(500) días juntos
Sinopsis de la película
Tom aún sigue creyendo, incluso en este cínico mundo moderno, en la noción de un amor transformador, predestinado por el cosmos y que golpea como un rayo sólo una vez. Summer no cree lo mismo, para nada. La mecha se enciende desde el primer día, cuando Tom, un arquitecto en ciernes convertido en un sensiblero escritor de tarjetas de felicitación, se encuentra con Summer, la bella y fresca nueva secretaria de su jefe. Aunque aparentemente está fuera de su alcance, Tom pronto descubre que tienen un montón de cosas en común. La historia de Tom y Summer cubre desde el enamoramiento, las citas y el sexo hasta la separación, las recriminaciones y la redención, todo lo cual se suma al caleidoscópico retrato del porqué y el cómo seguimos esforzándonos de modo tan risible y rastrero para encontrar sentido al amor… y esperar convertirlo en realidad.
Detalles de la película
- Titulo Original: (500) Days of Summer
- Año: 2009
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
6.9
58 valoraciones en total
Película vista un poco exclusivamente por Zooey Deschanel. Porque tras el trailer, viéndola a ELLA susurrar el ¨there is a light¨ de Los Smiths, era imposible resistirse a conocer a tu prototipo ideal de chica. ¿Y qué pasa? Pues que luego va a más, porque su modo de ser es lo que haría que cualquiera de nosotros fuésemos Joseph Gordon Levitt: no se decide, nos pone freno de antemano, nos para los pies, nos dice (apreciable en calidad de espectador pero no como implicado directo) que ¨eh, aprovecha cuanto puedas porque esto ni va a durar ni va a ser placentero¨ pero luego lo acompaña de 3 mohines y unas muestras de afecto espontáneas, irresistibles e inesperadas y, claro, pues de cabeza a ahogar las penas en alcohol, odio, misogínia y apatía.
La peli, con un montaje no lineal, tampoco es nada nuevo. Cúmulo de referencias agradables (Sid & Nancy, Henry Miller, pintores varios, videojuegos del pleistoceno, Pixies, Smiths, Morrissey, , Belle & Sebastian, Star Wars, El Graduado y una parodia bastante curiosa del expresionismo y la nouvelle vague en general y Bergman en particular), diálogos creíbles y un conato de excentricidad algo chirriante en la escena en la que Joseph percibe otra realidad a causa de la aceptación por parte de Zooey y el posterior ayunte carnal, realidad coreografiada en una secuencia que no aporta gran cosa salvo la vergüenza ajena que producen los grupos de gente bailando con sonrisa grapada. O igual era a nivel metafórico, por lo de describir el necio estado de enamoramiento y como es apreciado de manera objetiva por los que no son partícipes de él… lo que sea.
‘500 días juntos’ parece una comedia romántica al uso. Al leer la sinopsis sería fácil incluirla en ese grupo de películas del montón, sin nada reseñable. Pero no es así. Las palabras con las que arranca el film son reveladoras: Esta es una historia de ‘chico conoce a chica’, pero deben saber desde el principio que esta no es un historia de amor.
Tras una breve introducción en las que se nos presenta a los personajes principales (Tom y Summer), la historia salta atrás y adelante en el tiempo para ir desmenuzando la relación que surgirá entre ellos. Una relación en absoluto común, y muy novedosa en su planteamiento.
Zooey Deschanel (Summer) brilla con luz propia y consigue que el espectador sienta mayor empatía por Tom (Joseph Gordon-Levitt) y su lógico enamoramiento. En una brillante secuencia musical con el tema ‘You Make My Dreams’ de Hall & Oates, se cierra un primer acto redondo.
La segunda parte del film peca de ciertas lagunas narrativas, como es costumbre en el género, pero logra resarcirse gracias a los acertados golpes de efecto tanto de guión (la hermana pequeña como consejera amorosa, la voz en off del narrador…), como de montaje (el juego de antitesis temporales, la secuencia del cine…).
El tercer acto arranca con una interesante secuencia: la pantalla dividida en dos mitades. A la izquierda, las expectativas de Tom sobre lo que va a suceder. A la derecha, la cruda realidad. Para algunos será una escena accesoria y rimbombante. Para mí, una original y correcta manera de mostrar sentimientos encontrados.
En una bella y atinada secuencia climática, Tom y Summer cerrarán su historia de la única forma posible. Perfecto diálogo, pleno de realismo y naturalidad. Perfecta planificación, desnuda y directa.
En conclusión, con un lúcido guión y un acertado ritmo (especialmente en el primer y tercer acto), toques sutiles de humor, una buena interpretación, una excelente banda sonora y una correcta planificación, ‘500 días juntos’ destaca como una de las mejores comedias románticas de los últimos años, y una de las mejores ‘opera prima’ que se recuerdan.
Zorra.
Es decir, que me toca recordar. De eso va todo esto. A esto nos evocan los 500 días, los muchos años y las constantes estaciones. Y la vida, claro. Los fracasos, las esperanzas, los 500 te quiero y los 1000 te odio. Y las lágrimas. Aunque fueran de mentira. Los dibujos en la mesa, las flores marchitas, los susurros en la feria, los gritos en el cine, los engaños físicos… y mentales.
Las esperas, los acelerones, las llamadas y despedidas. Los sombreros y chalecos, las burbujas de jabón, los rayos de sol y las gotas de lluvia. Las cartas de amor y desamor, las expectativas y realidades. Las copas y los bares, la playa y los pechos. Y la música.
Y los sueños. En la cama y en la clase. En la calle y en el coche. Y ellas. Y yo.
Los olores, los amigos que no se escuchan, las carreras por los grandes almacenes y los atardeceres a su lado. Y los amaneceres,, y las sonrisas anchas.
Las muñecas de trapo, los cromos alabeados y los cines de verano. Las bragas con lacitos y las calzas hasta las rodillas, las faldas con olor a naftalina y las cuevas de murciélagos. Ahh y los disfracesde superhéroes, las máscaras reales… e imaginarias. La nata… y las fresas. Los destinos. La carretera llena de curvas y las playas escondidas. Los juegos de mesa y las absentas naturales. Los cigarrillos enriquecidos y los idiomas imposibles. Lo imposible de lo nuestro. Y la culpa.
Cuando todo el puñetero planeta me las recuerda. Cuando no existe canción o película sin historia, cuando sólo yo existo porque nadie me comprende. Entonces aparece alguien que te cuenta una historia parecida. Y sonríes, porque a pesar de todo el fatalismo, sufrimiento e incomprensión la vida puede ser maravillosa.
Mi primera novia me dejó porque la dió la real gana, sin explicaciones,
sin motivo aparente, sin que hubiese pasado nada raro, me dejó, sin más, porque
la salió de sus santas partes, y ya está.
Mi segunda novia me dejó porque conoció en unas fiestas, a las que ella
nunca iba, a un guardia civil, en una época en que estaban de moda los del tricornio
porque Rociito Jurado se había enrollado con uno, fui simplemente una victima de las
fuerzas del estado y las modas, no creo que mereciera el abandono, pero la vida es la vida.
La última me dejó porque era un borracho, los dos desengaños amorosos anteriores
me hicieron mella, y decidí que si la novia que no me abandonaba nunca era la Mahou,
esta es a la que debía de hacer caso, no pasó nada relevante, no hubo malas palabras,
solo desengaño.
Y así estamos ahora, esperando que la vida ponga en mi camino a la cuarta, la quinta o
la sexta, y pasará más de lo mismo, me dejarán por nada, por otro,
o por mis malos hábitos, y me tendré que aguantar, no hay que darle más vueltas.
¿Por qué digo esto? Pues porque de esto trata básicamente esta buena película,
de las relaciones, de la casualidad dentro de ellas, de lo complicado que puede llegar
a resultar el ser humano en la vida de pareja, habla de aquello que en
algún momento dado le ha pasado a todo el mundo.
Muy buena película, realista a tope, que me ha traído a la cabeza muchos momentos,
buenos y malos, de mis relaciones con las mujeres.
Notable.
Que cada cual interprete la arroba de mi título como le de la real gana. Yo, por mi parte, la leeré como una grande, hermosa y clarísima A porque soy un tío y porque, al fin y al cabo, el gran damnificado en toda esta historia también lo es. Empatía pura y dura, dicen. Pues eso.
En cualquier caso, afirmo rotundamente que todas las mujeres son iguales (menos las de mi familia, of course) porque -como bien sostiene Tom- en este mundo hay dos clases de personas: los hombres y las mujeres. Y aunque mujeres las hay de todo tipo y condición, casi todas concurren en esa faceta perversa y manipuladora que tan meridianamente simboliza Summer, la destrozacorazones oficial de esta peli. Una tipa que tiene la desfachatez de mantener encoñado a un pobre gilipollas como Tom durante 500 días sin otro objetivo que pasar el rato en buena compañía y echar un casquete de vez en cuando. Algo que no censuro salvo en tres detalles muy significativos:
1.- Cuando una mujer independiente percibe que un ‘amigo especial’ se está encoñando con ella, debería echar el freno. Summer no lo hace y ello constituye un acto de crueldad intolerable.
2.- Cuando una mujer independiente se lleva a un ‘amigo especial’ a Ikea para pasear agarraditos de la mano y retozar en las camas de exposición es porque quiere dejar de ser independiente y convivir en pareja. Summer hace eso mismo sin la menor intención de asentar su relación de pareja y ello constituye un acto de crueldad intolerable.
3.- Cuando una mujer independiente presume de independiente y se lía con el primero que pasa dejando más tirao que una colilla a un ‘amigo especial’ que lleva 500 días soportando sus caprichos e incongruencias es porque esa tipa es un zorrón de mucho cuidado. Summer hace lo propio y ello constituye un acto de crueldad intolerable.
Por lo demás, nada que objetar. Webb alterna correctamente flashback y flashforward para narrarnos esos 500 días de sonrisas y lágrimas y -lo que es más importante- consigue transmitirnos con sinceridad y verosimilitud algo todos ya sabemos, o deberíamos saber: en esta puñetera vida hay tanto amor como desamor y nada, pero nada de nada, está predestinado. Todos dependemos de las casualidades y esas casualidades son las que determinarán -siendo tíos- que nos crucemos, o no, con alguna de esas Summer que pululan por ahí. Aunque, a decir verdad, si todas son iguales… lo tenemos chungo, colegas.