La propuesta
Sinopsis de la película
Australia, finales del siglo XIX. El capitán Stanley (Winstone) ha capturado a dos jóvenes de la banda de los hermanos Burns. El trato que Stanley le ofrece al hermano mediano coloca a éste frente a un dramático dilema moral: si decide salvar a su hermano menor de morir en la horca, entonces morirá su hermano mayor.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Proposition
- Año: 2005
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
6.5
33 valoraciones en total
El western se tiñe de oscuridad pero desde un punto visual. Habíamos vistos violaciones y brutales asesinatos en el cine clásico norteamericano antes de que llegase la necesaria suciedad y auto-ironía del spaghetti western o Peckinpah. Pero todo era un auto-censurado off.
Proposición indecente y fuerte: la vida de un hermano por otro. Paisajes recónditos australianos, duelo de hermanos absolutamente distintos y un corazón negro teñido de sangre y maldad. En un mundo incivilizado es difícil no encontrar el caos y aquello que hacen que se tapen los ojos.
La propuesta posiblemente abrió la veda, desde un punto de vista distante, de la revisitación a un género que parecía que ya no podría ofrecer nada nuevo. Ned Kelly, comienza la leyenda es ejemplo práctico de la evolución cero. El filme de de John Hillcoat al igual que El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford comparten una evolución intuitiva más contemporánea como lo fueron en su momento westerns como Hombre sin Fronteras o El tiroteo.
Quedémonos también con un simple y directo: Nick Cave pone letra y música en un western que busca los recovecos de la brutalidad.
Si de algo hubiese que acusar a esta propuesta de John Hillcoat, ante todo, es de resultar excesivamente alargada y ser verdaderamente pesada en algunos de sus tramos, cosa que no dice mucho a favor de un ejercicio que, ya desde un buen comienzo, se empeña en ser tan diferente y alternativa a los films en clave de western existentes, que termina por resultar extensa, vacua e insustancial.
Se podría tildar La propuesta como algo fallido ante todo, que saca como sus mejores bazas una truculencia en algunos momentos que no se sostiene por ningún lado (más que nada porque no pega con lo que vemos en pantalla el resto del tiempo), una especie de ahondamiento que no se entiende, puesto que las bases para ahondar sobre sus personajes son excesivamente rácanas, y una trama que, llegada al punto clave, no da más de si ni resulta verosímil, cosa de la que parece jactarse en todo momento si atendemos a la realización de la que hace gala el australiano.
Y es que, tras todo ese despilfarro de metraje para contarnos una historia que no se sabe donde pretende llegar, que todo resulte tan fácil para nuestros protagonistas, sólo nos puede decir que se nos ha tenido ante la pantalla para nada.
El final intenta ser desconsolador, sí, pero no lo consigue por no haber una anterior profundización en unos personajes que lo requerían, y que ya desde un buen comienzo empiezan siendo tiroteados sin darnos la ocasión a conocerles mejor y empaparnos de sus cualidades o defectos.
Hillcoat, además, demuestra no ser demasiado buen realizador, y buena fe de ello dan los múltiples y escandalosos fallos de raccord que están repartidos a lo largo y ancho de la cinta, así como esas pretensiones que sólo logran finalmente desesperar al espectador más paciente para otorgar un baño de nada.
Se agradece la presencia de grandes como Ray Winstone o John Hurt, mientras otros como Emily Watson no llegan a ofrecer todo lo que se les pide cuando se les ve en pantalla.
Resumiendo, un intento errado y nada fructífero.
Hermoso y profundo western ¡australiano! que parece respirar en una dimensión paralela a la de los trabajos de Peckinpah y Aldrich. Un western que el polifacético Nick Cave debe haber concebido tras una sobredosis brutal de Cormac McCarthy: suciedad, lirismo y sangre. A contracorriente y sin preocuparse por modas coyunturales, Cave y Hillcoat no se lo ponen fácil al espectador. Por su película desfilan una caterva de pobres diablos que no paran de dudar y de equivocarse y de redimirse, pecadores en una tierra de pecado cuyo hermetismo puede ser confundido con cierta torpeza compositiva por parte del guionista. No creo que sea el caso. En La propuesta los personajes se definen mediante pequeños gestos (a veces imperceptibles, otras de una rotundidad aplastante), más que por lo que otros personajes afirman de ellos. Y en este conglomerado humano una figura destaca sobre las demás: la del cabecilla Arthur Burns, líder de la peligrosa banda de asesinos que trae locos a todo el mundo.
En este personaje, interpretado con no demasiada credibilidad por Danny Huston, se halla lo más reprochable de la película. Sabemos que es una especia de antecesor australiano del chalado Charles Manson: un tipo con una estima elevada por el concepto de familia y una visión mística y enferma del sufrimiento y la muerte (ajenos). Y digo que en él está lo más reprochable de la película porque es un personaje mucho más interesante sobre el papel que sobre la pantalla, donde su fuerza no alcanza la dimensión requerida por el texto. Aquí sí concedo la existencia de un error de escritura (por déficit descriptivo). Esto se compensa con un complejo retrato de su máximo rival, el capitán que interpreta brillantemente Ray Winstone. Con estos mimbres humanos (más el potente Pearce y el siempre convincente Hurt) y una dirección pausada y refinada en su concepción de la violencia, se acaba construyendo un sugestivo filme que suple su descompensación narrativa con generosas dosis de belleza y perplejidad moral. Da gusto ver una película sin buenos ni malos: simplemente seres humanos víctimas de las circunstancias y de su propio infierno interior.
Lo mejor: la poesía de la violencia de Hillcoat.
Lo peor: los versos recitados en off (un caprichito del señor Cuevas, supongo).
Interesante western crepuscular, visualmente muy poderoso, fascinante en algunos momentos, con espectaculares imágenes del desierto australiano, bellamente retratado por la cámara de John Hillcoat. Sin embargo, desde el punto de vista argumental la cosa divaga de un lado a otro sin llegar a detenerse en ningún sitio concreto, amenazando con írsele de las manos al director en varias ocasiones. Historia de venganzas, chantajes, crímenes y redenciones, inusitadamente violenta a pesar del género al que pertenece, se sigue con pasmosa frialdad hasta su estupendo desenlace, crudo y áspero, pero no exento de cierto lirismo que lo convierte en un punto y final ciertamente peculiar.
La factura es impecable, que duda cabe, pero el guión adolece de varios fallos estructurales que le hacen perder fuelle en determinados momentos, además de descuidar en demasía la descripción psicológica de algunos personajes, como los encarnados por Guy Pierce, Emily Watson o Danny Huston, que habrían elevado mucho el nivel final del filme de estar mejor retratados. No obstante, el resultado global acaba mereciendo la pena.
Cinta majestuosa en la que se desarrolla una historia de buenos y malos en una Australia sucia, pobre, anárquica, triste y polvorienta. La violencia colabora con la belleza de una manera perfecta, el colorido de los exteriores es brutal, las conversaciones entre los personajes son sublimes y cada minuto ofrece un cuadro de gran pintor. Todo ello acompañado de una banda sonora con gran sentimiento da lugar a una película de gran belleza y artesanía.
Finalmente, Pearce está como siempre, perfecto. Gran actor dentro de una dirección insuperable por parte de Hillcoat.