Yanquis
Sinopsis de la película
A principios de 1942, mientras los aliados se preparan para el Desembarco de Normandía, miles de soldados yanquis son enviados a Inglaterra. En la vida de tres de ellos juegan un papel importante las mujeres: Helen, una madre de mentalidad tradicional que trabaja como voluntaria de la Cruz Roja, Mollie, conductora de autobús y gran admiradora de los estadounidenses, y Jen, la hija del jefe de los tenderos locales, una joven de frágil sensibilidad que está enamorada del soldado Matt.
Detalles de la película
- Titulo Original: Yanks
- Año: 1979
- Duración: 141
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Opinión de la crítica
Película
5.8
93 valoraciones en total
Con el referente de «Tiempo de amar, tiempo de morir», me puse a ver esta «Yanquis» por eso de comparar, porque el argumento parecía bastante similar. Con veinte años de diferencia, la sensación es casi la misma.
De alguna manera, «Yanquis» ha sido decepcionante. Porque está Richard Gere haciendo de tipo apuesto y seductor, que si no esta película no la salvaba ni Vanessa Redgrave. De hecho, ni ellos dos la salvan. Es lenta, anodina y básicamente la trama consiste en ver las distintas citas de la pareja protagonista: en el cine, por el campo, te invito a mi casa, vamos a tomar una pinta, nos vemos en la tienda… Entre cita y cita, sabemos que hay una guerra por ahí. Hay una segunda historia entre otra inglesa y otro norteamericano (¡sorprendente!) en plan relación madura que te produce la misma indignación que la primera: el caso es que los cuernos no hay quien os los quiten, amigos ingleses.
Quisiera decir algo más de «Yanquis», pero es que no hay nada más. Una pena.
El propósito es interesante: reflejar la convivencia entre soldados norteamericanos y civiles británicos en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, se ve malogrado por dilatarse la película en exceso – no se limita a contar una historia de amor entre un soldado yanqui y una mujer nativa sino tres, que encima son variaciones de la misma -. Con todo, no carece de virtudes: su puesta en escena está muy cuidada, sus apuntes sociológicos son perspicaces y su guion notable, especialmente por su énfasis humanista.
Esperaba algo más interesante y me defraudó, yanquis como ya se ha comentado trata sobre los soldados americanos destinados en Inglaterra durante la 2º guerra mundial, y de sus convivencias con la población civil, más concretamente de las relaciones entre soldados y mujeres. En conjunto la película da una imagen superficial de las inglesas que solo piensan en cepillarse a los soldados por unos cigarrillos, y los yanquis de una panda de mandriles en celo, cuando en realidad había otros problemas más graves. Se deja ver para pasar el rato sin pretender nada más, no aporta nada nuevo y lo peor de todo es que se podía haberse hecho en 45 min menos de metraje y no en las 2h15 que dura. (Por cierto como ya han comentado antes muy cutre las múltiples escenas en las que se ve una central nuclear de fondo)
No la había visto desde que se estrenó siendo yo muy joven, su revisión me ha gustado más que la primera vez, quizás por la perspectiva de los años y mi propia experiencia cinematográfica. Tiene el encanto de la naturalidad en las producciones inglesas y el romanticismo de los convulsos amores en tiempo de guerra que luego se han repetido hasta la saciedad. Los prolegómenos al desembarco en Normandía desde las islas británicas le sirve a Schlesinger para crear un elegante melodrama bélico, de estilo clásico pero con el aire retro que se había puesto de moda durante los años 70 en films como El gran Gastby, Chinatown o El Padrino, en esa visión nostálgica y mítica del pasado. El cineasta inglés, proveniente del Free cinema que había triunfado anteriormente en su país con Darling y Lejos del mundanal ruido, más tarde ganaba el Oscar por Cowboy de medianoche, era ya un reputado cineasta.
John Schlesinger siempre fue un director académico y ocultamente moralista que dotó de una profunda capacidad psicológica a sus personajes presentándolos cercanos y familiares. El film se presenta como un mosaico de la convivencia entre británicos y americanos, féminas las primeras y soldados los segundos. El relato se articula a través de tres historias de amor paralelas que descubren tres comportamientos-tipo: El soldado de cocina Matt (un jovencísimo Richard Gere) y la tendera Jean (Lisa Eichhorn) que son jóvenes vulnerables y reprimidos. La acomodada enfermera (Vanessa Redgrave) y un oficial yanqui (William Devane), maduros, responsables y con fuertes compromisos conyugales. Y finalmente la cobradora de autobús (Wendy Morgan) y el soldado Danny (Chick Vennera), desacomplejados y audaces. La primera pareja compone la principal historia, las otras son aleatorias para dar algo más de juego al film.
La película está bien narrada y recrea un ambiente prebélico bien conseguido, tiene buena atmósfera de melodrama sentimental con la sutileza de mostrar la anécdota sin necesidad de explicitarla. Sus guionistas, al parecer, se documentaron muy bien sobre aquel periodo histórico y dramático por lo que había en juego, llena de pequeños detalles, de recuerdos del propio director que la hacen muy verosimil. La confrontación de dos estilos de vida desde un origen común pero con un desarrollo bien distinto. Es decir: la eficacia yanqui contra la indolencia británica, la actividad contra la pasividad, el whisky y los cigarrillos Camel contra la llovizna y el té britanico. El dispendio en comestibles para el ejército contra el racionamiento de la población isleña. La marginación de los militares negros frente a la comprensión de las chicas británicas de piel blanca y pelo caoba. Film de buena factura aunque previsible y conservador en sus planteamientos, a mí me ha gustado.
La rivalidad entre ingleses y estadounidenses, probablemente comenzó desde los tiempos previos a la Guerra de Independencia (1775-1783), cuando, cansados del yugo que les tenían puesto los colonizadores británicos, los nativos norteamericanos decidieron quitárselo de una vez por todas. Vendría, luego, la Guerra de 1812, en la que de nuevo los estadounidenses se enfrentaron contra los ingleses por su derecho al libre comercio con cualquier nación del mundo, incluso en tiempos de guerra. Después, los ingleses –acostumbrados a ser una gran potencia- vieron con ojos recelosos que Estados Unidos se convirtiera en la primera potencia del mundo… y durante la II Guerra Mundial, muy pocos ingleses consiguieron convenir que, sus mujeres se volvieran locas por los soldados norteamericanos que llegaban para apoyarlos.
De aquí, ese significativo diálogo que se produce entre dos ciudadanos ingleses mientras observan la entrada, en 1942, de numerosos camiones cargados de soldados americanos:
-No me lo explico… -comienza a decir el observador mayor.
-¿Qué? –Pregunta otro curioso.
-¡¿Qué ven en ellos las mujeres?!
Este será el punto de partida y la razón esencial de esta historia que, por más que lo parezca en principio, no se va a ocupar de lo mismo que ya se han ocupado tantos: Las batallas entre los aliados y los países del eje ¡No! Se trata aquí -y se logra con sumo juicio-, de ver las cosas desde una perspectiva completamente distinta… y cuán interesante resulta ver esa otra guerra: contra los prejuicios, contra los resentimientos generacionales, contra el racismo y el regionalismo… que por siglos se ha preservado en los corazones más rezagados.
¡Y qué maravilla lo que ocurre aquí, cuando vemos a esos soldados estadounidenses que rompen de una con su nacionalismo y a esas mujeres inglesas que sólo miran el ser que les ofrece cada chico, y así, entre ellos y ellas, el amor brota sin reserva alguna! Como dijera, Thomas Paine, en el prólogo de La Crisis (1776): Estos son los tiempos en que se prueban las almas de los hombres.
Colin Welland y Walter Bernstein, han logrado un guion de una altísima calidad humana y sintiendo, de seguro, que, para la paz del mundo pesa más esa guerra que se lleva en las almas durante siglos y siglos, lograron darle aquí la relevancia que se merece y el resultado es una historia bella, muy bella, que nadie debería olvidar.
Con una irreprochable puesta en escena, en la que se recrea un pueblo muy variopinto donde cada ser batalla contra sus propios prejuicios al tiempo que despliega sus miedos y sus mejores cualidades, y con una preciosa banda sonora de Richard Rodney Bennett, el director John Schlesinger, asegura con cada secuencia, una historia pletórica de romanticismo y generosidad, como las que anhelamos cada día en nuestra propia existencia.
Queda decir que, las mujeres: Lisa Eichhorn (Jean), Vanessa Redgrave (Helen), Wendy Morgan (Mollie) y Rachel Roberts (Mrs. Moreton), se toman la historia de cabo a rabo con su magnetismo y su gran fuerza interpretativa… y son, precisamente las tres primeras, las que darán grandes pasos hacia una sociedad cooperativa y realmente evolucionada.
YANQUIS es una película indispensable. Cine para aprender a vivir.