Yuri! On Ice (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2016). 12 episodios. La historia se centra en Yuri Katsuki, un joven patinador artístico sobre hielo japonés que sufre una dura derrota durante las competiciones finales del Grand Prix, quedando último en la competición. Abrumado y deprimido por este hecho, Yuri comienza a dudar de su carrera como patinador, a la vez que lidia con los otros problemas en su vida personal. Al regresar a su ciudad natal de Hasetsu luego de cinco años, Yuri se dirige a una pista de patinaje donde imita a la perfección una coreografía del famoso patinador ruso Victor Nikiforov, a quien admira desde pequeño. Cuando el video de Yuri patinando es subido al internet sin su conocimiento, atrae la atención de Victor, quien decide convertirse en el entrenador de Yuri. Junto con Victor, Yuri aspira a ganar la final del Grand Prix mientras lucha contra su mayor rival, el ruso Yuri Plisetsky, un patinador prodigio de 15 años de edad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Yuri! On Ice (TV Series)aka
- Año: 2016
- Duración: 23
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Opinión de la crítica
7.5
83 valoraciones en total
Tal y como dice el título de la canción de Dean Fujioka: make history ya que con una hermosa sencillez el anime lo hace en grande. ¡Y vaya que sí lo hace! Yuri!!! On Ice es verdaderamente una joya del anime. Asimismo pone el listón alto para el género deportivo y del patinaje artístico. Y Yuri y Victor como la pareja que sacudió el anime.
En un día como hoy hace dos años vimos el primer episodio que revolucionó el anime como lo conocemos. Realmente Yuri!!! On Ice marcó un antes y un después. El hype fue real en 2016. Y en mi caso, lo fue también pues superó mis expectativas, yo tenía en mente otro spokon con queerbait ya que venía de ver a los chicos de Free! y sin embargo, me he encontrado con un anime que me hizo sentir tantas cosas que ni siquiera sé por donde comenzar. Pues todo se destaca, desde la historia, con mucho enfoque al deporte y no solo superficialmente, también se explora de forma emocional, como lo que piensan los patinadores cuando hacen su programa y como efecta eso a su desempeño en la pista, los personajes y sus complejidades, como su estado de salud y mental, la animación, y los diferentes estilos utilizados, la música, que casi es como poesía dentro del anime, la inspiración que te provoca o la reflexión que te deja preguntándote: ¿por qué no hay más animes como este?
Aunque Yuri!!! On Ice tiene un público objetivo que busca atrapar y que logra satisfacer… esto va más allá del fanservice Yaoi: como lo ejemplifica ese inesperado encuentro entre Yuri y Victor en las aguas termales. No. Aquí hay que enfocarse más allá de esas primeras vistas, más allá de ser una fangirl otaku o del mismo LGTB. Esto no es solo Yaoi para mi. Aquí hay una verdadera historia que abarca desde las inseguridades y la autoaceptación, pasando por el miedo al fracaso, las diferencias entre rivalidad y competencia, hasta la búsqueda de la identidad personal.
Me sorprendió la complejidad de la trama pues a primera vista se percibe como sencilla, pero conforme vas adentrándote en cada episodio, te ves más envuelto en su contenido gracias a su guión y a esa manera tan bella que tiene el anime de transmitírtelo. El pilar de Yuri!!! On Ice es el guión de Mitsurou Kubo sin duda alguna. Sin embargo, el otro pilar, y sin el cual, no sería lo mismo, es su parte técnica, visual y musical. Estos tres elementos junto con su guión son los responsables de mi nota. Aquí no solo hay cuidado y detalle en cada toma, aquí hay artesanía y trabajo hecho a mano. ¡Y se nota! Desde el icónico opening con la minimalista animación y la canción de Fujioka. Curioso lo del ending y no tanto por la canción You Only Live Once que por sí sola no es ni buena. El tema cobra mayor significado por el concepto que nos muestra: la serie de imágenes en forma de selfies de las redes sociales como la forma en que los patinadores deben estar en contacto con sus admiradores. Hay veces que no decido cual fue el más memorable del anime, si el opening inspirador que terminas coreando o el ending que te crea más adicción al encanto de Instagram.
Y en el otro apartado tenemos esas animaciones coloreadas a mano, como esos sangrados o sonrojos de Yuri en algunos episodios. O las coreografías animadas a partir de coreografías reales elaboradas por el patinador artístico Kenji Miyamoto, donde en cada programa, según el personaje, debía moverse de forma diferente al otro. Miyamoto debía emplear diferentes estilos para cada patinador cuando patinaba creando así el efecto de que cada patinador tiene un estilo único al moverse. Las partituras de cada patinador fueron creadas en base a las personalidades de cada uno. Los atuendos que los personajes usaron en sus presentaciones fueron diseñados por especialistas en ballet. También es bien sabido que los personajes de Yuri!!! On Ice están inspirados en personalidades y estrellas del patinaje de la vida real. Las referencias dentro del anime a este deporte y a otros estilos de animación como la narración de Yuri sobre el Eros, es otro detalle que posee, cosa que solo lo notarán verdaderos expertos, ya que Sayo Yamamoto es fan del patinaje sobre hielo. Tras el éxito de Yuri!!! On Ice, Yamamoto es inequívocamente un elemento de valor para la industria japonesa. Descubierta por el mismísimo Satoshi Kon, la directora ha creado una historia tan única como hermosa a partir de un corto musical que hizo un año antes titulado: Endless Night el cual expone su fascinación por el patinaje y que marcaría su punto de partida para la creación de Yuri!!! On Ice trabajando mano a mano con Kubo. Me atrevo a decir, que Yuri!!! On Ice sea probablemente responsable de salvar de la bancarrota a MAPPA. Y no solo de eso, también de lograr en tan pocos episodios, mostrarnos de una forma diferente y única la conformación de una relación entre dos personas que por pura casualidad, son dos hombres, de una manera normal, progresiva, natural, sin artificio o cliché. En una donde no haya miedo e incomodidad de mostrarnos un beso o hablarnos de unión y matrimonio. Es por esto que Yuri y Victor cambiaron la forma de ver las relaciones entre dos personas del mismo sexo. La naturalidad que proponen ellos en pantalla se vuelve el ejemplo que debería existir en la realidad, y es por eso que este anime es tan revelador e inspirador. Y a pesar de lo que acabo de decir, Yuri!!! On Ice no solo se centra en eso. En resumen, trata sobre la caída y levantamiento del personaje de Yuri, y ya solo con esto, hay bastante tela para cortar. Pero sigue. Victor, y el otro Yuri, alias Yurio, son otros dos personajes con gran peso en la trama, pues si bien Yuri tiene que lidiar con el fracaso, Victor tiene que lidiar con el estatus de ganador en un patinador ya de 27 años, y Yurio, nadando entre la arrogancia de su talento y juventud, contra la inexperiencia y la ansiedad de la codiciada victoria.
Seguro que no soy la única a la que Yuri! on Ice ha conectado con la idea de la competición deportiva. No me refiero ya a las competiciones profesionales que seguimos por televisión, sino a esos momentos en la vida en los que dependemos única y exclusivamente de nuestro cuerpo, de nuestra fuerza, nuestra velocidad o nuestra resistencia para alcanzar una meta. Las dudas antes de empezar, el temor a hacer el ridículo y/o fracasar, la mente en blanco y la boca seca, el fortísimo sonido del corazón bajo el pecho. ¿Quién no ha saboreado la sensación de poder en la victoria? ¿Quién no ha sentido nunca esa rabia caliente y húmeda tras una derrota? Aunque solo haya sido de niños, en el colegio, todos conocemos éstas sensaciones. Más que cualquier otra cosa para mi la mayor virtud de éste anime es que me ha devuelto a una época ya lejana cuando les demostré a todos -y a mi misma- que la apocada empollona podía correr mucho más tiempo que cualquiera, y ganar. Descubrir mis límites y superarlos: pocas cosas existen capaces de igualar esa sensación de gloria. Ésta ha sido mi epifanía personal, pero quién más quién menos todas las personas que visionen Yuri! on Ice podrán sentirse identificadas con el espíritu de superación que exhibe.
De hecho sería muy triste que Yuri! on Ice pasara al recuerdo general como un anime sobre una relación homosexual. Es cierto que entre el protagonista Yuri y su joven y atractivo entrenador se forja una relación que trasciende la simple amistad, pero ese no es ni de lejos el alma de éste anime. No hay escenas provocativas que busquen atraer la atención morbosa de los que lo visionan. Acercamientos, insinuaciones tiernas, tal vez, pero poco más. El que se sienta identificado completará Yuri! on Ice con la idea de que Yuri y Víctor mantienen una relación romántica, sexual incluso, pero yo simplemente veo a dos personas maravillosas que se quieren y que cuanto más se conocen el uno al otro más fuerte se vuelve su unión. Pero eso no es más que una pequeña parte de la historia.
Yuri! on Ice es un tributo, un homenaje sincero y apasionado al patinaje artístico cuyo mensaje es tan prístino como las pistas de hielo en las que brillan los protagonistas: Busca superarte a ti mismo. Pelea por lo que quieres . Aún con su rotundo mensaje el anime está llevado con suavidad, con un ritmo real, sin trucos baratos o sorpresas inverosímiles, al contrario, su encanto reside en que es una historia contada sin altibajos, donde todo fluye de forma natural.
Personalmente lo que más me ha sorprendido de éste anime ha sido su sencillez. Su bella y dulce sencillez, tan realista y tan humana. Sin héroes ni villanos, sin acrobacias imposibles o saltos inspirados por las musas. Cada patinador se esfuerza al máximo y lucha por superarse a si mismo para darlo todo en la pista, nunca fuera de ella. Entre los personajes existe una obvia rivalidad, pero lejos de exagerar una teatral animadversión Yuri! on Ice presenta a sus deportistas con naturalidad firme, sin estridencias. Patinan por la fuerza y belleza de éste deporte olímpico, por la pasión de hacer algo que les llena y por honor a la verdadera competición deportiva. Otro punto a favor es que todos estos jóvenes están asombrosamente bien definidos tanto física como emocionalmente. Quien visione más de un anime al año sabrá que es complicado encontrar una serie cuyos personajes tengan personalidades propias tan intensas y tan distintas pero que, al mismo tiempo, se complementen para contar una historia común. Más aún cuando esa historia es tan dulce y sencilla como la que nos ocupa.
Sin embargo con toda la sinceridad del mundo Yuri! on Ice no me ha emocionado. Aprecio enormemente el trabajo realizado por sus creadores, en todos los sentidos. Con su estética preciosista, sus personajes tan bien creados y la naturalidad de su argumento Yuri! on Ice es un anime diferente y especial que ha empujado a muchos japoneses a interesarse por el patinaje sobre hielo, lo cual es fabuloso. A mi me ha hecho hacer aspavientos y sufrir con cada fallo de nuestro inocente protagonista, pero no ha logrado inspirarme.
Intensidad, ya sea en su argumento o en las relaciones entre los personajes, es lo que he echado en falta. Más fuerza, más pasión. Aún con todo ello muchas personas deberían dejar aparcados sus prejuicios y disfrutar con la tierna e inspiradora historia de Yuri! on Ice.
Parecía un spokon más, esta vez ambientado en el mundo del patinaje sobre hielo, y nos hemos encontrado con una serie que revoluciona un formato mucho más allá del género al que pertenece.
El apartado técnico está cuidadísimo: la animación, los actores de doblaje, la música y las coreografías de los patinadores son maravillosos. Para las actuaciones, las creativas han sido asesoradas por Kenji Miyamoto y han conseguido reflejar de forma casi impecable el mundo del patinaje. Casi, porque esos trajes con piezas sueltas no son reglamentarios ,)
Pero donde destaca Yuri on ice es en el guión, que toca varios temas interesantes desde un punto de vista maduro y constructivo.
De mano de los protagonistas vemos cómo entrenadores y deportistas luchan codo con codo para lidiar con los trastornos mentales derivados de la presión de la alta competición.Tenemos el aislamiento emocional de Yuri y cómo trabaja para abrirse a los demás, superando los miedos e inseguridades, un camino que muchos conocemos. O Yurio, que es a la vez fragilidad, ira y fuerza.
La serie no nos ahorra la dureza física y psicológica de la temporada, pero nos enseña el camino para trabajar con estas dificultades.
Hay lugar para la amistad dentro de la competición, un ambiente en el que todos quieren ganar pero en el que animan a sus compañeros. Un ambiente en el que los mayores se hacen cargo de los más jóvenes, apoyándolos y sirviéndoles de inspiración. Rivales que cenan juntos, se ayudan y se comprenden. El único patinador que no sigue esta senda es rechazado por el resto, porque la batalla es dentro de la pista de hielo, para ser la mejor versión de ti mismo, no fuera machacando a los demás. Ojalá hubiera más series como Yuri on ice que reflejen este espíritu.
Vemos el nacimiento de una relación sana, basada en el cariño y comprensión mutuos, una forma de amar abierta y sincera. El amor romántico, tantas veces maltratado y deformado en la ficción, aquí brilla con luz propia sin estorbar a la trama, se asoma tímidamente en cada capítulo dejando el protagonismo al patinaje y al crecimiento personal. Yuri on ice nos ofrece una visión plena y honesta del amor que pocas veces tenemos el gusto de ver.
Y cuando piensas que la serie no puede ir a más, llega el capítulo 10 y todo lo que creías saber sobre los personajes, sus sentimientos, historia y motivaciones, cambia. Vuelves a ver los 9 capítulos anteriores desde esta nueva perspectiva y aprecias como Mitsurō Kubo ha hecho magia con el guión. Porque todo ha cambiado, es diferente y a la vez es lo mismo. Pocas veces tenemos la suerte de poder apreciar tal despligue de talento.
No debemos subestimar tampoco la importancia de que la pareja de la serie está formada por un ruso, Victor, y un japonés, Yuri. En Rusia la homosexualidad masculina está muy perseguida y en Japón es ignorada, no reconocen su existencia. La visibilidad que proporciona Yuri on ice, desde la perspectiva de una relación sana, es impagable. Que se haga desde un anime marca un hito que no debemos despreciar. Las palabras de Kubo son para recordar, como la obra que ha escrito: No matter what everyone in the real world thinks of this work, the world within it will remain a place where there will be no discrimination for what you love. I will protect that world, no matter what it takes, even if it’s the last thing I do.
Resumiendo: un 10. Por guión, por técnica, por todo.