À ma soeur!
Sinopsis de la película
La directora francesa, tras la polémica Romance X (1999), continúa en el terreno del sexo en este film que retrata el descubrimiento sexual de la adolescencia, desde la perspectiva de dos jóvenes hermanas, Elena y Anais, ansiosas de perder su virginidad durante unas vacaciones.
Detalles de la película
- Titulo Original: À ma soeur (Fat Girl)
- Año: 2001
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
Película
5.9
41 valoraciones en total
En la versión subtitulada que he padecido, la chica gorda de cuyo nombre no me acuerdo no dejaba de cantarlo al principio, así arrancaba este engendro de película. Y esas mismas palabras, las he cantado yo hasta el final. Veamos, dos hermanas y una madre de vacaciones. Dos hermanas que desean perder la virginidad. Una de ellas es guapa y tonta, la otra es gorda, fea e… ¿inteligente? No, ni rastro de inteligencia. Por no hablar de su pésima actuación. Y eso que el guión no le exigía demasiado esfuerzo: sólo nadar, comer y aparecer tumbada o desnuda. Bueno, a parte de interpretar una fantasía romántica con las escaleras de una piscina. Es totalmente absurda, ridícula y patética. Me refiero a la película.
Por una parte, tenemos a su hermana la guapa. Conoce a un chico, se enamora y piensa que él también está enamorado porque le dice cosas bonitas y es guapo. Así que, por esa razón, decide entregarle sus primeras veces. Y ¡oh! sorpresa. ¿De verdad no te lo esperabas? ¡Por supuesto! Un hombre que te dice yo te respeto y acto seguido dice si no me dejas follarte me tendré que follar a otra porque hacérmelo en la ducha es enfermo . Un hombre que te dice que una demostración de amor es no pasa nada, te la meto por el culo porque eso no cuenta como primera vez . Un hombre al que le pides estoy asustada, hazlo suave y él decide no, de un golpe seco entra mejor . ¡Eso es amor! Más tonta y no naces. Y para esta escena irrisoria, culminada con una mamada en la puerta, dedican más de media hora de película. Ah, según parece ella no es mayor de edad. Qué dramático, uf.
Y luego, tenemos la historia de su hermana gorda. Que no hace absolutamente nada, sólo comer, bañarse en la piscina y poner caras raras. Ah, y llorar. Porque la vida de un gordo es muy triste y solitaria. En serio, la mayoría de los gordos de este planeta se sentirán ofendidos por esta película. Su hermana no deja de insultarla, ella misma se insulta, no hace absolutamente nada, sólo deambula por ahí, mal vestida y con el pelo sucio. No es que su personaje nos transmita que todos la ignoran, que nadie puede querer a un gordo. Es que su personaje no sería relevante ni aunque hubieran contratado a una modelo. Sus frases son tan insulsas que incluso al espectador le suponen un estorbo. Un personaje con una carga emocional como la suya se merecía ser protagonista, pero se queda en un segundo plano todo el rato. Invisible, bien sea a propósito o no.
De todas formas, a la pobre actriz la pagaron básicamente por ser humillada con insultos y por recibir tortazos. ¿Que tu hermana se lo monta en tu habitación y tú escuchas sus gritos y gemidos? Se enfada y te da una bofetada. ¿Que tu madre se enfada con tu hermana? Da igual, te comes tú la bofetada. De comer va la cosa. Es surrealista en todo. Si de verdad refleja la ideología de algún colectivo de personas, que se lo hagan mirar. Porque ese final estúpido me pone enferma. Intolerable, aunque su misión en la vida sea cumplir como metáfora violenta.
Hay películas que se justifican o merecen la pena por un detalle, una idea, una imagen o una secuencia, y quizá este A ma soeur sea una de ellas. Está llena de diálogos interesantes entre una niña gorda, la protagonista, y su familia, en la que vemos la relación que se establece entre ellos y el complejo de inferioridad y sensación de desafecto de esa niña.
Pero como decía, es una secuencia brutal, quizá una de las imágenes más violentas que he visto en mi vida en el cine, la que deja bien a las claras que es lo que se ha querido decir o expresar en la película.
A ma soeur está dirigida por la directora que realizó la polémica Romance X, que contenía secuencias pornográficas y contaba con el actor porno Rocco sifredi. En esta ocasión también hay alguna secuencia sexual más o menos explícita, en la que se deja ver medianamente una erección.
Como anécdota, la película tiene por título internacional, en inglés, Fat girl.
À ma soeur! (de título aún más contundente en inglés: Fat Girl) es una de esas películas que de alguna manera pasó relativamente desapercibida en el año de su estreno y que no ha parado de crecer en el circuito cinéfilo. Su inclusión en la colección Criterion y su aceptación como una de las obras feministas más radicales de nuestro siglo han hecho que cada vez más espectadores se acerquen a la obra de Catherine Breillat.
La directora centra su mirada en Anäis, la chica gorda del título y que tiene doce años, y su hermana mayor Elena, que tiene quince. Al comienzo del film, las dos pasean por un pueblo que inmediatamente entendemos que es donde veranean. La directora pone los impulsos sexuales de sus protagonistas en el plano desde el minuto uno. La dinámica entre hermanas, que se sitúa entre la tiranía que la mayor ejercer sobre la pequeña y una más que obvia competencia entre ellas, también es uno de los motores de la trama. Pero la historia no solo gira entorno a ellas, el tercer personaje y que también entra en escena a los pocos minutos del inicio del largometraje es Fernando, un estudiante de Derecho italiano que invita a las hermanas a sentarse en su mesa cuando las ve buscando dónde sentarse en una terraza. Él y Elena iniciaran una relación que poco tiene que ver con los amoríos veraniegos de las películas de Rohmer, acercándolos más por momentos, perdonadme si sueno exagerado, casi al cine de Haneke.
Tanto los temas como el desarrollo de la cinta tienen un aroma profético y profundamente moderno. En la era del #MeToo y de corrientes como el body postivity, resulta más común hablar abiertamente de temas como la violencia sexual, las agresiones (o microagresiones) machistas o la imagen corporal de la mujer. En 2001, estos eran temas que estaban menos a la orden del día y es por ello que Fat Girl es una película adelantada a su tiempo. La rotundidad con que Breillat perfila a los personas, sus relaciones y sus diálogos siguen resultando impactantes y consiguen que una película que a priori puede parecer lenta, se convierta en todo un festín de momentos inolvidables y, sobre todo, un visionado que continúa incomodando. Mientras que películas violentas o que plantean conflictos morales más fuertes han acabado calando y siendo aceptadas por el público en masa, lo que Breillat planteó en Fat Girl de alguna manera sigue resultando controvertido: una niña de doce años gorda que no para de comer y que quiere follar. No fue la primera, ya en 1995 el entonces nuevo enfant terrible del cine americano Todd Solondz ponía en el centro de Bienvenidos a la casa de muñecas (Welcome To The Dollhouse) a una pre-adolescente que empieza a sufrir los estragos hormonales propios de la edad.
Breillat establece paralelismos entre las hermanas pero también rotundas diferencias. Anaïs es un cuerpo incómodo, una hija que abochorna a sus padres por su insaciable apetito y que recibe el desprecio o la más absoluta indiferencia de quienes son su puerta de entrada al mundo adulto. Elena es, a los ojos de sus padres y de la sociedad, una chica ideal. Guapa, sensual y muy femenina. Pero también cruel y caprichosa y que no duda en utilizar su apariencia para manipular a sus padres y a su hermana.
En una cinta menos rompedora, Anaïs lo tiene todo para ser una antiheroína y, sin embargo, la inteligencia e independencia con que Breillat dota al personaje hace imposible no empatizar con sus problemas y su despertar sexual lleno de baches. En la escena pivotal de la película, las dos hermanas se miran en el espejo. Elena con un vestido rojo favorecedor, Anaïs con un camisón de noche verde. Elena dice: Nadie pensaría que somos hermanas. Y empieza a enumerar diferencias entre ellas. Después, Anaïs inicia un monólogo que condensa su relación y su dinámica como hermanas: Cuando te odio, después te miro y no puedo seguir odiándote. Es como odiar una parte de mí misma. Es por eso que te desprecio tan violentamente: porque deberías ser como yo. Pero la mayoría del tiempo, tengo la impresión de que eres exactamente lo opuesto a mí.
No voy a desvelar mucho sobre el desarrollo de la película y su controvertido final. Pero sí que considero esencial hacer hincapié en la estructura de la cinta. Y es que, al igual que en la escena central, Breillat propone una estructura que funciona como un espejo. Las dos hermanas pasan por algo similar que les cambiará para siempre. Un envoltorio y circunstancias diferentes para un mismo hecho.
Mientras que muchas películas de principios del siglo hoy nos parecen jurásicas y estéticamente reprobables, Fat Girl sigue resultando un visionado estimulante y capaz de generar debate. Un pequeño prodigio que merece un lugar en la historia del cine moderno y que se atrevió a mucho más de lo que la mayoría de las películas de su tiempo.
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La historia consiste en la vida de 2 hermanas, una de 15, la otra más pequeña con el problema de su gordura, pero ambas coinciden con el despertar sexual típico de la adolescencia. Los padres algo ausentes sobre todo el padre, que hace el típico papel de empresario que pasa de sus hijas y su mujer. La madre que va a su bola, fumadora empedernida, que ni se entera lo que les pasa a sus hijas. La niña de 15 se enamora de un chaval italiano que busca por todos los medios desvirgarla, lo que provoca los celos de la otra y su consecuente angustia. El guión flojea por muchos lados, la trama es lenta, no atrapa al espectador nunca, solo el que busca subir la temperatura, lo consigue a medias cuando tienen relaciones el chaval y la chica de 15..y nos queda el final…un final con interminables imágenes de carreteras, un desenlace tan sorprendente como violento, que si quieres terminar así la peli, pues vale, pero hazlo mejor, más creíble..
No me ha dejado nada, ni siquiera me ha subido la líbido, más que nada me ha aburrido, solo destaco la belleza de Roxane Mesquida y poco más…una decepción..
Cómo lo bordan los franceses con las películas sobre despertares sexuales. Son horribles haciendo comedias (no, por favor, no me pongas La cena de los idiotas , te lo suplico. ¿ Intouchables ?, mira, que te voy a dar una hostia, pero una bien fuerte, por gilipollas… ¿¿ AMÉLIE ?? SOCORRO, POR FAVOR, ME QUIEREN MATAR), pero cuando les da la vena erótica, hacen filmes con mucho mimo y pasión. Cómo se nota que es el país que simboliza el amor. Actuaciones comedidas, ambientación delicada al estilo David Hamilton, mucha transgresión (se ven pollas y la protagonizan niñas que son realmente menores de edad), diálogos con sustancia y profundidad, buen gusto a raudales, poesía, e imaginación… en este caso, en À ma soeur! , imaginación hay de sobra, sí señor.