Waking Life
Sinopsis de la película
Un anónimo protagonista mantiene conversaciones con personas distintas que parecen entrar y salir de su vida arbitrariamente. Una frase, dream is destiny (el sueño es el destino), expresa la idea básica de la película: atreverse a entrar en el incontrolable mundo de los sueños, tan apasionante como inquietante y oscuro, y permitirse disfrutar al máximo del instante eterno que dura.
Detalles de la película
- Titulo Original: Waking Life
- Año: 2001
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
7.5
44 valoraciones en total
El primero de ellos es un poquito payasete, pero le gusta la filosofía. Se flipa con 1984, lee libros de Sartre y Maquiavelo, y le encanta que le cuenten interesantes teorías metafísicas y demás patrañas trascendentales. Cuando le dije que Waking Life no me gustó él me dijo no la entendiste . Yo me rei de él.
Su nota: un 10.
El segundo es un tío que va de hippie o alternativo o algo así (no lo tengo del todo claro). Lo que sí sé es que le encantan las road movies, el cine japonés y las películas de autor al más puro estilo Jodorowsky. Vamos, que si algún día ve cualquier truño poco convencional, su nota sube del 8 casi siempre, aunque sea una bazofia de las gordas. Cuando le dije que no me gustó él se rio de mí sin más.
Su nota: un 9.
El tercero no tiene las inquietudes intelectuales de los otros dos (lo cual es un gran punto a su favor). A este pavo le molan los videojuegos y las series de anime japonés. Vea lo que vea, lo que más le cunde es que haya efectos especiales exquisitos, animaciones históricas, triscas, sangre y mamellas. Y si no hay nada de esto se pone a protestar, porque le encanta protestar.
Su nota: en realidad ni siquiera vio la película, pero estoy seguro de que si lo hubiese hecho le hubiera dado un 9, como a Vals con Bashir.
El cuarto tampoco la vio, y no creo que lo haga nunca. Basicamente porque para él ver cine en blanco y negro, cine independiente, o incluso cine que no se haya estrenado en los últimos tres años, es cosa de frikis, intelectualoides y gafapastas (o gasseteados , como él dice).
Su nota: si la viera seguramente le daría un 5 o menos y luego escribiría una de las peores críticas de filmaffinity diciendo chorradas y hablando de su vida y sus amigos.
Y luego estoy yo, que soy una mezcla de los cuatro tontos de antes: Soy un payasete que va de alternativo al que le gusta protestar y escribir chorradas en filmaffinity. Pero eso sí, tengo claro que la filosofía pura y dura sin vaselina encaja mejor en los libros, que las películas no son obras de arte sólo por ser diferentes, que las animaciones me dan un poco igual, y que Waking Life no es una basura aunque peque de intelectualoide.
Eso sí, señores gasseteados , tampoco es cuestión de empalmarse.
El director de Antes del amanecer y Antes del atardecer explora nuevos formas cinematográficas mediante la combinación de imagen real y animada (rotoscopio, algo así como colorear los fotogramas) y la ausencia casi absoluta de argumento. Evidentemente estos recursos no son nuevos, pero yo me he quedado con la sensación de no haber visto jamás una película ni remotamente parecida. Y eso que he visto cine raro en mi vida.
La película está formada por muchas facetas, y a la vez es tremendamente simple. La mayor parte de la historia la forman diversos monólogos aparentemente inconexos que parecen dar un repaso a los grandes temas de la filosofía: libre albedrío, la evolución del ser humano, la consciencia colectiva, el existencialismo, el mundo de los sueños, la muerte, La Vida Con Mayúsculas… La mayoría resultan tremendamente atractivos y enriquecedores, aunque algunos pecan de ser demasiado técnicos y difícilmente comprensibles por alguien no versado en la materia. Otras piezas de la película son microhistorias autoconclusivas, genialmente interpretadas, que capturan un momento dramático que tiene peso por sí mismo. Y por último, otro bloque de la película intenta autojustificarse, analizando los límites autoimpuestos de la narración clásica: tiene que haber un argumento , tiene que seguir una estructura narrativa de planteamiento, nudo y desenlace …
Al hacer una película así es muy probable que caigas en el tedio, que la falta de argumento aburra al espectador. No es el caso. El guión se nota muy trabajado, los monólogos son interesantes (algunos fascintes y envueltos en una performance animada impresionante) y las actuaciones (recordemos que en el fondo casi todo lo que vemos fue filmado) son impresionantes.
¿En su contra? Algunos conceptos filosóficos demasiado técnicos, algún bajón de interés… poca cosa. En realidad es una obra de arte. En mi opinión es una película imprescindible para cualquier cinéfilo.
Me pregunto si he visto la misma película que vosotros o si soy extraterrestre o qué, porque a mí sólo me ha parecido cargante, plomiza y agobiante. Agobiante de tanta conversación pedante e intelectualoide, con dibujos flotantes (sí, ya sé que no eran dibujos, que eran los actores y luego se hizo los dibujos sobre sus imágenes o algo así), soltando conceptos abstractos y citando sin parar a los grandes pensadores de la filosofía. No me enteré ni de la cuarta parte de lo que hablaban, pero no por los conceptos, sino por la velocidad a la que los soltaban, a más de mil palabras por minuto. Debe ser la cumbre de la intelectualidad. Y yo no me consideraba muy ignorante (hasta que he visto esta peli), y me gustan los temas profundos y trascendentales y que te hagan pensar, pero tras una hora mareándome con palabras tan académicas y a velocidad de ametralladora, sólo podía pensar en que terminara de una vez. Y la vi entera, ¿eh? Bueno, ahí va mi crítica, al final, al grupo de los pobres ignorantes que no hemos sabido apreciar esta obra maestra. Me quedo con A scanner darkly, ahí sí que lo bordó el amigo Linklater, la misma técnica y también conversaciones trascendentales, pero enmarcadas en una trama interesante, del maravilloso y futurista Philip K. Dick. Esa sí que me gustó, qué contradictoria soy.
Intuyendo que es posible la metamorfosis de la razón en ilógica, sabiendo que es probable la transformación de la vida sensible en una continua plasmación onírica, asimilando todo eso, cualquier persona se puede enfrentar a Waking life con grandes expectativas de enamorarse del universo de Richard Linklater. Cualquiera de nosotros está capacitado para enredarse, sin escapatoria posible, en esta propuesta conceptual y artística, tan innovadora como estimulante, tan experimental en su morfología, como sorprendente en su genealogía.
Los sueños están pintados en una historia excelente, donde la virtud no está tanto en la verosimilitud dramática, sino, más bien, en la fuerte introspección de todos los personajes.
Rastreando en el ‘Making off’, podemos sacar respuestas a la pregunta de ‘¿por qué los personajes parecen tan creíbles en sus disertaciones?’. La respuesta es muy sencilla, gran parte de los mismos no son actores profesionales, son gente que se encontró Linklater a lo largo de su vida, que, según el director, tenían una forma de pensar interesante, que tenían algo que decir. Para la película se les rescató, creando una atmósfera cultureta impresionante, donde en cada esquina se aprende algo más sobre cómo se debe analizar lo analizable.
Cuando terminas de ver la película no puedes detener la reflexión a la que te arrastra, consideras las cavilaciones de Nietzsche, Kant, Hume y Descartes, como algo básico, como algo a lo que te puedes enfrentar sin mayores dificultades, porque, cuando termina la proyección tienes ganas de pensar y de debatir, de observar investigando. Esto es una proeza del tamaño de la luna de Richard Linklater, este hombre consigue siempre, en sus películas honestas, que el espectador viva las historias que cuenta, que las sienta en sus propias carnes. Cuando vi Antes del amanecer ambicioné enamorarme de una chica en pocas horas, a primera vista, en un tren perdido. Cuando vi Waking life, cada persona no sólo se convirtió en un mundo, algo que ya sabía, sino que se convirtió en una posibilidad utilitarista de aprender algo, de darte otro punto de vista. ¿Sabéis lo mejor de todo?, que el nivel de estímulo es tan alucinante que un mes después de verla aún sigo así, cuestionándome los por qué, los cuándo y los dónde.
Incluso, entre ensoñaciones sin rumbo fijo, descubro en Linklater un genio, más o menos precoz, del cine americano en los últimos años. Porque, entre otras virtudes, ha conseguido que, cuando me subo a un tren, lleve un libro de filosofía en la mano izquierda y que, cuando permanezco sentado en el vagón x esperando a mi destino y, dude sobre si la chica que se sienta a mi izquierda será la próxima de la que me enamoraré. Aunque Julie Delpy no hay más que una, Linklater te sume en sus historias de forma tan sincera, que tienes la sensación de que te puedes encontrar a la señorita Delpy en cualquier momento, en cualquier lugar.
Daba para un buen corto. La sorpresa dura unos 15 minutos. Hasta ahí, es original, atractiva, inteligente, artística. Lo que sigue es más y más de lo mismo, con muchísimas disquisiciones filosóficas y científicas muy interesantes que deberían ser degustadas y digeridas en el soporte mas adecuado para ello: un libro. Por eso me parece que el autor lo que quiere es autosatisfacer su ego y provocar el mismo efecto en la pequeña minoría (mayoritariamente snob) que va a consumir su película para luego recomendarla/comentarla con sus amigos. Con una idea algo similar a Antes del amanecer y Antes del atardecer (muy buenas películas para mi gusto), esta vez Linklater se pasa de rosca y entrega un producto muy pretencioso y falto de humildad. No me gustó.