simplemente se enamora de ella. Y como buen enamorado es capaz de lo más absurdo, como escribir esta crítica tan cursi.