¡Viva la vida!
Sinopsis de la película
La indecisa heredera Dee Dee Dillwood es empujada a casarse con su novio, pero incapaz de enfrentarse a la noche de bodas, ella se escabulle en el hotel a la habitación de al lado donde se aloja el piloto comercial Marvin Payne, que lo único que quiere es dormir. De alguna manera, ella le convence para que la lleve a California. Sus compañeros de viaje incluyen un chimpancé, un cadáver (en un ataúd), un estafador fugado y dos recién casados.
Detalles de la película
- Titulo Original: You Gotta Stay Happy aka
- Año: 1948
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
6
77 valoraciones en total
El amor a veces es un flechazo que se recibe a la vuelta de la esquina, la sorpresa de un encuentro inesperado, una mirada y unas palabras pueden llegar a ser el detonante que haga explotar nuestra lógica en pedazos, el raciocinio se sumerge en un mar de pasiones en el que nos sentimos a la deriva, ya solo queda dejarse llevar.
H.C. Potter supo elegir una extraordinaria pareja de la época para abordar esta comedia romántica, James Stewart y Joan Fontaine, un actor y una actriz con los que resulta extremadamente fácil empatizar, cargados de ternura hacen que todas sus vivencias sean siempre posibles.
Una película bastante entretenida, con un argumento sencillo y unas interpretaciones rallando a un gran nivel.
H.C.Potter no fue un director muy prolífico pero siempre demostró una gran capacidad para dirigir comedias: El vaquero y la dama (1938), Mr. Lucky (1943), Un destino de mujer (1947) o Los Blanding ya tienen casa (1948).
Con un principio que parece un final, la película discurre como una comedia menor hasta la aparición del explosivo Eddie Albert y la aparición, por sorpresa, de los pasajeros en el avión de mercancías de Marvin y, sin sorpresa pero con todo el asombro del mundo, de la descacharrante carga que deberá transportar a lo largo del país. Es entonces cuando la comedia crece (¡y de qué manera!) y Potter, no sólo saca máximo partido de la comicidad y bonhomía de Jimmy Stewart, sino que se permite el lujo de colar una atisbo de exquisito romanticismo en la maravillosa escena del primer beso de la pareja protagonista. La viene preparando de lejos, con la lluvia primero y el entrañable retrato familiar dibujado en la granja después. El paseo en la noche, el juego de luces y sombras en el rostro de Dee Dee y, hasta el pitido del tren en la lejanía, se convertirán en el marco perfecto para que el esperado ósculo sea cálido y sincero en lugar de frío o de empalagoso.
Stewart hace de Stewart, con eso está todo dicho. Eddie Albert juega con éxito un papel primordial en la historia. Los secundarios brillantes. Y… en esto sí que coincido (no en la nota) con mi buen amigo Izeta, Joan Fontaine no cumple con su personaje. No tiene chispa. Para que ustedes me entiendan mejor, tiene la cara angustiada de Rebeca y, parece no haberse dado cuenta de que la película es una comedia.
Comedia cuyo argumento y forma trata de emular a muchas de las que se englobaron en lo que denominamos screwball comedy, utiliza muchos de sus elementos para construir el humor ( chica rica y mimada, huye de su marido y se refugia en un hombre sensato al que complicará la existencia), pero H.C. Potter no consigue mantener el ritmo que se requiere y la comedia, aún teniendo unos cuantos buenos gags, pincha irremediablemente, sobre todo porque resulta convencional en exceso, sin dejar lugar para la crítica o la subversión que contenían aquellas.
Además el ritmo es irregular. Comienza bien, pero el argumento no da mucho más de sí y se estanca, fiándolo todo a algunos gags sueltos que ya no hacen reír por lo archiconocidos.
Tampoco tiene el apoyo de diálogos especialmente agudos o afilados, tan necesarios en este tipo de comedias.
James Stewart, siempre genial, cumple su papel con solvencia pero Joan Fontaine, a mí no me parece la más adecuada para este tipo de papeles. No le veo ni chispa ni malicia y su personaje resulta dulce en exceso.
Conclusión. Es una peli que se deja ver y ya. No deja huella, ni mucho menos.