Así es Madrid
Sinopsis de la película
En el Madrid de los años 50, la tranquila vida de los vecinos de una corrala se verá alterada con la llegada de Antonio, un hombre sin escrúpulos que vive al borde de la ley. Aunque le gusta Luisa, decide enamorar a la tímida Eulalia para darle celos a su hermana y utilizarla en sus turbios asuntos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Así es Madrid
- Año: 1953
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
5.7
87 valoraciones en total
Me gusta la zarzuela y esta película lo parece, aunque le falta más música, que alguna hay. Un diálogo ocurrente, castizo, chispeante, con ese hablar madrileño que ya se ha perdido. No te atolondres, hija, que me intoxicas. Cuidado con las palabras, Carmen, que me denigras.
Susana Canales está espléndida. Uno de los galanes de la época, José Suárez, cumple. Y vemos las actuaciones memorables de Pepe Isbert y Manolo Morán. Por no hablar de Julia Caba Alba, siempre en su punto.
La vida en una de las corralas que ya no existen, filmada con una cámara que se mueve muy bien. Un documento sobre algo que estaba en vías de desaparecer. Mucha ingenuidad, poca malicia. La chica buena se asusta de un beso de su incipiente novio. Y en no pocas pelis españolas de ahora lo mínimo que sale es la promiscuidad, elevada a nueva moral, la apoteosis del folleteo indiscriminado.
Eran los tiempos de la permanente, en el pelo. Ahora se lleva lacio.
Hay una música y coreografía con motivo goyesco que no está mal.
Juzgar esta película sin intentar retrotaernos al momento en el que se rodó, sería injusto. Para el público de la época los personajes podrían resultar cercanos y, por darle un toque castizo (por lo de Madrid), los parroquianos se despiden cantando con un baile en la corrala pero hoy día esta forma de contar las cosas nos podría resultar un pelín ridícula.
Los personajes son del mismo perfil que la celebrada ¡Bienvenido, Míster Marshall!, también de ese mismo año y, aunque la historia central es de tono dramático, nos queda ya lejana y disfrutamos más con las escasas intervenciones de Manolo Morán y Pepe Isbert que entretienen la función. Hasta qué punto nos puede quedar lejana que, en unas escenas en las que las chicas aparecen vestidas de negro, con tocado y guantes, le digo a mi esposa: Se ha debido morir alguien, y me dice: Que no, que van a la boda de la amiga, que es que antes las novias se casaban con un vestido negro… Puede tener interés también echar un vistazo a los interiores de las modestas viviendas que aparecen, rallanas en la miseria, para celebrar que ahora, pese a todos los problemas, vivimos mejor. Si estamos más interesados en ver cómo era Madrid en aquellos años, las magníficas La vida por delante (1958) y La vida alrededor (1959), de Fernando Fernán Gómez, ofrecen una instantánea más precisa y más divertida.