Viento del oeste
Sinopsis de la película
Hungría, verano de 1988. Isabel y Doreen, mellizas y naturales de Alemania Democrática, participan en un campamento de verano. Practican remo y su objetivo es entrenar duro para destacar internacionalmente. Pero todo se tuerce cuando conocen a unos jóvenes coetáneos procedentes de Hamburgo que les descubren que la vida puede ser muy divertida. Más aún, descubren el amor, y entonces cada una de las hermanas, inseparables hasta ese momento, tendrá que definir sus propias prioridades.
Detalles de la película
- Titulo Original: Westwind
- Año: 2011
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6.4
35 valoraciones en total
Viento del oeste (Robert Thalheim, 2011) es el poético título de un film como simbolismo de dos Alemanias con miedo a un cambio que finalmente era imposible de evitar. Un año antes de la caída del muro de Berlín, una furtiva historia de amor quiebra esa barrera y origina el cambio. Dos hermanas entrenan remo en un campamento según la rígida disciplina deportiva la República Democrática Alemania, pero descubren otra vida junto a dos chicos del otro lado del muro, con los que a través de las canciones de The Cure y Depeche Mode abrirán los ojos para atreverse por fin a decidir algo en su vida, aunque esa decisión ponga en juego todo lo demás, hasta su propia unión.
Entre vinilos, walkmans, besos a escondidas y fronteras (tanto territoriales como emocionales) recordamos una época no tan lejana en la que la libertad era el mayor de los riesgos. Unos riesgos a los que no nos somete una película demasiado previsible y confortable, que se ampara en la melancolía de otros tiempos sin carreteras secundarias ni baches que compliquen el camino, como si ellos mismos ya supieran que la historia iba a tener un final feliz.
El gran mérito de la película de Robert Thalheim (con guión de Ilja Haller y Susann Schimk) es que es capaz de realizar una alegoría sobre la caía del Muro de Berlín y la separación de las dos Alemanias sin utilizar la distanciación política. Sí queda reflejada en el subtexto y alternancia de la vida de esos jóvenes. En el lujoso restaurante de un hotel uno de los lozanos capitalistas protagonistas devuelve un filete demasiado hecho ante la sorprendida mirada de una joven comunista que se conformaba con el bocado. Ese «siempre quiero lo que pago» contrasta los descubrimientos de las dos mellizas y bellas protagonistas de Viento del oeste en el verano del 88. Vacaciones que pasan en un campamento de verano en Hungría, preparándose para poder participar en los Juegos Olímpicos. El esfuerzo y sacrificio diario que llevan a cabo choca frente a las vacaciones de ese grupo de jóvenes de Alemania del Oeste.
Robert Thalheim utiliza el contraste en su banda sonora musical como elemento revelador de conexión entre ambas juventudes. Isabel y Doreen parecen huir y renegar de la guitarra y horribles letras de uno de sus compañeros (y pretendientes) del campamento para bailar a ritmo de ‘Just Like Heaven’ de The Cure en la disco de moda. El imperecedero ‘Never Let Me Down Again’ de Depeche Mode y ‘The Great Commandment’ de Camouflage se repiten más que el uso de la cinta de cassette de amor en el walkman. Seguramente no tendría más presupuesto para pagar más derechos, como el propio Thalheim, que es consciente de que la historia de separación de esas mellizas de Alemania Democrática y el amor ‘de alambrada’ que encuentra una de ellas es un material dramático con fecha de caducidad y metraje.
Por suerte, sabe tirar su propio muro a tiempo.