A Hole in My Heart
Sinopsis de la película
Rickard utiliza su sórdido apartamento para rodar películas porno. Su hijo Eric, un muchacho enfermizamente tímido, se pasa el día en su habitación, y se aturde con música para no escuchar los gemidos de los actores, aunque a veces espía las escenas. Rickard hace mucho que va cuesta abajo, está en las últimas, aún así sigue considerándose una estrella del género. Cuando bebe, su megalomanía se vuelve inquietante y peligrosa, cuando comparte botella con su pareja de actores favoritos, tan rotos como él, son tres kamikazes sin límites ni normas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ett Hål i mitt hjärta (A Hole in My Heart)
- Año: 2004
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
4.7
50 valoraciones en total
Tengo un calificativo propio para referirme a este tipo de experimentos vanguardistas: películas sumidero . Las llamo así porque son un agujero que sirve de escape a todas esas ideas incongruentes que se amontonan en la cabeza del artista y que es mejor volcar en un único trabajo antes de que contaminen otro tipo de historias que no tienen culpa de nada.
La idea previa a la producción era la siguiente: alquilar un pisito, contratar a cuatro actores e improvisar sobre una sinopsis mínima. El aspecto visual trata de imitar al porno amateur que tan de moda se ha puesto en Internet, mientras que el mareante montaje parece fruto de un cuelgue total. A estas alturas, me sobran los efectismos provocadores.
No es lo peor que he visto de este tipo de cine –hay un par de momentos salvables y unos cuantos conceptos interesantes–, pero sigue pareciéndome una mierda. Esperemos que Moodysson se sienta desahogado y vuelva por su senda sensible y socialmente comprometida.
Es increíble que los intentos de un director como Moodysson, un tipo cuyos films destilaban honestidad y sinceridad, terminen derivando en esto. No es que, en esta ocasión, esas grandes virtudes atribuidas a su cine desaparezcan, pues el inicio de Ett Hål i mitt hjärta ya nos advierte sobre que encontraremos en esta nueva propuesta: un camino difícil de recorrer en el que la experimentación y los extremos serán los principales pilares. Y lo demuestra iniciando el film con una atípica conversación en la que, sin saber porque, se intercalan fotogramas sobre penetraciones o cualquier otra actividad anexionada al mundo del cine porno.
De este modo, y si uno elige seguir observando lo que tiene ante sí para conocer en que derivará, ya se sabe que afrontarlo será una ardua tarea, no sólo por el hecho de concurrir en ésta Ett Hål i mitt hjärta la ya mentada experimentación y la transgresión más enfermiza, sino porque una vez uno ha comprendido sus objetivos (mostrar una degradación e, incluso, podría decirse banalización sobre el mundo de la pornografía para intentar lograr un acercamiento a esos personajes), puede llegar a entrever que tanto la repulsión como la incomodidad tejerán una película nada fácil de encajar.
Puede que la experiencia de Moodysson a ratos logre sus objetivos, pero en general resulta tan dispersa como fallida debido a que no todo se trata de exponer un mensaje y, durante sus instantes finales, dejar caer una pequeña dosis de reflexión, sino también intentar evocar y trasladar todas esas sensaciones al respetable sin la necesidad de que éstas aparezcan empleando métodos extremos que, por extensión, podrían caer fácilmente en lo ridículo e irrisorio, por grotescos que intenten ser.
Poco más cabría destacar, pues, sobre este intento fallido en el que ni algunos momentos que se quedan a las puertas de relanzar la cinta, ni unas interpretaciones bastante valerosas, sobre todo teniendo en cuenta lo que se les llega a pedir a estos actores, en casi ningún instante llega a buen puerto, y por más que busque, a grandes rasgos sólo logra irritar y, en especial, desilusionar. Porque desilusiona ver tanto talento echado por la borda después de joyas como Fucking Amal …
Por sus errores los conoceréis: no hay nada mejor que ver a un director de cine en sus extremos, en su versión más radical, para saber cuáles son sus constantes, qué fundamenta su estilo, cuáles son sus inquietudes como narrador. De ser esta idea cierta, nada aportaría más, ninguna película resultaría más esclarecedora que Antichrist para entender lo que subyace en toda la filmografía de Von Trier, o Balada triste de trompeta para la obra del español Álex de la Iglesia. El ejemplo sigue con Moodysson y esta A hole in my heart.
En A hole in my heart hay cierta crítica a la industria del sexo, algo que ya estaba en Lilja 4-Ever. También esa especie de narración loca, con personajes que dudan de su identidad (también en lo relativo a su condición sexual) y que hablan sin pelos en la lengua, ya presente en Juntos. A hole in my heart apenas añade una especie de parodia de Gran Hermano, una estética de reality show perfecta para sus personajes rarunos. Moodysson filma a sus seres y les sigue en su tortuoso rodaje de lo que parece una cinta de porno casero. Los personajes hablan y sufren, viven de espaldas a la realidad y tienen escenas de locura colectiva que entroncan con Los idiotas.
El problema es que todo es un disparate. Es una versión aumentada, pero también deformada, del cine de Moodysson, dejando el artificio de Lilja 4-Ever y Juntos al descubierto, sin ninguna historia que salve A hole in my heart del ridículo más absoluto. En resumidas cuentas, en A hole in my heart habita la esencia de Moodysson, pero eso nunca es suficiente. Lo raro a veces simplemente resulta raro. Para quien escribe, una soberana tontería: sus delirios de grandeza siempre estarán a merced de que alguien compruebe el vacío o demuestre las metáforas que alimentan una de las películas más raras de la década.
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Film sueco del director L. Moodysson, cuenta sobre sobre un director de cine porno y 2 actores con quienes filma, y el tímido hijo de éste que tiende a refugiarse en su cuarto y eventualmente a espiar.
Este cineasta dio sobradas muestras de su capacidad, en films como Lilja 4ever. ¿Aquí? … casi nada. Para intentar entenderlo, percibí en obras anteriores un pesimismo y cierta condena a algunas miserias humanas. Aquí, sentencia la industria del sexo, al construir un film repulsivo y extremo. Con algún concepto rescatable, como la importancia de los padres y la infancia, el film es chocante, poco digerible y suena mayormente como un experimento incongruente y desarticulado.
El sexo explícito en el cine se ha utilizado en los últimos años de diversas maneras, de manera natural como una parte más de la relación (9 Songs), para conocerse (Intimacy), como vía de desahogo (Ken Park), como mera provocación (Fóllame) y hasta para rodar rollos pseudointelectuales (Romance X).
En el caso de A Hole in My Heart, Moodysson utiliza el sexo para degradar a sus personajes y mostrarnos que bajo pueden llegar a caer.
Con un excesivo uso de imágenes impactantes, la película corre el riesgo (y visto el resultado de las votaciones parece que es así) de defraudar al espectador que, ávido de sexo, se encuentra con una propuesta totalmente diferente.
El sentido de la película, el agujero en el corazón del título, no aparece hasta sus escenas finales, pero para ello antes hay que aguantar los 90 minutos que los preceden, cosa que no es fácil de conseguir.