Asignatura aprobada
Sinopsis de la película
José Manuel Alcántara es un autor teatral de unos cincuenta años. A causa del fracaso de su última obra, o quizá debido al abandono de su mujer, decide irse de Madrid e instalarse en una ciudad de provincias a orillas del mar. Allí vive tranquilamente, dedicado a sus colaboraciones en radio y prensa. Pero de repente, los errores del pasado se le aparecen nuevamente. Su hijo, cantante y compositor rockero, se presenta de improviso, no para ajustar cuentas, sino para algo más audaz. Una actriz de la que estuvo enamorado surge un día en las carteleras teatrales de la ciudad. Y su amiga Lola planteará a José Manuel problemas de interés compuesto.
Detalles de la película
- Titulo Original: Asignatura aprobada
- Año: 1987
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
5.5
75 valoraciones en total
La película fue doblemente nominada, para los Goya, como mejor director incluso premiada, y por los Oscar como mejor película extranjera. El por qué, no lo sé.
Me parece más un guión para el teatro y lo único que se enfrenta a ésto es esas imágenes continuas de Gijón, del Molinón o de Oviedo capital. Además Jesús Puente, único protagonista, fue mucho mejor en el teatro que en el cine.
Aquí nos cuenta la depresión de un escritor y sus pensamientos y reflexiones sobre el pasado y el presente, con unos diálogos muy profundos pero con un ritmo demasiado pausado, muy lento y anodino.
No cabe duda de que este tipo de cine, típico de Garcí, tiene sus defensores, pero yo no soy uno de ellos.
Las actuaciones de Victoria Vera y Teresa Gimpera resultan muy escuetas y sin alardes.
La película resulta tediosa y bastante aburrida. Floja en líneas generales.
Efectivamente, él ya tiene esa asignatura superada, hace tiempo que abandonó la Academia del cine español, esa que le premió como mejor director, precisamente por esta película. Calumniado y ofendido, en los últimos años del zapaterismo, siempre fue denostado por los que no opinan como él, minimizando sus triunfos internacionales, descalificando sus películas aunque tuvieran éxito, por no pertenecer al club de la ceja. Son los llorones y pedigüeños que se quejan constantemente de que nuestro cine no recibe las ayudas que merece, olvidándose de que quizás, son sus películas sectáreas, aburridas, mediocres, vulgares, soeces y escatológicas, las que no interesan al público que no acude a las salas. Son los mismos que dominan la Academia que mañana, seguramente, volverán a montar otro akelarre contra el Gobierno, porque a alguien hay que echarle la culpa de la mediocridad de la tropa, no todos, afortunadamente, pero sí los más significativos. Son los que no acuden a celebrar el día de la fiesta nacional, 12 de Octubre, pero mañana acudirán con smoking para pisar alfombra roja, a soltar cuatro frases ingeniosas, en una ceremonia cutre y reivindicativa de unos privilegiados que siempre piden más leche de la vaca, que papá estado les financien sus panfletos y patrañas, aunque presumen de ser apátridas, pero siempre añoran la subvención.
Después de unos años sin rodar, Garci volvió tras la cámara ofreciendo de nuevo, abundantes motivos de reflexión. El primero y más importante es el determinante y notorio cambio de registro, se trata de su película más escéptica triste y desesperada, su obra más amarga y desencantada. El segundo, la madurez expresiva y el dominio absoluto en la planificación y el encuadre, que parecen haber ganado con la experiencia de los años seguridad y transparencia, transmitiendo claramente ese cine existencialista que siempre impregnó la mayoría de sus películas. El tercero, es la mirada recurrente de Garci sobre determinados personajes que se siguen cuestionando quienes son y hacia donde van. Porque el cine de Garci habla de gente corriente con problemas que podemos tener muchos de nosotros, pero siempre desde la inteligencia y el buen gusto, no desde la zafiedad y de un folclorista cutre y provocador, que es lo que suele prevalecer ahora.
Asignatura aprobada es el retrato de un comediógrafo ya maduro que se encuentra varado en dique seco y al que la vida coloca delante de un espejo nada halagüeño. Acorralado por los recuerdos, conmovido en lo más íntimo por su relación con los tres personajes que le acompañan, descreído y solitario, José Manuel Alcántara (Jesús Puente) arrastra su fracaso personal por las calles de Gijón y Oviedo, escenarios muy queridos por el cineasta. Paisajes preciosos que su operador, Manuel Rojas ha captado con gran mérito. La mirada de Garci acompaña constantemente al personaje, intentando comprenderle, y lo más importante es que el espectador consiga empatizar con el protagonista y sus problemas. Surge pues, una tonalidad de tristeza, de desencanto algo contemplativo que impregna todo el film.
Rodada con suavidad y elegancia, aprovechando maravillosamente el formato panorámico y ese color que transmite el estado de ánimo del personaje. Garci vuelve a recurrir a sus amigos para aparecer puntualmente en el film, su partido de fútbol en El Molinón, su amor por la música clásica expresada en el concierto de Año Nuevo, y sus actrices singulares como Teresa Gimpera y Victoria Vera que están espléndidas. La construcción del film está cimentada sobre conversaciones a dos, que van puntuando las reflexiones del protagonista. Con unos diálogos maravillosos sólo aptos para sibaritas de la palabra, por lo que es lógico que aburra a los amantes del exabrupto. Unos personajes descritos con pinceladas impresionistas que transitan con serenidad, pero enriquecidos por una complejidad interior. El cine de Garci tiene servidumbres pero muchas virtudes que lo hacen poderoso para crear imágenes auténticas y sinceras.
Ya noté en otras ocasiones que los menús propuestos por Garci me repetían, pero con esta Asignatura aprueba a lo grande su melancólico destino de provocar empachera de vana verborrea e insoportable cursilería.
A medida que transcurría el rollazo, imaginaba a Garci rebutido en el sillón de su despacho, recreándose muy ufano con la elaboración de sus rebuscadas galanuras de pacotilla.
Y me veía a mí mismo, delante de la tele, echándole constantes ojeadas al reloj, presa de tics nerviosos en mi emperrado empeño de llevar a cabo el ejercicio de masoquismo que supone consumir hasta el final tal desabrido plato.
Algo debe de haber podrido en los entresijos de los Goya para que le hayan otorgado uno a este bodrio.
Asignatura aprobada de José Luis Garci es un drama basado en un autor teatral ya en su fase madura que deja Madrid y se instala en Gijón para vivir tranquilamente, y sin embargo una vez allí descubre ciertas cosas en su vida y vive otras que lo marcarán para siempre. Dirigida con un ritmo paulatino y con el estilo particular e íntimo del director que llega con estilo al corazón del espectador, es una obra personal que expone una historia sencilla y emotiva que en un principio parece basarse en recuerdos del propio protagonista y que luego se vuelve más profunda y sentimental en unos giros argumentales inesperados que dejan al público pegado al asiento, concluyendo un film imprescindible en la filmografía del director que sobrevive eficazmente el paso de los años.
La fotografía es alusiva al lugar y tiene imágenes algo lúgubres y repleta de detalles inspiradores que confortan y conmueven según la acción, logrando también algunas escenas hermosas. La música es emotiva en sus sonidos clásicos que acompañan el film en los momentos oportunos para no desviar de la trama la atención del espectador. Los planos y movimientos de cámara consuman una notable tarea técnica a través del uso del avanti, retroceso, generales, reconocimiento, panorámicos, seguimiento, tercera persona, detalles, plano-contraplanos y primeros y primerísimos planos que se centran en sacar lo mejor de las interpretaciones.
Las actuaciones son creíbles y profundas. Como protagonistas Jesús Puente trabaja con profundidad psicológica en una sincera labor, Victoria Vera está sensual e innata en su tarea y Teresa Gimpera acertada en un trabajo con hundimiento psíquico, siendo buenos los acompañamientos de Eduardo Hoyo, Pastor Serrador, Manuel Lorenzo y Pablo Hoyo entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones distinguidos e impolutos que varían de elegantes por un lado a informales por otro en una decente labor que junto con los decorados y los exteriores te transportan in situ.
El guion, escrito por el director junto con Horacio Valcárcel, es muy humano y conmovedor en lo que expone, tanto por el pasado que recuerda el protagonista que ya nunca volverá como por los inesperados giros de la historia que colocan esta cuestión en segundo lugar, dejando al público absorto y finalizando un film que es algo pesimista pero que dejará buenas vibraciones tras su visionado. Esto se lleva a cabo con una narrativa profunda que es bastante directa y expresiva en sus desilusionadas palabras que hacen más sombrío el film.
En definitiva, la considero una obra desesperanzadora y triste en líneas generales al estilo más propio del director que cala en el sentimentalismo del público más emotivo y buscador de dramas recónditos bien llevados a cabo para quedar en la retina del espectador. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, planos, movimientos de cámara y narrativa que convierten a Asignatura aprobada, en un film hermoso que se centra en transportar al público a un viaje sincero al corazón.
Garci retoma como escenario de fortuna la ciudad de Gijón. La película, es un melodrama más, de aquellos a los que Garci, nos tiene hoy tan acostumbrados. El guión, aunque inteligente, resulta por momentos discursivo y carente de realismo. La escasez de personajes, el intento de retratar algo de los ochenta casi sin éxito, y una burda imitación del estilo Bergmaniano, hacen de la pelicula un cine menor, aburrido y totalmente prescindible.