Una esposa sacrificada
Sinopsis de la película
Una mujer está casada con un hombre acusado de delitos sexuales. Escapa de la policía y desaparece. Tres años después, ella se divorcia y trata de ordenar su vida, pero él regresa. Sobrepasado por la ira y el odio, secuestra a su mujer y la lleva a una casa escondida en un bosque. Allí trata de disciplinarla, sometiéndola mediante las más impactantes formas de tortura y humillación. Sorprendentemente, a través de la ira y la lujuria, la pareja desarrolla una relación que va más allá del límite de las más perversas pasiones.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ikenie fujin (Wife to Be Sacrificed)
- Año: 1974
- Duración: 72
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Opinión de la crítica
5.2
94 valoraciones en total
Una casa escondida en el bosque, una mujer secuestrada, un ex-marido psicótico…y un montón de cuerdas.
No es un slasher de los 80, ni el último título Disney, ni una trastabillada de Bigas Luna. Masaru Konuma nos trae una fórmula para garantizar el éxito de público utilizando los mínimos recursos, ni Corman lo hubiera hecho mejor.
Como toda productora, la Nikkatsu vivió sus momentos buenos y malos, la 2.ª Guerra Mundial y otros desastres llevaron a muchas compañías a la quiebra, pero la posguerra hizo florecer la actividad de otras, con Kyusaku Hori al frente, la productora resistió a las penurias y vivió lo que pudiera ser una segunda juventud, gracias al contenido tan exótico que fue ofreciendo a lo largo de los años. Directores de renombre se consolidaron en su seno mientras obras muy diversas (históricas, de acción, dramas, comedias, thrillers , westerns , de adolescentes…) se estrenaban sin parar.
Eso sí, siempre con las limitaciones de presupuesto como regla principal. Los borderless action films ayudaron mucho a Nikkatsu, pero la popularidad de la televisión provocó el progresivo abandono de las salas, y llegados los 70 Hori tuvo otra brillante idea: apostar por la violencia y el sexo. Muchos se largaron y Nikkatsu acabó por convertirse, tristemente, en una de las mayores exportadoras de películas de alto contenido erótico, las llamadas roman porno . No nos equivocamos al afirmar que Ikenie Fujin refleja perfectamente lo bajo que cayó la compañía.
Flower & Snake hizo despegar con tremendo éxito esa serie de films de la mano de Konuma, quien junto a su joven estrella Naomi Tani se convirtió en uno de los maestros del género (si puede considerarse un género como tal), tras su más exitoso trabajo no tardaron en asignarle otro, de nuevo con Tani y Yozo Tanaka encargándose del libreto. Y lo que a priori es un comienzo oscuro y de lo más interesante, no tarda en sorprendernos con la trágica realidad.
El guionista vuelve a situar la trama en el centro de un juego enfermizo donde la figura masculina castiga a la femenina con las vejaciones más humillantes, en este caso un delincuente sexual llamado Kunisada y su ex-mujer Akiko. El lugar donde el primero, un sociópata incapaz de transmitir ni percibir auténtico amor (el sexo femenino es sólo un objeto de deseo y dominio) y celoso de las emociones de otros, desata sus pulsiones más aberrantes en una vieja casa en mitad de un espeso bosque, allí concentra el director toda la acción, que se basa en múltiples torturas del hombre a la mujer, sumiéndonos de este modo en una atmósfera viscosa, sucia y agobiante.
El mismo entorno presentado por Masumura en La Bestia Ciega o Teshigahara en La Mujer de la Arena , pero los autores de estas obras poseían un don del cual carece Konuma: hacer de su atmósfera algo fascinante. El último no es capaz a pesar de lograr que el espectador se sienta como la pobre Akiko, se limita a encerrarnos entre cuatro paredes húmedas rechazando las súplicas de la mujer y condenándonos a ver una humillación tras otra ejecutada por Kunisada, uno de los personajes más repulsivos y estomagantes al que he tenido el disgusto de enfrentarme.
Algo de intriga asoma con la introducción de una joven pareja que pretendía suicidarse y que acaba en las garras del tipejo, pero ni siquiera este pequeño giro arroja algo de interés a una historia insustancial, que uno no sabe realmente adónde puede conducir. Al menos en Flower & Snake se presenta una situación más interesante, y colmada de ácido humor negro, debido al deseo del marido de transformar a su mujer en la perfecta esposa sumisa, pero aquí nada hace avanzar el film, estancado hasta la extenuación en secuencias sexuales más repugnantes que eróticas. A la policía, que tiene un papel muy pequeño al comienzo, no se la presta atención.
Sí que hay un cambio, la inesperada sensación de placer de Akiko, quien se rinde a la tortura, nuevamente…¿conduce esto hacia algún sitio?, en absoluto, y ese anticlimático e inconcluso final (o mejor dicho, no-final), lo atestigua. Konuma tampoco hace por demostrar algo de ambición tras su gran éxito con Tani, su papel no parece muy relevante y viéndola me asalta el interrogante de si esta actriz se sentía cómoda haciendo esta clase de basura y rebajándose hasta esos extremos. Su escena pidiendo ayuda a dos hombres que luego abusan de ella en pleno bosque es sin duda el colmo de la angustia y de la poca consideración hacia la figura masculina (y femenina).
Y para reafirmar su tan austero nivel de talento e inspiración, el director nos regalará un plano estático donde las dos parejas, intercambiadas (los protagonistas y los chicos secuestrados), pasan más de dos minutos practicando sexo, haciendo de dicha secuencia algo realmente irritante para el espectador. Este es un buen ejemplo del espeso ritmo del film: unos escasos 70 minutos que se hacen eternos, que no se desarrollan, que están literalmente atados (las cuerdas no sólo atan a los personajes, sino a la propia película). Si tan polémico y controvertido quería ser Konuma podría haber profundizado un poco en la relación de Kunisada y la niña, por ejemplo.
Por increíble que parezca, Ikenie Fujin no sólo estableció a Tani como la reina absoluta de las pinku-eiga , sino que arrasó en los cines de barrio en los que se estrenó y terminó convirtiéndose en el mayor éxito de Nikkatsu en 1.974, logro del que quizás uno no debería de sentirse tan orgulloso.
Incluso algunos críticos han hablado de ella como una buena película. Me pregunto si realmente el público nipón de la época se excitaba contemplando un film (por llamarlo de algún modo) como éste, porque es para ingresar de cabeza en el manicomio más cercano.