Zombi Child
Sinopsis de la película
Haití, 1962. Un hombre vuelve de entre los muertos para trabajar en las infernales plantaciones de azúcar. 55 años después, una joven haitiana le dice a sus amigas su secreto familiar, sin saber que esto llevará a una de ellas a cometer una atrocidad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Zombi Child
- Año: 2019
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
Película
5.2
29 valoraciones en total
*Vudú, zombis y cine
El vudú es un culto sincrético, proveniente de diversas creencias animista africanas, más concretamente de la región de la Costa de Oro con una fuerte influencia del catolicismo. De esta forma diversos espíritus elementales, conocidos como los Loa. Estos se entremezclan con simbología como imágenes marianas o el Sagrado Corazón de Jesús. Uno de los loas más importantes en la figura del Barón Samedi. Vinculada al mundo de los muertos y la ultratumba, es una deidad pícara y granuja y uno de los loas más poderosos del vudú.
El vudú siempre ha sido tratado en el cine con cierto grado de exotismo y siempre desde una óptica blanca. Tenemos ejemplos del vudú y los zombis en el cine en títulos tan reseñables como Yo anduve con un zombi de Jacques Tourneur. Aparecen también en la saga de 007 en Vive y deja morir. Por último, Wes Kraven trató de dar una perspectiva más antropológica en la película La serpiente y el arcoíris. En esta última se entremezclaba en su segunda mitad con fuertes elementos fantásticos.
En Zombi Child, Bertrand Bonello huye de la frivolización de los zombis y de las hordas babeantes descerebradas. Sí es cierto que, George Romero, con permiso de Los Pitufos Negros, fue el primero en tratar a los zombis como infectados. Pero su tratamiento suponía una crítica a la sociedad de consumo.
Antes de eso, el fenómeno zombi se vinculaba en el cine al vudú y a su origen ritual.
*El Montaje
Para lograr esta aproximación a la figura del zombi, Bonello opta por un montaje paralelo entre dos realidades muy diferentes que tienen en común el ser francoparlantes. Por un lado, la película muestra la situación de Haití y como la presencia del vudú supone un hecho importante en la configuración de su sociedad. Las imágenes se tornan etnográficas, al mostrar los diferentes ritos, cantos y bailes. Exóticos a nuestros ojos, pero comunes a los de las personas de Haití.
El otro apartado del montaje es un prestigioso internado de señoritas en Francia. Donde se promulga una educación de élite a diferentes señoritas y mostrando la vida en Europa. Aquí aparecen las tensiones y dramas propios de la adolescencia. La consolidación de la amistad, los amores y desamores y las diferentes bromas mientras se crece.
*Personajes
Aquí entra en juego la amistad entre ambos personajes protagonistas. Una de ellas (Wislanda Louimat), es hija de refugiados políticos haitianos que lucharon contra la dictadura de Duvalier. Otra (Louise Labeque), es una muchacha con una relación sentimental epistolar.
Ambos mundos se funcionan, la Francia laica y europea con el Haití espiritual y caribeño. La fascinación por el otro hará llevar al personaje interpretado por Labeque a despertar una curiosidad que pueda tener consecuencias fatales.
Entre medias, se explica el origen del vudú, su idiosincrasia y sus consecuencias. La apreciación se hace siempre desde la perspectiva de los personajes haitianos, pero la fascinación que sienten los personajes europeos, la compartimos los espectadores.
*Conclusión
Zombi Child es un buen trabajo de terror. El que suscribe este texto no es especial fan del género de terror. Pero en esta película se hace una gran aproximación a la temática zombi y sobre todo la implicación cultural y religiosa que tiene para el culto vudú.
Su tratamiento es siempre respetuoso y su acercamiento se hace con interés de antropólogo. Totalmente recomendable.
Escrito por Juan Carandell Rojo
Zombi Child, sensación en Sitges, es muchas cosas.
Es una película más o menos histórica, ya que cuenta parcialmente la historia de Clairvicius Narcisse, un hombre haitiano que aseguraba haber vuelto de entre los muertos como zombie debido a un ritual de vudú de la isla caribeña. Es ciencia-ficción. Es una historia sobre la amistad femenina, aderezada con un evidente, para quien esto firma, tono homoerótico en la relación entre Fanny y Mélissa.
Es muchas cosas pero falla en ser un todo, una película completa y satisfactoria para el gran público. Pese a las buenas interpretaciones, o excelentes incluso, que ofrecen los actores, especialmente las jóvenes Louise Labeque y Wislanda Louimat, y pese a la originalidad de la propuesta, la sensación final es de un cierto desasosiego. Los ingredientes no mezclan bien unos con otros, y el ritmo es demasiado lento como para entusiasmar, pese a su ajustado metraje. Tenía espacio para más acción y más entretenimiento, pero no lo ofrece.
Con todo, una valiente propuesta que nos acerca a algo tan desconocido en España como el vudú tradicional de Haití. Que es una religión, por cierto.
Lo mejor: Las agallas de la propuesta y las dos protagonistas, fabulosas.
Lo peor: Le falta ritmo y le falta más acción.
Es paradójico que una película de zombis no sea de terror, pero este es el caso. La película transcurre en dos épocas diferentes (años 60 y en la actualidad), en la primera se nos explica como en Haití se resucita a los muertos para utilizarlos de esclavos en plantaciones de caña de azúcar. Al contrario del concepto que tenemos en el cine de seres sedientos de sangre aquí son sumisos y sin ninguna maldad.
En la actualidad nos encontramos en Francia en un internado de chicas, allí estudia una nieta de un zombi de hace 50 años, cuando coge confianza con un grupo de amigas, les cuenta la historia de su abuelo. Algo que hace que a una de ellas se le ocurra una idea descabellada…
Octavo film de Bertrand Bonello que opta por contarnos historias sobre el vudu y la zombificación haitiana, alejándose del cliché cinematográfico asociado a este fenómeno y relacionarlo con lo que sería parte de sus orígenes: la esclavitud. Por eso las niñas estudian en la Legión de Honor de Saint-Denis que se inauguró en 1811. Que fue él quien legalizó la esclavitud en las colonias francesas.
Buena fotografía y música sugerente (también de Bonello) pero demasiado parloteo poco interesante entre las colegialas hacen que parezca una película para adolescentes sin demasiado interés.
Puede ser que el ambiente aterrador augure algo, pero la verdad es que no pasa casi nada interesante, llegando al final del film con una gran frustración por la falta de un guion que promete pero no cumple.
Destino Arrakis.com
Pocas criaturas tan icónicas y explotadas en el cine de terror como el zombie. Ha habido una evolución, o tal vez distorsión, de la figura de este no-muerto porque si nos ponemos a informar sobre sus orígenes nada tienen que ver con el contagio por mordedura o a un virus desconocido que se va de madre. El origen (real) de la criatura se remonta a Haití en algún momento entre el siglo XV y el XVIII, donde mediante a la exhumación y posterior ritual vudú se podía hacer despertar a un cadáver sin conciencia ni voluntad más allá de cierta memoria muscular, por lo que se utilizaban como mano de obra extremadamente barata. La credibilidad de todo esto queda algo en entredicho pero que algo parecido a esto ocurrió está fuera de toda duda. Luego vino George A. Romero y lo demás es historia. Pero lo que Zombie Child quiere es contar una historia respetando esos orígenes que tan a contracorriente parecen a día de hoy.
Haití 1962, un hombre es despertado del sueño eterno para trabajar en el campo, poco a poco irá recordando su vida pasada. Francia, en la actualidad, una adolescente estudia en una elitista escuela junto a sus amigas y no hace más que pensar en su novio al que nunca puede ver. Dos historias separadas por el tiempo y el espacio acabarán cruzándose de una manera irreparable.
Zombie Child es una película dramática con toques de terror no demasiado pronunciados, va siguiendo elementos más propios de películas sobre estudiantes rebeldes mientras, bajo las sábanas, se va tejiendo una historia bastante trágica sobre varios temas, uno sería la extrema presión que se le da a unas chicas destinadas a ser lo mejor del país, y por otra parte, que no puede estar más alejada, un hombre que vaga sin rumbo sin apenas recuerdos de su pasado pero con la irrefrenable necesidad de volver a casa. Todo rodado con calmas y sosiego, tal vez demasiado, pero con suficientes ideas para no desconectar de la película. Esos toques de humor tan inesperados como acertados hacen una curiosa balanza con el auténtico drama intrínseco de la historia.
Nueva película de Bertrand Bonello, quien además de dirigir y escribir el guion también se encarga de componer las piezas musicales, que por cierto brillan a gran altura. Especialista en películas sobre jóvenes perdidos esta vez se atreve a entrar en el género, pero con la seriedad que se le caracteriza. Sabe hablar con el idioma de los adolescentes sin que estos parezcan estúpidos (o no más de lo normal) y eso no es sencillo que digamos. Protagonizan Louise Labesque y Wislanda Louimat, buen trabajo de estas dos chicas, en especial de Louise que llegados a cierto punto hace un cambio de registro que habría sido tan sencillo caer en la parodia pero que sale muy bien parada.
En definitiva es una buena película, no cambiará tu vida pero es muy interesante ver una película de zombies alejada de efectismos y anclada en una historia de orígenes con el vudú como una fuerza desconocida e imparable. Recomendable.
https://www.terrorweekend.com/2019/11/zombi-child-review.html
Película lenta, tediosa, sin ritmo, aburrida y sin corazón. No es un drama, no es de terror, no contiene escenas de intriga, suspense, acción, ni profundiza en la historia de la zombificación ni el vudú… ¿Qué pretendía el director? Es una de esas películas en las que parece que en un momento dado vaya a ocurrir algo pero no ocurre nada (salvo el final, que parece haber sido ideado para darle un sentido al sinsentido anterior). Nunca arranca, no hay intensidad dramática ni emoción alguna y las historias de las protagonistas no me llegan a interesar en absoluto. Las músicas no encajan y las escenas oníricas son de sonrojo. Parece como si el director quisiera darle una vuelta de tuerca a las historias de zombis (los reales, no los come-cerebros) y quisiera reinventarlo y le sale una chapuza moderna fría, pretenciosa, sin alma, como los propios zombis. Vale, ya lo tengo: es una película zombi en sí misma. Para enterrarla y no volver a resucitarla.