La maldición de Rookford
Sinopsis de la película
En 1921, después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), una escéptica mujer viaja hasta un internado para investigar una aparente posesión. Justo cuando cree que ha desacreditado la teoría del espíritu maligno, tendrá un espectral encuentro que desafiará todas sus creencias racionales.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Awakening
- Año: 2011
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
5.3
53 valoraciones en total
No sé por qué en vez de La maldición de Rookford siempre me refiero a esta película como La maldición de Roquefort. ¿Será porque huele mal? Perdón, huele fatal. El argumento es prácticamente el mismo que Luces rojas de Rodrigo Cortés pero con casi un siglo de retraso menstrual y cambiando los pitos por potorros. Que si no creo, que si desenmascaro, que si no creo, que si llego y sigo sin creer, que si se refleja en el pomo de la puerta mi mano y salto, que si me asomo a la ventana y me levantan la falda por detrás, que el operador de sonido está de ¡subidón!, que si puede que empiece a creer, que si pongo a jugar con los pre-clips de playmobil y me trollean, que si me quiero bañar con las bragas puestas… que sí, que sí, que sí… que tanto que sí… que todo acaba oliendo a que-so. O sea, a Roquefort. El chiste es malo, pero al menos es más original que la película.
Es tiempo de fantasmas y aferrarse a los perdidos… y con una premisa interesante se llega a un colegio con niños y el fantasma de uno de ellos. La casa de muñecas actúa como un organizador de los sucesos y el reto de la no creyente es empezar a creer. A Bran Stark le va mejor en Invernalia y McNulty de The Wire enseña culo y cicatriz. Rebecca Hall tiene clase y porte para interpretar a un personaje fuerte y con carácter. También talento, aunque le toque lidiar con una historia condenada a giros y tirabuzones en su recta final. La maldición de Roquefort da el tufillo según empiezas a cortarla en lonchas y acercarla al paladar. Es cierto que un personaje así es bastante inédito en el subgénero de ‘casas encantadas y fantasmas’ y que el filme tiene buena factura, pero el ritual de subidas de escaleras, puertas entreabiertas y apariciones por (y como) el culo es recurrente y obvio.
Los magos suelen utilizar una frase comodín. Cuando pillaron a Anthony Blake, con El Gordo y el Enano dijo lo siguiente: «La gente sabe cuál es mi profesión. No vivo de lo que yo hago. Vivo de lo que tú ves». Si alguien empieza a ver una película como La maldición de Roquefort sabe que va a ser ‘engañado’ con un truco final. Bueno, a nadie le gusta que le engañen con un enano, pero si el truco es bueno y merece la pena aplaudirá… Podrá valorar si huele mucho, poco, si la textura es correcta o deja un buen o mal sabor de boca. El problema es que el Roquefort canta bastante y deja mal aliento… hasta en la boca de los fantasmas, pero misteriosamente aquí deja un regusto final.
Gran película, la cual indudablemente bebe de obras tales como Sexto sentido o Los otros, pues The Awakening se trata de un filme de intriga sobrenatural (fantasmas) con final sorpresa que nos cambia el rumbo de la trama en 180º.
Es una película llevadera, que goza de una inquietante ambientación (la historia se despliega en un enorme y lóbrego internado de niños situado en las afueras de la ciudad), a lo que además se suman grandes interpretaciones en el trío protagónico que hacen muy creíble el relato (Rebecca Hall, Dominic West e Imelda Staunton) y una fantástica recreación de época (los años 20) tanto en vestuario como en costumbres y tecnología del momento.
Obviamente que gran parte del mérito de este filme para llegar a tener el 7,5 que le coloco de valoración está en el giro sorpresa que aparece cerca del final, el cual nos cambia por completo la perspectiva de todo aquello que veníamos visionando y nos obliga a estar atentos y a no descuidar ningún detalle del argumento para poder comprender cabalmente la historia y las situaciones de los personajes.
Para mí el final tramposo hace elevar la calidad del guión en sí, le da un toque especial y de distinción al argumento, lo cual hace que por un lado el filme gane en emotividad y por el otro como espectador uno se sienta sorprendido, pues esa vuelta de rosca del final es absolutamente impredecible.
Al principio de mi comentario les decía que The Awakening se parecía a obras maestras como Sexto sentido o Los otros. Ahora bien, quiero dejar en claro que La maldición de Rookford (título que se colocó en España a la obra que nos ocupa) nunca llega al nivel de dramatismo y de tensión que sí lograron las otras magníficas cintas que mencioné.
The Awakening te mantiene atento, te sumerge en una atmósfera de misterio, te encandila por allí visualmente gracias a la maravillosa ambientación escenográfica y a la recreación de época, te resulta convincente gracias a las interpretaciones de los actores, pero nunca llega a darte miedo ni a inquietarte demasiado como era de esperarse. Ése es el gran defecto que le encuentro a esta película, la cual por un lado busca sorprenderte y lo logra de manera sublime, pero por el otro lado no consigue generar miedo en el espectador y por ello falla en uno de sus principales objetivos.
Sigo sin cometer spoilers
Nada más empezar la cinta, en su escena inicial, ya atrapa tu atención por la cuidada puesta en escena, su atmósfera realista, su solidez dramática. Desgraciadamente, esto es un fantasma que continúa por el resto del film con una cuidada fotografía y ambientación sugerente, pero que nunca llega a materializarse con verdadero convencimiento de su potencial.
¿La culpa? Su montaje y su guión que va dando trastazos sin llegar a ninguna parte, intentando sorprendernos en la media hora final, pero solo dejándonos perplejos con unas vueltas de tuerca retorcidas y rebuscadas y que no transmiten nada, solo dolor de cabeza.
Pese a todo, y a que ya se han visto filmes de corte argumental de terror fantasmal, muy parecidos, aquí nos encontramos con un ambiente extraño, peculiar, con unos personajes curiosos, que rondan la excentricidad y que son más raros que un perro verde, supuestamente en base a los traumas que han sufrido a lo largo de sus vidas. Algunos personajes tratados con mejor acierto que otros, que incluso son prescindibles (el guardián de la casa, por ejemplo) , pero son las correctas interpretaciones de los protagonistas los que salvan el film del ridículo.
Es una lástima que no se hubiera sabido coser la historia de otra manera que hubiera implicado mejor al espectador y que el desenlace no pillara tanto por sorpresa y a la vez, al menos en mi caso, que no te dejara más frío que un gato de escayola, por lo rebuscado y retorcido, como ya he dicho antes. Quizás unos flashbacks metidos con sutileza o unos antecedentes más explícitos de la vida de la protagonista, hubiera enganchado mejor con la inteligencia del espectador, que ha de usar sus neuronas solo al final, y durante una hora y cuarto se ha de limitar a ver los sustos y las tonterias fantasmales insinuantes de siempre.
Eso sí, con una buena atmósfera de intriga y buen plantel artístico. Pero en la balanza final lo malo se come a lo bueno, y viceversa, o sea: un aprobado neutro. Ni recomiendo, ni dejo de recomendar… que cada cual consulte con sus propios fantasmas qué ha de hacer.
Acabo de verla ahora mismo y la verdad es que me ha dejado buen sabor de boca. La primera hora sin duda es lo mejor, luego se va desinflando poco a poco y el final es lo peor de todo, aunque tampoco es un mal final. Las interpretaciones están a la altura. Rebecca Hall hace un papelón que hace que nos metamos en la historia y la escena de la casa de las muñecas donde se van viendo acontecimientos pasados hasta el presente, es para mi de las mejores escenas de la película. Toda la película esta envuelta de misterios que se van cerrando poco a poco hasta el acto final ¿pero que final? pues un final que es tramposo ya que te puede hacer pensar en varias cosas, o eso cree la gente, porque creo saber cual es el verdadero final.
Si quieres saber la verdad sobre el final consulta el spoiler allí creo que te sacare de dudas.
Nick Murphy es un escritor y director irlandés que hasta ahora vivía creando series para la BBC, que es el nombre de una cadena de TV británica y no las siglas cachondas del camino más corto hacia la supervivencia que toman muchos profesionales de eso que llaman sector audiovisual y que, efectivamente, tampoco funciona en nuestro país (y no precisamente por falta de medios y profesionales). Nada nuevo cara al sol.
Pero no hablemos de despropósitos fuera del cine y quedémonos con los de dentro, porque los hay y muchos. Por ejemplo la primera película de Murphy, titulada THE AWAKENING (EL DESPERTAR).
El planteamiento y sus personajes los hemos visto mil y una veces repetidos: alguien escéptico con el más allá y todo lo espiritual (aquí interpretado por Rebecca Hall) viaja a un lugar tenebroso (un internado) convencido por otro personaje sí creyente (cómo duele ver a Dominic West -el gran detective McNulty de la excelente The Wire- haciendo papeles así) que le abrirá los ojos ante un caso metafísico de trauma infantil. Allí conocerá a una criada de comportamiento extraño y un niño que sabe más de la cuenta. ¡Ta-chán! Terror a veinte duros el kilo de tópicos.
Pese a la buena secuencia inicial, la película no tarda ni diez minutos en deshacerse. Aunque es más justo decir que nunca llega a tomar forma. Alguna vez se logra el repullo, nunca el escalofrío. El miedo que trata de contagiar la cinta es insípido y previsible. Para colmo cae en el enésimo tópico, el del romance entre protagonistas unidos por un miedo compartido. La torpeza y la tontería se veían venir desde la primera escena en que se cruzan.
El guión de la cinta sólo tenía una salida de emergencia: la trampa. Pero atentos porque ésta es mayúscula. Un insulto con cien tildes y exclamaciones. Un fraude cinematográfico en toda regla. Una vez que se descubre la verdad (o mejor dicho, la gran farsa) la película cae en picado de forma vertiginosa. Qué mareo. Es verdad que no hay que tener miedo a los muertos sino a los vivos. Sobre todo si les das mucho dinero y no saben qué hacer con él.