Yo, también
Sinopsis de la película
Daniel (Pablo Pineda), un joven sevillano de 34 años, es el primer europeo con síndrome de Down que ha obtenido un título universitario. Comienza su vida laboral en la administración pública donde conoce a Laura (Lola Dueñas), una compañera de trabajo sin discapacidad aparente. Y se enamora de ella.
Detalles de la película
- Titulo Original: Yo, también
- Año: 2009
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6.5
97 valoraciones en total
En Yo, también, sus directores nos cuentan la vida cotidiana de un hombre que padece el síndrome de Down, la cual se mueve entre el rechazo solapado y la compasión de la gente que le rodea. En un momento dado, este hombre se enamorará de una compañera de trabajo removiendo la vida de ambos y enfrentándolos a sus dudas y reparos ante la indisimulable discapacidad intelectual de él.
Ante semejante argumento se podía esperar lo peor, por lo habitualmente que este tipo de historias caen en la sensiblería, la ñoñería o la complacencia excesiva con el espectador, además de la temible corrección política con la que siempre son abordadas las historias protagonizadas por minorías sociales.
Y Yo, también no se libra por completo de algunos de estos molestos tics, pero en mucha menor medida de lo que podía temerse. Sus noveles autores se esfuerzan más o menos dignamente en evitar en exceso insultar la inteligencia del espectador con los defectos señalados, pero se les cuelan algunas secuencias que producen algo de vergüenza ajena y que ponen a prueba excesivamente la credibilidad del espectador. Recordemos que se trata de una historia de amor entre una persona psíquicamente discapacitada y otra que no lo está, al menos mentalmente… El aspecto emocional ya sería otra cuestión…
Teniendo un punto de partida bastante interesante, la película de los debutantes Pastor y Naharro se me queda a medio gas de lo que esperaba y lo que podría dar de sí.
Esto me pasa porque entre las buenas críticas cosechadas y el tema en sí (Pablo Pineda) pues crean unas expectativas que no se ven cumplidas, al menos en gran medida.
Su principal problema es el género, y el segundo su nacionalidad. La comedia romántica tiene ya unos tópicos muy manidos de por sí, y ésta no es una excepción, recurre a ellos más de lo que debiera y ello resiente el conjunto. Por otro lado, el cine español con género de comedia romántica tiene sus propios tópicos, que también se encarga de recoger, cual cosecha tempranera, dejándome un regusto a tema desgastado.
No todo son pegas, se agradecen esos momentos de carisma y comicidad de Pablo Pineda, que su alegría contrasta y revive por momentos el tono del film. El tono al que me refiero es el de ¡Anda mira! ¡Si tienen sentimientos los del Síndrome de Down! , que al menos es el que percibo yo desde mi posición de espectador, con rasgos de medio documental (que se enfatiza con las imágenes de archivo en b/n) y un servidor hubiera preferido una historia de amor sin tener tan presente la enfermedad por parte del director, pues si se quiere dar la imagen de igualdad, no es bueno hacer tanto hincapié en la cierta discapacidad de estas personas.
Es ese toque doctrinario junto a los tópicos el que me hace no disfrutar del film como debiera, no me deja ver una relación veraz entre Lola Dueñas y Pablo Pineda. La trama secundaria entre los personajes de Pedro y Luisa da un buen plus a la historia, lo malo es como se engarza a la trama principal, que es a base de los tópicos que comento.
Como detalles plausibles esa muestra de un Pablo adulto y varonil, con sus deseos y carencias que puede tener cualquier hombre y la crítica a la sobreprotección de los padres con hijos con Síndrome de Down en vez de apoyar más su integración cultural y afectiva.
Película con buenas voluntades pero limitada en el plano meramente cinematográfico.
El protagonista, Pablo Pineda, es un chico con síndrome de Down que interpreta a un chico con síndrome de Down. GENIAL!!!! Démosle la Concha de Plata de San Sebastián!!!! El jurado de la 57 edición de dicho festival estaba compuesto por un montón de cantamañanas.
Que sí, lo del Down lo borda, pero a la hora de decir correctamente su texto o de transmitir a cámara, es decir, a la hora de interpretar, la cosa cambia. Si, todavía, Pablo, con su síndrome, hubiese interpretado a un chico sin Down… entonces sí, pero, en fin, ¿de qué vamos?
Se supone que la película habla de integración, de igualdad, de que todos somos personas dignas y merecedoras de oportunidades y de respeto, con nuestras capacidades, cada cual las que tenga. Si yo estoy de acuerdo con todo esto. Pero las buenas intenciones no hacen buenas películas. Esas se consiguen a base de trabajo y de talento. Y aquí no hay guión, los directores hacen un trabajo de cámara paupérrimo, parece que, en vez de una película, estés viendo un largísimo anuncio de galletas dietéticas. El ritmo, como la historia, brilla por su ausencia…. Todo se resume, otra vez, a que hay un chico con Down.
Bien. Si la peli habla de igualdad de oportunidades:
-¿Por qué se le negó la Concha de Plata a un actor solvente cualquiera para dársela a un chico que no es actor? (esta pregunta, en realidad, pertenece a mi cabreo personal, pero nada tiene que ver con la peli en sí… pero ésta de abajo si)
-¿Por qué se trata a Pablo Pineda como si fuese un mono de feria en vez de una persona? Se le exhibe de un descarado y patético modo. Mirad lo que hace el chico, ¡es capaz de aprenderse su texto!… Pues claro que es capaz. Seguramente, si le hubieseis dejado dirigir la peli, lo hubiese hecho mejor que vosotros, tíos.
¿Cuál es el mensaje? Uy, qué lástima me das, te voy a echar un polvo. Uy, qué penilla, te voy a dar un premio.
Cabe destacar, eso sí, a Lola Dueñas, que también fue galardonada en la festival. Afortunadamente, hacia el final del metraje se tiñe el pelo, porque si visiono un sólo minuto más de ese rubio papa frita, me hago el harakiri ocular con un peine, a lo perro andaluz.
No es una película valiente, no es necesaria, no es optimista. Es mala, aburrida, obvia, insolvente, precaria y oportunista.
Mis respetos a Pablo Pineda. Nada de lo que digo va contra él, si no contra los que le utilizan para sentirse mejores personas o para ganar notoriedad.
Los cortometrajistas Álvaro Pastor y Antonio Naharro debutan con Yo, también , una película que narra la historia de un hombre sin Sindrome de Down (Pineda) que se enamora de una mujer que trabaja con él (Dueñas). Lo que empieza como algo curioso va subiendo enteros por momentos, presentando algunas secuencias bastante bien realizadas y un sentido del humor fácil, sin mucha garra, pero efectivo. Lamentablemente, en su ecuador, el film no sabe mantener el tono y lo que hasta el momento era (al menos) curioso pasa a convertirse en una tontería alargada.
Mediante acumulación de gags, gran parte de ellos -los de esta segunda mitad- bastante poco efectivos y subtramas añadidas para alargar un material inexistante, Pastor y Naharro echan por tierra lo poquito que habían conseguido previamente. Resolver varias historias en poco tiempo no ayuda, ni mucho menos el tan molesto final feliz para tener a todo el mundo contento. Empezaba como una buena mezcla de drama y comedia, pero pronto se convierte en un simple mecanismo para explotar (desde la correción política) las opciones que da presentar personajes con dicha enfermedad, mofándose de ellos por momentos y jugando, poco y mal, con la inverosímil relación establecida entre Dueñas (que vuelve a demostrar ser bastante mejor actriz de lo que se admite) y Pineda, que probablemente, siguiendo la tradición, se lleve el Goya a mejor actor revelación, sucediendo así a El langui .
Pero más allá de esto, lo único que es evidente es la irregularidad de Yo, también , si bien su visionado tampoco es excesivamente molesto y, de hecho, funciona como comedia en momentos concretos.
Muy buenas intenciones para una película que se queda a medio camino entre lo políticamente correcto y lo maniqueo y que, en mi opinión, no consigue en absoluto su propósito de acercarnos al síndrome de Down desde una perspectiva igualitaria , de tú a tú. El guión está lleno de trampas y de situaciones ridículas o directamente deshonestas, algunas de las cuales señalo en el spoiler.
Le veo muchas más posibilidades a la historia paralela de los dos chicos Down que se enamoran, y que sin embargo, está tratada muy superficialmente. El trabajo de los actores tiene muchísimo mérito, sin duda, pero hombre, esta costumbre de darle premios revelación a los actores especiales ya canta un poco. Raro es el año que en los Goya el premio al actor revelación no se lo lleva o bien un niño o bien alguien con algún tipo de minusvalía, lo cual me parece tremendamente injusto para los actores profesionales. Esta vez, afortunadamente, se cortaron a última hora, pero a puntito estuvieron de repetir. Lola Dueñas sí está verdaderamente bien en el papel, por el que consiguió un merecidísimo Goya. Gran parte del mérito de la película está en su actuación. Y ya sí sigo en el spoiler.