Wishmaster 2: El mal nunca muere
Sinopsis de la película
Una mujer resulta herida en el tiroteo que se produce en un atraco a una galería de arte. Logra salvar su vida gracias a una piedra preciosa que encierra en su interior al monstruo Djinn. En libertad, el extraño ser adquiere forma humana y va absorbiendo las almas de todos los que le rodean. Una terrorífica pesadilla hecha realidad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Wishmaster 2: Evil Never Dies aka
- Año: 1999
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
Película
3.7
24 valoraciones en total
Podría hablar de la película y todo eso, que si pertenece al subgénero de terror absurdo, con banda sonora vocal, es decir con gritos y donde el pobre diablo aparece como un bichejo que se arrastra por el suelo. Después de tantos siglos para ese progreso pensará él.
Mejor les cuento un chiste de miedo.
¿Saben cuál es la diferencia entre miedo, terror y pánico? Miedo es que te metan una sombrilla por el culo, terror es que intenten abrirla y pánico es que después de eso quieran sacarla.
Cinta bizarra por donde se la mire. Pero se disfruta gracias a su aire desprejuiciado, a su atrevido humor negro, al gore y al grado de vileza que se despliegan rústicamente en el relato, al cínico carisma del actor Andrew Divoff que interpreta al demonio Djinn en forma simpática y desfachatada, a las cutres pero amenas situaciones que se desarrollan donde la impronta perversa y mal intencionada son lo más sugerente.
Claro que el argumento tiene baches por todos lados, que se excede al querer ser apocalíptico cuando a la cinta le falta calidad como para sobresaltar en sus alternativas, que nadie se cree que Paul Johansson sea un cura creíble desde su personaje ni que Holly Fields en su papel sea una muchacha pura como para batallar contra el pecado, que tampoco nos podemos tragar ese tufillo berreta a religión que se quiere poner de fondo para contrarrestar la maldad en estado puro que irradia el Wishmaster, y que los efectos especiales son muy limitados dado que la cinta es de escaso presupuesto sacada directamente para el videohome.
En fin, no se la puede aprobar porque es muy endeble desde la estructura narrativa, pero nadie puede negar que tenga algunas salidas muy ocurrentes donde la mala leche y el absurdo causan alguna que otra sonrisa.
El mal nunca muere es el apellido de la segunda entrega de la saga Wishmaster. No son pocos los que consideran Wishmaster como una duología y que cierran la saga con esta película, ya que la tercera cambia incluso al actor que encarna al hombre de los deseos.
Jack Sholder dirige en esta ocasión y, como ya hizo Robert Kurtzmane en la primera, dedica su primer error a montar un batiburrillo de escenas sacadas de algunos clásicos de terror de la década de los 80 que encajan poco con un 1999, año de la película, en el que podíamos encontrar un salto visual tan importante como el que supuso la primera Matrix. Sholder, además, comete el mismo error que tuvo cuando dirigió la segunda entrega de Pesadilla en Elm Street, que no es otro que el de caricaturizar a su villano llevándolo hasta la parodia de sí mismo. La personalidad del Djinn es pura coña y se alimenta de que se encuentra con tipos a los que llamar poco inteligentes sería una salvajada, puesto que tienen lo suficiente para respirar, pero si tuviesen que compaginarlo con otra actividad complicada como, por ejemplo, caminar, morirían de un infarto cerebral. Todos los personajes son folios en blanco sin nada que aportar más allá de ir allanando el camino al hombre de los deseos y los diálogos se convierten en una tontería de niveles catastróficos que hace que Belén Esteban parezca Albert Einstein. Si nos centramos en la dirección, lo que vemos es una sucesión de planos que están ahí más por azar que por intención de mostrar algo y Sholder nos ofrece, además, un desarrollo que se basa en la reiteración hasta llegar al desenlace, donde da por bueno lo hecho por su predecesora y repite fórmula de forma descarada.
Andrew Divoff disfruta mucho de su papel de Djinn y en esta ocasión se pasa de rosca. Si su personaje ya es una caricatura de lo que fue en la primera (que tampoco es que fuese muy rico), Divoff lo lleva más al extremo, si cabe, y lo convierte en un villano ridículo. Holly Fields interpreta a la chica buena en esta ocasión y no me atrevo a valorar si lo hace bien o mal, puesto que apenas tiene que hacer algo mientras espera a que llegue el final de la película, aunque sí que puedo decir que cuando se le exige cierta expresividad podría dársele un aprobado que, sin embargo, no pasaría del suficiente. Chris Weber está ahí cumpliendo más o menos, sin esmerarse tampoco demasiado.
Resumiendo: Wishmaster 2 es incluso más mala que Wishmaster. Es mala con ganas. Se dedica a que sus más se centren en lo que hace menos, resultando que sumar un elemento positivo a uno negativo, resulta que el negativo aumente. Menos, mas más, es un menos mayor. Y así, con esa tontería ininteligible, me despido de la crítica de este bodrio que me he comido. Istmo.
Secuela de la correcta Wishmaster (Robert Kurtzman, 1997) dirigida por el realizador de Pesadilla en Elm Street 2: La Venganza de Freddy (1985), que trae de vuelta el Djinn de la primera, volviendo a ser interpretado por Andrew Divoff (La Fosa Común, 1990), en esta ocasión protagonizada también por Holly Fields (Semilla Negra, 1992) en el papel protagonista.
Una mujer resulta herida en el tiroteo que se produce en un atraco a una galería de arte. Logra salvar su vida gracias a una piedra preciosa que encierra en su interior al monstruo Djinn. En libertad, el extraño ser adquiere forma humana y va absorbiendo las almas de todos los que le rodean. Una terrorífica pesadilla hecha realidad.
Estamos ante una historia que poco o nada mantiene con respecto a la original, a excepción de la forma en que el Djinn aparece y el actor que le da vida en su forma humana, su aspecto en su forma original también se ha decidido cambiar en este caso (a peor). Exceptuando lo anterior, Wishmaster 2 cuenta otra historia que pretende ser diferente pero termina siendo una copia de la primera entrega, solo que peor en todos los aspectos. Las actuaciones son, en líneas generales, bastante malas, y los efectos digitales superan en cutrez a la primera entrega. La trama central es prácticamente la misma que se mostró en Wishmaster, en este caso variando pequeñas subtramas que poco o nada importan al espectador más allá de ver a nuestro antagonista haciendo de las suyas.
Esta secuela es en todos los sentidos inferior a una entrega original que ya de por sí no era ninguna maravilla, además de no aportar absolutamente nada a la saga. No obstante, a quien le guste la primera entrega, obtendrá en Wishmaster 2 un poco más de lo mismo, solo que peor.
Nota personal 3/10
Bueno, pues aquí tenemos la continuación de la modesta, pero muy divertida Wishmaster, film producido por Wes Craven y dirigido por Robert Kurtzman y que ha estas alturas es toda una película de culto.
En esta ocasión es el irregular Jack Sholder, director de peliculas tan dispares como pesadilla en Elm street 2 o la malísima (aunque en el fondo entrañable) Arachnid.
El personaje del djinn vuelve ha estar interpr etado por el actor venezolano Andrew Divoff,quien vuelve a ser de lejos lo mejor de la película, ya que irradia carisma y sentido del humor por todos lados.
La película se ambienta esta vez mayoritariamente en una cárcel donde el djinn intentara apropiarse del mayor numero de almas que le sea posible hasta reunir las mil y una que necesita para abrir el portal a sus hermanos y dominar juntos la tierra.
Esta secuela irradia mucho mas humor negro que la primera, sigue teniendo elementos de gore y fantasía, algunas muertes son bastante divertidas y pues siempre son con un macabro sentido del humor, y también contiene algunas escenas impactantes como el momento en que la chica protagonista se amputa un dedo de la mano y que resulta escalofriante.
Las escenas con los mafiosos rusos también resultan divertidas y en las que ademas Divoff habla realmente en ruso, un idioma que domina perfectamente ya que el actor es mitad ruso y mitad venezolano, se nota que divoff tuvo cierta influencia a la hora de escribir el guion.
Resumiendo,aunque ya no resulta tan fresca y original como la primera sigue siendo mucho mas aceptable y divertida que la horrenda y aberrante tercera parte y la malísima (pero menos), cuarta parte. Se que mucha gente aborrece este film, pero a mi estas peliculas siempre me despiertan cierta simpatia, pues contienen una forma de hacer terror mezclado con humor gamberro que ya no se hacen hoy en dia