Winter Vacation
Sinopsis de la película
La indolencia de la Mongolia interior se mezcla con la poesía del absurdo. Las vacaciones de invierno han llegado a un pequeño y lúgubre pueblo del norte y los niños no tienen nada que hacer mientras los adultos viven en la apatía.
Detalles de la película
- Titulo Original: Han Jia
- Año: 2010
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
5.8
20 valoraciones en total
HAN JIA (VACACIONES DE INVIERNO) es hasta el momento la primera y única película de Li Hongqi, quien tiene entre ceja y ceja la necesidad de evocar un lugar donde las horas pasan con una lentitud extraordinaria. El director chino estira al máximo plano y silencios hasta conseguir el ritmo angustiante que considera necesario para su narración.
Los niños no saben qué hacer durante sus vacaciones: nada les inspira a divertirse y los adultos viven en un estado de apatía constante. Es por esto que las cosas materiales, los gestos y los detalles pierden gran parte de su esencia. El concepto de sensación temporal que maneja Hongqi queda sobradamente marcado desde el principio.
Sin embargo el juego se convierte en una broma pesada cuando al cuarto de hora la película muestra sus primeros síntomas de agotamiento. El tono se hace más fuerte que una trama que, en lugar de desarrollarse, se alarga de forma insultante.
La actitud de los personajes es completamente inverosímil. En Vacaciones de invierno nos enfriamos tan rápido que para entrar en calor sólo nos queda tacharla de plana, estúpida y aburrida.
Vacaciones de invierno participó en la sección oficial del 18è Festival de Cinema Independent de Barcelona. En la sala se vieron caídas de ojos, resoplidos, suspiros, cabezadas, mordiscos en las uñas, miradas distraídas y móviles en modo socorro. Los más listos se levantaron pronto. Sería normal que los niños no supieran divertirse en un mundo donde los adultos sólo hicieran películas tan aburridas e insignificantes como la de Hongqi. Suerte que no es así.
La tomadura de pelo ni siquiera es destacable técnicamente: el sonido es digno de un vídeo casero y la cámara muere en su intento de ser presuntuosa. No hay actos, ni giros ni más propuesta que vender la moto del cine bueno por distinto. Pero no siempre cuela. El experimento es insostenible. Basta.