Ya no somos dos
Sinopsis de la película
Jack Linden (Mark Ruffalo) y Hank Evans (Peter Krause), profesores universitarios en una pequeña ciudad, son dos amigos aficionados a las carreras entre clase y clase y a frecuentar el pub después del trabajo. También sus mujeres (Laura Dern y Naomi Watts) son muy amigas. Las dos parejas suelen compartir animadas cenas, en las que el vino fluye en abundancia. Pero, en realidad, los Evans y los Linden no son tan felices como parecen. A Jack y Terry, que tienen hijos pequeños, los esfuerzos por llegar a fin de mes les están pasando factura. A Hank, que es un escritor egocéntrico, le gusta la vida familiar, pero no es precisamente monógamo, y su mujer Edith acaba buscando consuelo en Jack.
Detalles de la película
- Titulo Original: We Dont Live Here Anymore
- Año: 2004
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
5.8
89 valoraciones en total
Nunca es fácil abordar el tema de las crisis de pareja y quizás por ello se han buscado diversas maneras de enfocar tal problemática.
En ya no somos dos lo que pretendidamente se busca es, a través de una visión desapasionada rallando lo gélido, un análisis desde la distancia, sin implicaciones, cómo la de un científico que analiza el comportamiento de un virus a través de su microscopio.
Cierto es que en eso se acierta, pues se consigue un ambiente glacial durante todo el film, la lastima es que de tal desapasionamiento aburre. Lo que vemos son un conjunto de diálogos engolados y pedantes y una sensación de me da todo igual, tanto hacer el amor con mi amante como pelear con mi mujer.
La sensación y la imagen con que definiría la película es exactamente la que comenta Naomi Watts en una de las escenas: Ví un gorila en el zoo lamiendo un monton de mierda, y solo puede sentir una gran tristeza . Aquí vemos a un grupo de humanos incapaces de arreglar sus problemas de forma madura y que solo despiertan la lástima ajena, no por su situación, sino por su incapacidad de solucionarla.
Lo mejor: Un buen trabajo actoral
Lo peor: que no consigue implicar emocionalmente al espectador
A lo largo de las dos terceras partes, resulta lánguida y carente de fuelle. La historia es muy convencional, aunque no es ello lo peor que podemos encontrar.
Los personajes (ninguno) parecen querer asumir sus necesidades, y se enfrentan a una continua doblez en comportamientos y actitudes.
Está bien interpretada aunque adolezca de cierta desgana, hasta llegar al último tercio, donde estalla la verdadera naturaleza de sus protagonistas… incluso alguna escena en su tramo final, deja abierta la interpretación al espectador… una interpretación ruin y dolorosa.
Entretiene sin que la podamos definir en ningún momento como apasionante.
Resulta complicado que un género tan utilizado en el cine, consiga entretener con tan escasos elementos, como los que aquí se manejan.
Bien es cierto que las actuaciones resultan creíbles, alejadas de un histrionismo en el que hubiera resultado muy fácil caer. La dirección de John Curran se entrega floja, desmadejada, tan solo el final, arroja una sorprendente conclusión, donde todos sus elementos encajan, aportando una respuesta esperada, que se agradece.
Considerando que el adulterio es un tema trillado, degenerado en tantas películas ofensivas y telenovelas sin sentido, resulta necesario aclarar que We don´t live here anymore nada tiene que ver con aquel tipo de material pues, al contrario, es una pieza minuciosamente confeccionada que induce al espectador a un profundo, desgarrador y, paradójicamente, hermoso estudio del matrimonio como institución que coadyuva a mantener una relativamente cómoda organización social pero que a la vez supone una cárcel para los sujetos, individualmente considerados, que se someten a ella.
Analizando los distintos elementos que hacen de esta cinta una ganadora tenemos que la fotografía de Maryse Alberti es sobresaliente, ella repara en los detalles creando tomas asombrosamente hermosas y obtiene provecho de cualquier elemento disponible, lo cual contribuye a generar esa poesía visual que enriquece los momentos de silencio del film. El guión de Larry Gross es impecable y sofisticado permitiendo que los personajes interactúen con naturalidad así como aborda con dignidad el crudo y delicado drama emocional que se gesta momento a momento. John Curran, por su parte, se revela como un realizador competente, totalmente apto para maniobrar elementos tan riesgosos como el erotismo desbordante, la fuerza de algunos personajes y la sordidez de las situaciones que éstos viven amen de una innegable habilidad para dirigir actores, de los cuales puedo decir que Mark Ruffalo maneja perfectamente la ambigüedad moral de su personaje, Peter Krause es cínico y agrega una saludable dosis de humor corrosivo, y Naomi Watts es totalmente convincente como una mujer frágil, confundida y un poco despreciable, sin embargo, si alguien se roba cada escena en la que aparece esa es definitivamente la talentosísima Laura Dern, quien ejecuta una actuación inteligente e intensa construyendo con suma prolijidad el retrato de una extraordinaria mujer ordinaria. Dern es lo suficientemente creativa como para comunicar la frustración, depresión, ira y sensualidad que su personaje, dependiendo de la situación, transmite en el contexto de la historia.
Definitivamente recomendada, We don’t live here anymore es cine independiente inteligente y de calidad superior.
Tercer largo de John Curran, basado en dos relatos cortos de André Dubu ( I Dont Live Here Anymore y Adultery ). Se rodó en Vancuver, en 29 días Ganó un premio de Sundanca (guión). Producido por Harvey Kahn, Naomí Watts y Jonas Goodman, se estrenó para el público el 13-VIII-2004 (EEUU).
La acción tiene lugar en unapequeña ciudad universitaria americana en 2003. Narra las relaciones de amistad e infidelidad de los miembros de dos parejas, que se ven abocadas a una crisis que las lleva a replantearse la vida y el sentido del amor, la amistad y la fidelidad. La narración recorre el punto de vista de cada uno de los cuatro protagonistas.
Dos profesores univesitarios y sus esposas forman dos parejas unidas por una estrecha amistad. Comparten comidas, cenas, tiempo de ocio, salidas, excursiones y viajes. Problemas económicos apra llegar a fin de mes y otras desdichas hacen emerger relaciones de infidelidad dentro y fuera del grupo. De ellas se derivan situaciones de conficto individual (remordimientos, sentimientos de culpa) y de pareja (celos, odios, mentiras, traiciones), que alimentan una situación compleja, saturada de sentimientos encontrados, turbadores y de difícil control. Se muestra la falsedad de las apariencias, el arcano del espíritu humano, las contradicciones de las personas, las relaciones entre amor y felicidad, la constatación de que no hay amor sin sacrificio. El drama es anterior al inicio del film, se mantiene a lo largo del metraje y no tiene solución antes del final. La narración contiene reiteraciones y redundancias, que hacen que el relato resulte embarullado y, en ocasiones, confuso. Las infidelidades no constituyen nunca una realidad sencilla, porque arrastran rencores, hipocresía, sentimientos de rechazo, deslealtad y otros factores que tocan puntos profundos del alma humana. El tema ha sido tratado en cine por Mike Nichols ( ¿Quién teme a Virginia Woolf?), Woody Allen ( Interiores , Annie Hall ), John Cassavetes y otros.
La música incorpora una bonita melodía central, que evoca las emociones de los protagonistas. Añade dos fragmentos de la 1ª de Beethoven y tres bonitas canciones ( Jungle Warriors , If Its Over y Suzis Wamp ). La fotografía ofrece composiciones bien contrastadas y de buen dibujo, que tratan con pulcritud las escenas de amor, incluso las que tienen lugar en lugares excéntricos (coche, hall de la casa, etc.). Los deseos de huida de Jack se subrayan con el paso de un tren rápido y el fluir del agua del río. Mediante breves feed-backs se ilustran los sueños, recuerdos y deseos de los personajes. El guión, escrito a finales de los 70, se mantuvo a la espera durante algo más de 20 años. Las interpretaciones son buenas: destaca la de Laura Dern. El ritmo de la obra es reflexivo y pausado.