Al 3er. día
Sinopsis de la película
Cecilia y su hijo emprenden un viaje. Al tercer día, la encuentran vagando sola, sin recordar lo que sucedió durante este tiempo. Busca desesperadamente a su hijo y se ve envuelta en una caza brutal, llevada a cabo por un fanático religioso, al que se enfrenta. Para ella, es un lunático. Para él, Cecilia es el enemigo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Al 3er. día aka
- Año: 2020
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
5.1
50 valoraciones en total
Al tercer día (2021) es una película de terror argentina del director Daniel de la Vega, quien ya cuenta con una vasta trayectoria en el género. La propuesta, muy cargada de distintos elementos, cuenta con una sólida realización y un muy buen elenco. Un demonio, un cura y un marido violento persiguen a una mujer.
Por Nicolás Bianchi
Una recurrente propuesta del terror es recrear, con sus modos, los distintos asedios cotidianos que experimentan las mujeres. Al tercer día va por ese camino, con una protagonista mujer en el centro, y una galería de personajes masculinos que de distinta manera se la disputan. Hay, tras los componentes más vinculados al horror fantástico, un trasfondo de violencia de género en la trama que desarrolla la película.
En principio son dos los personajes principales. Uno de ellos es Enrique (Gerardo Romano), un hombre hosco que luego de un llamado telefónico debe llevar un misterioso ataúd a Santa Cruz, lo que es para él un último trabajo, una tarea que cierra algo. Por otro lado se encuentra la protagonista Cecilia (Mariana Anghileri), que toma a su pequeño hijo y emprende un viaje, que se parece mucho a un escape.
Ambos sufren un accidente en la ruta. Luego del choque entre ellos Cecilia aparece, completamente aturdida, en una vivienda al costado de la ruta y es trasladada a un hospital. Su hijo está perdido y, desde el accidente, pasaron tres días de los que no recuerda nada. Su objetivo, de aquí en más, es recuperarlo y para eso huye de los médicos y los policías que la vigilan. A la vez, el personaje de Enrique inicia otra búsqueda, que tiene que ver con lo que llevaba en ese ataúd y se liberó por el choque.
Lo fantástico en la película, o sea aquello que se liberó en la ruta, actúa contra una mujer que ya estaba en tensión con toda una serie de personajes masculinos. Además de huir de los policías, Cecilia estaba escapando de una relación con un hombre (Diego Cremonesi) que se presenta violento. Más tarde ella, y puntualmente su cuerpo, será el campo de batalla entre Enrique y el demonio liberado.
Al tercer día está bien resuelta desde lo técnico y cuenta con una producción y efectos que la alejan del cine de terror de segunda mano. No aspira al vuelo artístico de Muere Monstruo Muere, por poner un ejemplo local, sino que se mantiene por un carril más tradicional de terror fantástico. El elenco que completan Osvaldo Santoro, Osmar Núñez y Rodolfo Ranni, entre otros, le dan también un valor adicional a la película.
Quizás el principal problema del film sea el exceso (de aquí en más spoilers). Todas, o la mayoría, de las escenas se desarrollan en un ambiente saturado de ambientación musical y visual que buscan generar tensión y terror. Hay, además, un vidente, un exorcista, un monstruo que es un demonio y un vampiro a la vez, posesiones, decapitaciones y varios elementos más. En este caso menos hubiera sido más. De todas maneras en el desenlace se revigoriza la narración para un cierre potente. Todos, en algún punto, atentan contra Cecilia, que escapa como puede, como le es posible.
Resulta increíble que la devaluada crítica profesional ponga por las nubes esta porquería. Salvo las actuaciones de Anghileri y Romano, lo demás es para envolverlo y tirarlo a la basura. Personajes planos sin desarrollo alguno, efectos especiales de pena y carencia absoluta de sentido en toda la historia. Párrafo aparte la careta del monstruo que parece un saldo de Halloween y el detalle que los subtítulos aparezcan en letra gótica para darle más realce. Cine B del peor. Una mujer huye con su hijo de su marido golpeador (que al final tan temible no debía ser, porque a la primera de cambio le da matarile) pero choca con la camioneta que conduce Romano (un peculiar cura que al parecer tiene un misión, que nunca se llega a saber cuál es, y transporta una caja con un monstruo que tampoco se sabe de donde salió ni que pinta en todo esto). La mujer aparece tres días después encerrada en un antiguo instituto de menores abandonado sin su hijo y sin saber que le pasó para lo cual visita a un hipnotizador que, aparentemente también es religioso (cosa que tampoco se revela, ni como conoce al médico que atiende a la mujer, ni nada) y organizan una sesión con efectos especiales que eran viejos en 1950. Y eso es todo. FIN. Si no corrió un billete bajo la mesa, es inentendible el lisonjeo de la crìtica especializada .