Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero
Sinopsis de la película
Nada más empezar 2º de BUP, Juan se enamora de Sara, la chica nueva de su clase. Como es un chico muy reservado, no se lo cuenta ni a ella ni a sus mejores amigos. Sara, por su parte, desconcierta continuamente a Juan, al que alternativamente atrae y ahuyenta. Cuando ella le propone robar los exámenes, Juan acepta para compartir la aventura.
Detalles de la película
- Titulo Original: Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero
- Año: 2000
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
3.8
70 valoraciones en total
Niños pijos en plena pubescencia que van desde el más completo tarugo hasta el que tiene las más profundas dudas existenciales.
Adolescentes encarnados por veinteañeros largos que no dan una en cuanto a interpretación se refiere.
Diálogos ñoños y costumbrismo rancio y desfasado.
Todo ello enmarcado por una incomprensible pretenciosidad.
Era tan sumamente irritante que tuve que dejar de verl a la media hora.
Buenos días, amigos.
P.D. En el título hay una palabra que define muy bien esta película. ¿Adivináis cuál?
Aún no consigo entender muy bien por qué me dejé liar para ver esta película… Bueno, sentía cierta curiosidad porque leí el libro y quería ver cómo lo habían adaptado. He de decir que la novela tenía su gracia (por lo menos cuando tenía quince años y lo leí). Un año después aproximadamente sacaron la película, y es más una permanente sensación de ganas de cortarse las venas que otra cosa. El reparto de los adolescentes es patético, entre los que figuran Alejo Sauras, el eterno adolescente, y Sergio Martín, el cantante ¿¿¿??? del (en su día) exitoso (inexplicablemente) grupo de música Bom Bom Chip. No entiendo muy bien por qué Sergio Martín fue el elegido para hacer de protagonista. Ella, Blanca Jara, está muy claro, y no es por sus dotes de actriz precisamente: es la hija del director.
Cierto que la historia que narra la novela tampoco es para tirar cohetes, pero podrían haberle sacado mucho, muchísimo más partido. Salvan relativamente el reparto los adultos, con actores como Concha Cuetos o Emilio Gutiérrez Caba.
Gris, aburrida, una historia repleta de tópicos. No vale la pena elevarla ni a categoría de película para después de comer . Hora y media de adolescentes haciendo el tonto, contando la historia de Juan (Sergio Martín) la primera vez que se enamoró de una chica no muy equilibrada mentalmente. Sin más.
Impresionante que llegue a las pantallas una película así. Se trata de una peli protagonizada por adolescentes pero para un público pre adolescente. Un montón de secuencias que no sólo no hacen avanzar nada sino que no se sabe qué aportan. El personaje protagonista resulta difícil de entender, y el actor difícil de ver. Alejo Sauras, está bien.
Y decirte… es lo más parecido a comerse un bol lleno de helado de fresa y chocolate, aderezado con ositos de gominola, mientras escuchas, una y otra vez, la misma canción melosa. Vamos, un empacho de azúcar para los sentidos en toda regla. Mucha culpabilidad traerá consigo, sí, tanta como desahogo básico e inconfesable. Es contada con añoranza adulta al candor de la adolescencia, todo lo pueril e inocente de lo que es capaz, sin rubor alguno y con atención exclusiva para quien despierta a la vida, fundamentalmente en el conocimiento del género opuesto.
Precisamente, esa falta de vergüenza que demuestra es la que el crecidito que la vea asume como propia. Demasiado almibarada desde el momento en que uno ya decide poner la expresión te quiero rondando por el mismo título. Aunque la presunción de pomposidad no se queda ahí. Por extensión, la descripción de los personajes, además de alguna de las interpretaciones, van acordes a esa ingenuidad y falta de experiencia a menudo reprochable. Tan casta y tan pura que su romanticismo bobalicón de primera categoría la arrastra hasta cuando quiere ser macarra. Bueno, todo lo macarra que se puede ser cuando uno tiene quince años viviendo a mesa puesta.
Y con todo ello y por alguna razón no del todo excusable tiene un encanto propio del que ya ha pasado por esa etapa, con mayor o menor descalabro, con mayor o menor parecido, y sufre un ataque exacerbado de nostalgia romántica y primeriza, acentuado por la espléndida música de Pablo Miyar, de veras extraordinaria, aunque ésta aparezca en apenas dos momentos puntuales cuando enfila la recta final, posando los ojos sobre su particular Sara princesa.
Lo mejor que se puede decir de la película es que entretiene. Yo leí el libro en mi adolescencia, y la verdad es que no está mal, el problema seguramente es que era un libro más bien infantil y dirigido a niños, que es lo que le pasa la película. Los intérpretes de la película son más bien flojos, y además es poco creíble ver a chicos de veintitantos interpretando adolescentes. La historia pierde con respecto al libro, que tampoco es que fuera una maravilla. Aún así, se ven cosas peores.