Zombi
Sinopsis de la película
La epidemia que hace resucitar a los muertos convertidos en seres ávidos de carne humana se ha extendido, llegando al punto en el que varias ciudades han quedado prácticamente desiertas. Los supervivientes deben refugiarse en zonas militares ya que los zombies no dudan en acabar con sus propios familiares… Continuación del clásico de horror de George A. Romero La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968).
Detalles de la película
- Titulo Original: Dawn of the Dead aka
- Año: 1978
- Duración: 126
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Opinión de la crítica
Película
6.9
80 valoraciones en total
Algo superior a su predecesora, la también destacable La noche de los muertos vivientes , Zombi (Amanecer de los muertos) es otro clásico del terror, de la mano del maestro en living deads George A. Romero. Podría hacerse una comparación entre las dos primeras partes de esta saga y las de otra saga famosa del cine de terror: Alien. En ambas primeras partes, la claustrofobia de estar encerrado (la casa en medio del campo y la nave, respectivamente) acosados por los monstruos (el monstruo en caso de Alien)es la absoluta protagonista, creando una insana tensión que da lugar a un incierto final. La cosa cambia tanto en Zombi como en Aliens : la trama gira hacia la acción más frenética, con muchos más zombis y aliens por metro cuadrado y un conocimiento más profundo del enemigo por parte de los humanos, que les permite enfrentarse a ellos de una forma más efectiva. La cinta peca de menos ingenuidad que La noche… , pero se ve mejorada por una trama y guión más logrados y consecuentes en mi opinión. Recomendada a todo aquel que disfrute del cine de terror de calidad o a cinéfilos sin prejuicios.
A grandes rasgos uno se encuentra con la típica película de zombies sin grandes sorpresas (aunque en 1978 no estaba tan manido el tema): una situación contextualmente caótica desde el espectro apocalíptico y sin siquiera fundamentos del por qué se ha llegado a ese caos, mordeduras y voladas de cabezas por doquier, el factor del contagio, la necesidad de canibalismo por parte de los muertos vivientes que apenas se mueven y no razonan, muchas vísceras y situaciones truculentas, etc.
Todo ello es esperable y está correctamente desarrollado en el filme, el cual es sumamente dinámico (aunque me he visto la versión de dos horas veinte que flojea en intensidad en algunas ocasiones) y tiene mucha acción. Pero además este filme -y siguiendo con la línea de La noche de los muertos vivientes del mismo Romero- es extremadamente claustrofóbico en sus alternativas. Donde los humanos sobrevivientes van siendo cercados como animales por sus depredadores, y tienen que refugiarse en un recinto cerrado como es el shopping donde podrán abastecerse y esperar que la situación coyuntural cambie.
Todo esto obviamente que es meritorio para aquel cinéfilo consumidor de terror donde el apetito voraz se convierte en la amenaza, pero además la cinta tiene un contenido interesante desde su criticidad, aunque obviamente que debe ser leído entre líneas porque no está expuesto directamente.
Las ideas pasan por mostrar que el ser humano es el peor enemigo de si mismo, y ello queda demostrado en la falta de valores de muchas personas cuando el caos domina, allí es tiempo para que la salvajada aflore. Y este tópico me pareció muy bien desplegado mediante la contraposición que Romero pone cuando divide la trama en la lucha del hombre con el zombie y la del hombre contra el hombre. Queda evidenciado que es tan peligroso el humano con sus facultades mentales intactas que aquel que es un mero autómata.
Otra premisa crítica que surge del trasfondo es la feroz crítica que Romero hace a la sociedad de consumo. No es casualidad que su película se centre en un hiper-mercado donde los humanos pierden la cabeza por comprar y llenarse de elementos materiales. El hombre buscando sentirse satisfecho con la superficialidad del consumismo, … pero podrá darse cuenta de que cuando puede disponer de todo no es feliz por completo?
También es memorable cómo Romero pone música circense cuando los zombies deambulan por el hipermercado vacío, en una clara alegoría a que los humanos no se diferencian mucho cuando salen a comprar como autómatas para llenarse de triviales elementos de manera compulsiva.
Por ello esta cinta no es una más del montón, además conlleva una importante carga discursiva que se puede leer entre tantas tripas y cabezas explotando.
Si la primera parte te gustó, ésta no te va a defraudar. La casa se sustituye por un centro comercial, donde transcurre la película. Los zombies al estilo de la primera pero en color, con participación en el casting del maestro de efectos especiales y gran amigo de George A. Romero, Tom Savini, el cual hizo un remake de la noche de los muertos vivientes al estilo Romero. Algunos zombies estan realmente de oscar, como la enfermera zombie… otro 10 a este clásico del cine de terror
a los que no habéis visto ninguna de las 2 películas, deciros que os estáis perdiendo unos clásicos del cine en general, y que si os gustan tenéis 2 films más de la saga Romero a vuestra disposicion day of the dead y land of the dead
Será todo lo burda, tosca, chapucera, soez, patética, nefasta, repulsiva, grotesca y chunga que queráis, pero lo admito: a mi me ha gustado. Y aunque soy consciente que con semejante confesión mi exigua credibilidad cinéfila podría desmoronarse de un momento a otro, añadiré -por si fuera poco- que Dawn of the Dead me parece una peli mucho más compleja de lo que aparenta ser a simple vista. Una peli estrambótica y especial que atesora diferentes lecturas y propósitos y que, por descontado, no deberíamos someter a esa especie de control de calidad mediante el cual solemos valorar a todas las demás. No solo porque su peculiar encanto radica precisamente en ese look cutre del que hace gala, sino porque conseguir imbuir en el espectador esa obscena y morbosa sensación de estar disfrutando de una gamberrada deliberadamente calamitosa, descabellada e infame debería premiarse de alguna manera. Y eso es lo que pienso hacer mediante mi humilde crítica.
De poco o nada me sirve que sus más enconados detractores se partan el pecho con los botes de titanlux empleados o de lo torpes y ridículos que resultan esos zombies de caras azulonas y enharinadas porque ese esperpéntico vaudeville configura, precisamente, la escenografía más idónea para poner de manifiesto esa despiadada denuncia del consumismo y ese vandálico comportamiento de determinados sectores de la sociedad ante situaciones caóticas como ésta.
Así pues, corramos un tupido velo sobre las ostensibles carencias infraestructurales de la peli de Romero y quedémonos con lo que realmente importa: su espíritu crítico, su implacable radiografía social y -más importante aún- su inimitable y apocalíptico sentido del humor.
Tras el espectacular éxito de La Noche de los muertos vivientes Romero decidió que había que darle una nueva vuelta de tuerca al género. Ya no se trataba sólo de infundir terror al público, sino de calmar sus inquietudes políticas y mostrar, ya de paso que uno podía mostrar cierto compromiso social desde un género que está en las antípodas del cada vez más pesado y decadente thriller político.
Para ello se nos muestra un film que quizás parezca que tarda en arrancar, pero que tiene un significado más que concluyente: la sociedad se encuentra en detrioro más allá de una invasión zombi. Mäs allá de eso hay claras tensiones raciales, sociales y un progresivo distanciamiento de una clase media cuya principal preocupación es consumir y no pensar.
Por ello el marco más adecuado es el del centro comercial, porque el instinto primario zombi es el de comer, pero tambien el de estar en un ambiente conocido, y que mejor lugar que el sitio donde se pasaban la mayoría de sus interminables y aburguesadas existencias.
Es por este motivo que, dejando de lado los momentos gore, Zombi es un canto de denuncia contra una sociedad que está perdiendo sus valores y que anda más preocupada en comprar la felicidad a través de lo material que de fijarse en el caos que les envuelve.
De lo que se trata es de poner de relieve que, sin darnos cuenta, todos nos estamos conviertendo en zombis. Quizás no nos comamos a nuestros congéneres, pero sólo hay que darse una vuelta por cualquier tienda en fín de semana para observar como somos capaces de pisotearnos, insultar a dependientes y maltratar a quién sea necesario para conseguir ese oscuro objeto de deseo que nos han vendido en la televisión. Quizás por ello el mejor momento de la película es cuando observamos como se divierten los humanos yendo de compras, ajenos a la devastación que les rodea.
Lo mejor: Su implacable crítica al materialismo.
Lo peor: Que Romero no sea un pesimista total y siempre deje abierta una puerta a la redención y a la esperanza.