Whisky y Vodka
Sinopsis de la película
En Chamonix, las hijas de los embajadores de las máximas potencias del momento: Estados Unidos y Rusia, se conocen. Las muchachas tienen un gran parecido físico, cosa que favorece que durante un enredo las confundan, con el consiguiente escándalo. Además, si añadimos el secuestro de uno de los embajadores, el conflicto puede llegar a producir una crisis política a nivel mundial.
Detalles de la película
- Titulo Original: Whisky y Vodka
- Año: 1965
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
3.8
81 valoraciones en total
Un ingenuo juego de equívocos en plena guerra fría entre USA y URSS proporciona a F. Palacios la oportunidad de dirigir una película de factura cómica pero de escasas aspiraciones.
Parece adecuada para que Pili y Mili saquen partido a su increíble parecido físico y para que presenten sus credenciales como actrices, cantantes y bailarinas.
Desde el punto de vista argumental la propuesta resulta inocente, cargada de estereotipos y su sentido del humor no termina de encontrar ese punto de acomodo que una parodia de altura exige.
Discreta, entretenida y no exenta de cierta gracia en alguno de sus pasajes.
Una de las películas más soportables de Pili y Mili aunque se puedan encontrar en ella los defectos habituales en casi todo el resto de las comedias protagonizadas por ellas: diálogos tontos y pesados, bailes inoportunos, cierta insustancialidad en los planteamientos… Pero a pesar de estos reparos la cinta resulta aceptable. Fue Whisky y vodka una de las últimas películas de su director y resulta preferible a las posteriores películas de Pili y Mili sobre todo comparándola con las que fueron coproducidas con Hispanoamérica como Escándalo en la familia o Dos gemelas estupendas que son bastante más tediosas. En la presente obra existen unos agradables paisajes nevados en las escenas de exteriores y un simpático ambiente localizado en un París invernal que no desagrada y que resulta prometedor en las escenas iniciales. Luego el ritmo se mantiene más o menos pero la cinta aún siendo irregular en su desarrollo se puede ver ya que los recursos fílmicos se tienen en cuenta para darle un aire propio de peripecia convencional y amable. En el reparto los casi siempre notables Rafael Alonso y Roberto Camardiel están algo desaprovechados mientras que Landa y Juanjo Menéndez se muestran discretos en sus intervenciones pero sin desentonar. El producto resulta discretamente destacable dentro de la filmografía de sus protagonistas femeninas. Se tolera sin demasiados problemas.
Curiosa producción franco-española en donde se trata el tema de la Guerra Fría de una manera cómica. Su director, el zaragozano Fernando Palacios, tuvo una muerte prematura el año del estreno esta película, que fue la última.
Me llama la atención haber conocido a estas hermanas Pili y Mili, que hicieron varios largometrajes en los años 60. Quizá de ahí viene la expresión que tantas veces he escuchado…
Llama la atención el uso del comunismo como una sociedad dictatorial que tiene en Siberia su amenaza para el que se salga de su guión… en una España franquista. Sin embargo, el capitalismo americano se ve como una sociedad joven desmadrada que enseña muslo y una manifiesta voluntad de divertirse. Eran los años 60 del franquismo, los ye-yé.
La locura en la que se convierte el sainete del hotel francés entre nieve, no inmortaliza esta obra a color que, salvo contadas excepciones, no arranca las carcajadas que el reparto merecería.
Curioso… La bandera de la URSS del despacho del embajador aparece sin la hoz y el martillo… Curioso, ¿cosas de la censura?
Whisky y wodka, de Fernando Palacios, no se parece a ningún film de Marisol o Joselito, ni ninguna otra película de las gemelas alcanza la excelente calidad de ésta. Whisky y wodka empieza por ser más una comedia que un musical, pues sólo se canta una canción y los dos únicos números de baile están tan bien engarzados en el guión que resultan estimulantes. Los diálogos y los gags son ingeniosos y se insertan en un ritmo perfecto. El tópico juego de equívocos con las dos gemelas está tan logrado o más que el de Tú a Boston y yo a California . En realidad el perfecto acabado del film recuerda las buenas comedias de la Disney.
Dicho esto hay que matizar que el género al que pertenece el título esta destinado a un público juvenil de los sesenta y como tal hay que juzgarlo. Mas hay que agradecer que, además, sea una divertida sátira sobre la guerra fría, donde abundan los micrófonos ocultos el los lugares más inverosímiles, como una pastilla de jabón. La secuencia en que el personaje de Alfredo Landa queda congelado es afortunada, al igual que la pelea en la sala de baile o la cómica hipocresía de dos espías rusos.
El film tiene un tono premeditadamente disparatado, pero coherente con los personajes y la historia. El argumento está narrado con pulso rápido, mas en ningún momento cae en el desequilibrio. No hay momentos gratuitos ni tontos, ni siquiera en las situaciones más peligrosas, cuando dos de los protagonistas se disfrazan de mujeres para engañar a los imbéciles miembros de la KGB.
Nuestro cine de niño/as prodigios cantores suele ser artísticamente penoso, salvo dos o tres excepciones. Whisky y wodka es una de ellas.