Wonder Wheel
Sinopsis de la película
En la Coney Island de la década de los 50, el joven Mickey Rubin (Timberlake), un apuesto salvavidas del parque de atracciones que quiere ser escritor, cuenta la historia de Humpty (Jim Belushi), operador del carrusel del parque, y de su esposa Ginny (Winslet), una actriz con un carácter sumamente volátil que trabaja como camarera. Ginny y Humpty pasan por una crisis porque además él tiene un problema con el alcohol, y por si fuera poco la vida de todos se complica cuando aparece Carolina (Juno Temple), la hija de Humpty, que está huyendo de un grupo de mafiosos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Wonder Wheel aka
- Año: 2017
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
6.2
30 valoraciones en total
A Woody Allen nunca se le ha dado bien el drama, o al menos eso es lo que dicen. En mi opinión, es que sus obras cómicas son tan soberbias que cuando trata un tema dramático y poco divertido, parece que sea su peor película, pero no es así. Considero al señor Allen uno de los mejores directores de todos los tiempos, y una película suya nunca puede decepcionar.
Si es verdad que Wonder Wheel tiene momentos en los cuales no parece una película del propio Allen sino de un burdo imitador. La trama es imaginable para el público, se sabe lo que va a pasar sin un esfuerzo muy grande de sesera, pero como siempre tiene ese toque romántico, esa dulce agonía de la vida, y unos diálogos soberbios que hacía tiempo que no escuchaba en ninguna de sus películas y el mensaje claro de la tragedia de la vida y de los sueños rotos.
Sin embargo todo hay que decirlo, no es mi película favorita y queda muy lejos de serlo. Cuando Allen trata el drama, lo hace bien, y por eso cansa. Siempre busca el reflejo de su ser, la triste condición humana, y la tragedia de la existencia, siempre acompañada del bendito quebradero de cabeza que llaman amor.
Creo que todo eso lo alcanzó con Match Point, sin duda alguna su mejor drama y una de sus mejores películas, allí si que hizo que todo sintonizará a la perfección, creo una atmósfera tóxica que a la vez era respirable y bonita de ver.
Pero no todo es criticable en la película. Las actuaciones son más que buenas, (En mi opinión Winslet lo hace bien, pero nada del otro mundo), el ritmo es bueno, y como siempre hay algunas celebridades solo imaginables para la mente del maestro las cuales no voy a comentar pero que estoy seguro que harán sacar carcajadas.
La atmosfera de Coney Island está más que conseguida, el decorado es fabuloso, y la música es soberbia, me sorprende que sea uno de los pocos directores que utilice una banda sonora pura y con ritmo, pero en fin así es el mundo del cine.
También cabe destacar el tema de la fotografía pues el señor Allen lleva unas cuantas películas jugando con La Luz, empezó con MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA donde obtuvo un resultado exquisito, y prosiguió con Café Society obteniendo un resultado similar pero menos vistoso. Sin embargo, en esta ocasión la fotografía vuelve a deslumbrar, no desde la perspectiva estética sino desde el punto de vista del estado de ánimo, juega con las luces según la tensión de la situación y obtiene un resultado maravilloso.
En resumen, Wonder Wheel es una buena película, algo mediocre para el genio de Nueva York, pero nada reprochable, es una película hermosa que analiza la vida desde una perspectiva sórdida y melancólica y que intenta devolverte las ganas de vivir.
La cita obligada de cada año con el neurótico neoyorkino nos adentra esta vez al interior de Coney Island donde nos narra las desventuras amorosas de Ginny, una camarera casi cuarentona infelizmente casada y sin sueños por la vida que se redescubre a si misma cuando inicia una aventura amorosa con un joven salvavidas.
Los que conocemos y amamos el cine de Woody Allen sabemos que a estas alturas difícilmente nos va a sorprender con los temas que trata en sus guiones, en Wonder Wheel encontramos algunos conceptos sobre el amor, la madurez, la infidelidad e incluso el destino que ya había tocado con anterioridad, sin embargo, es en sus disfuncionales personajes y en como siempre sus clarividentes diálogos donde encuentra frecuentemente una nueva perspectiva.
Wonder Wheel está contada con mucho oficio por parte del veterano cineasta haciendo gala de sus virtudes como narrador, mientras los personajes van poco a poco siendo desnudados por su creador haciéndonos partícipes de sus emociones y pensamientos, logrando una conexión del espectador con la historia como pocos autores consiguen. Woody sabe enamorar, someter y luego regalarnos una pequeña idea de la vida de la forma más natural posible, en su último largometraje no es la excepción.
El elenco es sobresaliente, Timberlake está muy digno en un papel que le va como anillo al dedo, Belushi y Temple son dos secundarios a considerar en la próxima temporada de premios, ambos están excelentes. Ya luego esta Kate Winslet que consigue su mejor interpretación en muchos años, su Ginny es un personaje hermoso, complejo y trágico por partes iguales.
Ya por último no quisiera dejar de mencionar la magia de Vittorio Storaro, lo que hace este señor con esos tonos cálidos y fríos es puro talento, la forma en que por momentos un lado de la pantalla posee una iluminación opuesta a la del otro de la imagen, y luego la cámara se pasea pero sigue conservando la misma intensidad, también como el tono de la fotografía va cambiando lentamente trabajando con el juego de luces de esa rueda de la fortuna, es simplemente magistral.
Wonder Wheel es la mejor película de Allen desde Blue Jasmine, carece de originalidad pero que lo compensa con la orquesta del resto de sus elementos que lo hacen ser un filme intachable, genialmente narrado, interpretado y ejecutado en la imagen.
Esta vez toca situar el drama en la clase social humilde, en un bullicioso lugar de vacaciones con playa y feria. Los protagonistas interpretarán el drama como auténtico teatro, y es fácil advertir la redacción de Woody Allen tanto que cuando hablan se le presiente, como si fuera él quien estuviera delante de las cámaras. El ambiente es muy correcto, todo muy pulcro, normal en Allen, mucho figurante y muy estático, que parecen más mobiliario en escenario que personas, y encima el socorrista se dirige a nosotros para presentar lo que sería el siguiente acto.
Diremos que este tipo de cine puede resultar en parte un pelín cansino pero el argumento es claro e interesante, no hay altibajos ni nada que desmerezca un instante la obra. La música, igualmente, es justo la apropiada y remarca la intensidad del momento perfectamente, situando muy bien la época.
Un toque que en especial me atrae de Woody Allen es el tratamiento tan genial con el que presenta a sus mafiosos. Es un acierto pleno el suyo con estos personajes, se ve que le cautivan, y es por tanto un profundo conocedor de las maneras y los entresijos de esta gente. Sus apariciones dan miedo, y quedan muy lejos de los borricos y presumidos de Scorsese que son siempre groseros y previsibles. Aquí, con un par de veces que salen, mantienen el peligroso halo de su presencia.
Ya conocemos a este señor, contamos con la seguridad de que es una obra más igual de recomendable que las anteriores, es una historia de deseos imposibles, de corte de telenovela, culebrón de pasiones, corazones fragmentados por el dolor y el pasado, y mucho fuego protestón del niño que también reclama cariño.
¿Qué demonios queréis que os diga? Me ha gustado bastante. Mira que Woody Allen es el clásico director al que se ama o se odia por su particular forma de entender el séptimo arte. No obstante, esta dicotomía subjetiva y prejuiciosa no va conmigo, por lo que cuando voy a ver una película suya puedo esperarme cualquier cosa y no dudo en alabarlo o denostarlo según haya sido la experiencia.
Sobre los aspectos técnicos, no voy a extenderme, puesto que para eso ya están los expertos. Simplemente os digo, desde mi ignorancia cinéfila y mi posición de amateur, que la fotografía y la iluminación son exquisitas, que la ambientación es muy cuidadosa, y que la banda sonora es acertada. En relación con la actuación, obviamente, la sobreactuacion está asegurada, pero, claro, si no, no sería Woody Allen. Esta manera de actuar y de contar historias tan típicas de él, a mí particularmente, me gustan, debido a que infunden la calidez y el recogimiento del teatro (comprendo que a otra gente con un gusto más realista del cine, le parezca artificial).
En cuanto a la historia en sí, tengo que decir que lo que más me agrada de sus cintas es la capacidad que tiene de transmitir, a través de nimiedades, aspectos realmente trascendentales de la vida en los que muchas veces no reparamos (al menos conscientemente y de manera reflexiva). En este caso, lo logra sobradamente, ya que de un simple culebrón (algo estrambótico y dilatado en su discurso, eso sí) nos envía un poderoso mensaje que abarca mucho más de lo que podríamos, a priori, pensar y que nos concierne a todos de una u otra forma, a todos los niveles de relación, y en mayor o menor grado: el escapismo vital que nos aporta la cotidianidad ante la cruda y desangelada realidad que nos rodea. En otras palabras, preferimos mirar a otro lado antes que afrontar nuestros miedos y seguir, así, con lo que toca.
Adentrándonos en los personajes, la interpretación de Kate Winslet es brutal y logra transmitir la miseria, el dramatismo y el nerviosismo de su personaje. Por su parte, el trabajo de Belushi es muy destacable también, pero queda eclipsado por Winslet. Su personaje me da realmente pena, porque es el único que no se entera de nada.Si nos referimos a Justin Timberlake, pues cumple con su cometido, nada más, al igual que Juno Temple. Lo interesante de los personajes de Timberlake y Temple es, quizás, que son honestos con ellos mismos y prefieren afrontar la realidad. Roles totalmente contrapuestos con los que ejecutan Winslet y Belushi, los cuales prefieren mirar para otro lado.
En definitiva, una buena película que en realidad no hace más que contar cómo intentamos evadirnos de nuestra, muchas veces, mísera existencia y los problemas que nos rodean por medio de unas distracciones triviales (alcohol, sexo, obligaciones con los hijos, rutina laboral, etc.). Esto es, preferimos vivir en una burbuja con una infelicidad conocida antes que explotarla e intentar ser felices afrontando nuestros miedos y la realidad de nuestras vidas como parece que nos quieren transmitir con esta historia. Quizá me equivoco, pero ésta es mi humilde interpretación tras verla. Enhorabuena, por esta vez, a Allen.
La dulzura que desprende el nuevo drama de Woody Allen, su tenue colorido, la perfecta sutileza de su puesta en escena y la particular facilidad de su narrativa, convierten a ‘Wonder Wheel’ en una hipnótica mezcla de cine de autor ligeramente teatralizado que te dejará con un fantástico sabor de boca.
Todo ocurre en una Coney Island de los 50 cuya exquisita fotografía conseguirá robar toda tu atención sin consentimiento alguno, la puesta en escena y la atmósfera que la rodean te trasladan a la magia del pequeño mundo de ‘Wonder Wheel’. Su historia es de una facilidad placentera, sus personajes parecen haber nacido de la propia película en gran parte gracias a la capacidad de adaptación de sus intérpretes. La agobiante desesperación de Kate Winslet, el encanto de Justin Timberlake, la dulce dureza de James Belushi y la irresistible inocencia de Juno Temple hacen de ‘Wonder Wheel’ una tragedia de amor con ese toque Allen plenamente disfrutable.
No es la mejor película del director americano, no conseguirá humedecerte los ojos, tampoco rebosa la fuerza de títulos como ‘Match Point’, pero tiene la magia suficiente como para llevarte a unos cautivadores años 50 que únicamente podría haber creado el propio Allen. Viendo el nivel de las propuestas de este 2017 sin duda ‘Wonder Wheel’ es una de las películas del año.
Lo mejor: su excelente fotografía y la melancólica atmósfera que sobre ella cae.
Lo peor: los más exigentes fans de Allen pueden tacharla de excesivamente simple.
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