1864 (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV (2014). 8 episodios. 1864 es un drama histórico épico que sigue la historia de dos hermanos (Peter y Laust), que se enamoran de la misma mujer (Inge) durante la guerra entre Dinamarca y la recientemente unificada Alemania, en el siglo XIX. Los hermanos, junto con miles de soldados daneses, lucharon en una de batallas más sangrientas en la historia europea.
Detalles de la película
- Titulo Original: 1864
- Año: 2014
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
7.1
85 valoraciones en total
1864 es una muy infravalorada serie danesa, que ha sido terriblemente maltratada por la crítica y gran parte del público. ¿Por qué? Algunos dicen que el argumento es inconsistente, que no es creíble… Lo cierto es que se trata de una serie con un apartado técnico espectacular (fotografía, vestuario, escenarios, efectos…), un reparto excelente (en gran parte compartido con la justamente aclamada Borgen ), y una historia cautivadora, en algunos momentos ligeramente culebronesca, pero sin por ello volverse ridícula en ningún momento. Es cierto, todo sea dicho, que el paralelismo entre la historia actual, de la chica que cuida al anciano, y la historia central, ambientada en la guerra, se ve forzado e innecesario, con exceso de coincidencias, pero personalmente no creo que éste sea fallo suficiente como para empañar la calidad de la parte importante de la serie. Muy recomendable.
Es increíble que con el pasado glorioso y trágico que tiene España, aquí sean incapaces de hacer lo que hacen los daneses, si Borgen ya me pareció maravillosa, la miniserie 1864 (ambas comparten algunos actores) confirma que en Dinamarca saben lo que se hacen.
Vale que la producción es algo pobre, faltan extras y se echan en falta más escenas bélicas, pero la falta de dinero la suplen con mucha inteligencia.
Lo primero que tengo que decir es que la serie me ha gustado bastante.
Evidentemente le encuentro algunos fallos, como la parte de la historia de la chica y el viejo en nuestros días … la encuentro un tanto prescindible, y no sé si aporta realmente cercanía a la historia la verdad, teniendo en cuenta que no queda nadie vivo que estuviera en aquella guerra, por mucho que el barón hable como si hubiera estado allí.
Tampoco me ha terminado de gustar las partes un tanto sobrenaturales de la historia. Dejar un toque inexplicable en una escena o un momento está bien y me encanta… pero creo que hay demasiado de esto por parte del soldado Larssen (o cómo se escriba).
Pero lo positivo hace que merezca la pena por encima de los pequeños fallos. Una historia humana de amor, desamor, amistad y fraternidad bastante buena. Una recreación histórica de 10, que permite ahondar en un conflicto del que ni había escuchado hablar, la Guerra de los Ducados entre Dinamarca y Prusia. Unas escenas de batallas que son un espectáculo visual impresionante. Y una representación muy buena de los políticos que apelando a la pasión y el nacionalismo, en lugar de actuar con prudencia y sensatez para ganar la guerra, llevaron al desastre a Dinamarca.
Una buena serie sin duda que me alegro de haber visto. La cantidad de series (Incluso mejores) que podríamos hacer en España…
Sí un 10, un 10 por muchas cosas.
– Un 10 por supuesto por la fotografía, la imagen y la recreación que esta serie danesa presenta.
– Un 10 por la grata sorpresa que me he llevado, una historia que mezcla el pasado con el presente, algo que nos hace ver que la Europa del pasado no está tan lejos como creemos. Evidentemente a mi, como a otras críticas que he leído, también me encantan las escenas bélicas, son increíbles, pero la historia de estos personajes también me ha sorprendido, así como la forma en que los mezcla con el presente. Me he emocionado, me he cabreado,… en definitiva un vaivén de emociones.
– Y un 10 evidentemente por la forma en la que nos muestra lo que fue la Guerra de los Ducados, una guerra que le tocó sufrir a Dinamarca debido a la ambición de una Prusia en pleno proceso de unificación de lo que algo más tarde fue el I Reich Alemán. Con un gran valor al panorama político, Prusia, Austria, Gran Bretaña de por medio como dominador de medio mundo que era por aquel entonces, la pequeña Dinamarca con sus ambiciones y nacionalismos.
Simplemente impresionante.
En 2014 se estrenó 1864, una miniserie danesa de ocho episodios centrada en la llamada Guerra de los Ducados. Se trata de la serie más cara producida en Dinamarca, pensada para la exportación. La serie ha recibido críticas no suficientemente justificadas. Quien decida verla comprobará que se trata de un producto digno, agradable de ver, con una fotografía y una ambientación excepcionalmente cuidadas, un casting sin errores y un ritmo narrativo adaptado a la descripción de los hechos que desfilan por la pantalla.
A fuerza de ver series danesas (cada vez más competitivas y provistas de una calidad técnica creciente), empiezan a ser familiares los actores de aquel país: Pilou Asbaek, uno de los protagonistas, muestra sus cualidades interpretativas en un registro completamente diferente al que le vimos asumir en las tres temporadas de Borgen como Kasper Jul, o en Forbrydelsen II como David Grüner, habiéndose convertido en un habitual de la escena danesa desde 2008 (este año aparecerá en el remake de Ben–Hur en el papel de Poncio Pilato). O a Lars Mikkelsen, a quien conocíamos desde la tercera temporada de House of Cards cuando interpretaba al presidente ruso Petrov y ya nos había llamado la atención en la primera temporada de Forbrydelsen como ministro Troels Hartman. En cuanto al noruego Jakob Oftebro, su rostro aparecía en Lilyhammer, en un pequeño papel de vicioso obsesionado por la leche materna, sin olvidar su aparición en Bron–Broen. O Søren Malling, el soldado vidente y taumaturgo, que nos ha aparecido en como periodista en Borgen y como policía en Forbrydelsen. Y, por supuesto al camaleónico y regordete Nicolas Bro, al que vimos por primera vez en la segunda temporada de The Killing, luego en Mammon y finalmente en The Bridge, tres series que merecen ser recordadas, entre otros valores, por su participación. Tiene gracia que empecemos a reconocer a actores daneses, suecos y noruegos, casi tanto, o mucho más que a los de nuestro propio país, síntoma de la calidad de las series producidas en aquellas latitudes y de la olvidable mediocridad de los productos carpetovetónicos.
Una muchacha en paro (interpretada por la juvenil Sarag Sofie Boussnina), pequeña delincuente de pocos escrúpulos conoce a un anciano, propietario de una residencia señorial. Lo que, a primera vista parece una relación insufrible, termina estabilizándose cuando el anciano le pide que le lea un libro manuscrito que figura entre su baúl de recuerdos. Es la historia de Inge (encarnada por Marie Tourell Søderberg), escrita por ella misma y que narra, esencialmente, los sucesos que llevaron a la llamada Guerra de los Ducados entre Prusia y Dinamarca en 1864.
Prusia era entonces una gran potencia militar. Parece increíble que la clase política danesa, dirigida por un alucinado predicador, admirador de una frívola actriz teatral (papel interpretado por Sidse Babett Knudsen, protagonista de Borgen) fuera capaz de transmitir la sensación de que el pequeño país nórdico era el elegido por Dios para vencer a los malditos prusianos. Pero el nacionalismo es así: una mezcla de delirio místico e irresponsabilidad que impide ver objetivamente el mundo que te rodea. Dinamarca fue derrotada en pocos meses y suerte tuvieron los daneses de que Bismarck y Moltke anduviesen ocupados en la creación del Segundo Reich que, finalmente, vio la luz en 1871. Dinamarca perdió en esa guerra el istmo que le une a Alemania y que hoy es el länder de Schleswig–Holstein.
La miniserie narra tres historias paralelas: la peripecia de dos hermanos enamorados de la misma mujer, la formación del delirio político–místico que llevó a la declaración de la guerra, y el desarrollo de las batallas, con un epílogo que muestra el discurrir posterior de la vida personal de sus protagonistas.
Algunas críticas han dicho que la presencia de la joven delincuente en el domicilio señorial es demasiado forzada y que la narración hubiera podido prescindir completamente de ella. No lo vemos así: la película trata de la historia de Dinamarca. La historia es el nexo entre las generaciones y eso es lo que ha querido destacar el guionista: el presente depende del pasado, el pasado se refleja en el presente. De ahí que, para acentuar el carácter histórico de la producción sea necesario incorporar a la joven buscavidas que termina en la mansión del abuelo, el cual, en su juventud ayudó a Inge a escribir su diario: tres generaciones ligadas por un libro, esto es, por la Historia.
La película podría haber caído en el melodrama y terminar siendo una especie de culebrón a la danesa, pero es comedida: no hay más drama que vivieron los protagonistas de aquellos tiempos azarosos. 1864 es el paradigma del drama danés. No creo que sea una película pacifista como se ha visto, sino simplemente descriptiva. Toda guerra es una tragedia, lo saben, en primer lugar los militares que han sufrido la dureza inmisericorde de los campos de batalla, lo saben también los familiares de quienes han ido a luchar. Los únicos que lo ignoran son los políticos, trastornados por sus delirios o sus ambiciones, que envían a los jóvenes a morir.
¿Qué es 1864? Respuesta: 1864 es una lección de historia. Es historia, mucho más que melodrama romántico o tragedia sentimental, mucho más que película bélica o saga familiar.