Vidas truncadas
Sinopsis de la película
Un misterioso, obseso-compulsivo y suicida librero japonés que vive en Bangkok, Tailandia, se ve obligado a vivir con una mujer que fuma hierba y que es completamente opuesta a él. Un drama romántico con toques de realismo mágico que obtuvo buenas críticas en Estados Unidos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ruang rak noi nid mahasan (Last Life in the Universe)
- Año: 2003
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
6.8
88 valoraciones en total
Pen-Ek Ratanaruang filma su historia a lo Antonioni, trata de desconcertar al espectádor a la vez que lo va envolviendo en una misteriosa atracción e interés.
Sin duda, la película es interesante e incluso se puede considerar buena, gracias al encargado de la fotografía, es decir gracias a Christopher Doyle, que capta todo de una manera nítida, pulcra y casi palpitante.
No es una película para la generalidad de personas que gustan de ir al cine, sino para mentes algo retorcidas y que se deleitan con lo no convencional.
El trazo argumental es la soledad, el amor, la muerte y el requiem in pacem.
Fej Delvahe
Last Life in the Universe , vulgarmente traducida como Vidas truncadas cuenta una de las historias más originales que he visto todavía en el cine asiático. Para decirlo sin tapujos, a primera vista se trata de una película confusa, llena de complejas simbologías y un final ciertamente ambiguo, abierto a muchas interpretaciones. Es decir, se trata de una experiencia onírica, una película vaciada de un desarrollo lógico y que simplemente evoluciona a saltos entre el amor y la muerte, con unos desconcertantes toques de realismo mágico que ayudan a elevar la película.
No es una película perfecta, pero tengo la costumbre de puntuar con la nota más alta a todas las obras que puedo decir que he disfrutado plenamente, y que volvería a ver una y otra vez. Es cierto que el ritmo pausado puede cansar a muchos, o que a algunos la obra no les diga nada en absoluto, pero cuando logras conectar con ella realmente llega a tocar la fibra. Además, cabe mencionar la razón que me atrajo a la película: el director de fotografía es Christopher Doyle, un hombre que logra hacer absorbentes las películas, un auténtico mago de la imagen. Y es que su cámara es en esta obra un punto clave, su afinada vista para el uso de las luces y los colores colabora a dar a una historia- ya de por si muy buena- la textura acuosa, verdosa cálida adecuada, logrando arrastrarnos hacia adentro, recordando sutilmente a otras obras en las que ha colaborado el australiano, como la brillante Green Tea , también muy recomendable, pero difícil de conseguir.
Sin embargo, advertidos quedan todos aquellos que esperen acción o lógica, o entenderlo todo a la primera. Last Life in the Universe no es una película fácil, y o bien se ama o bien se odia.
Tras unos primeros cinco minutos magistrales, Pen-Ek Ratanaruang, me da en las narices con una historia inconexa, extraña y difícil de digerir. Toca temas de esos que tildamos en llamar universales como la soledad, el significado de la vida o la muerte. Y lo hace desde el prisma en el que los silencios hablan y las balas hacen callar. Vidas truncadas es de ese tipo de películas que si te generan afinidad puede tocarte muy dentro. Pero en mi caso, esta simbiosis no ha crecido. Me percato del atrevimiento de la propuesta, de esa idea bizarra que su director ha plasmado, pero no me ha terminado de convencer.
No me convencen ni las elipsis utilizadas, con las que juega constantemente al despiste con el espectador ni me ha convencido el guión en sí. Ratanaruang, eso sí, posee un gran enfoque visual y la preparación de las escenas está muy cuidada. A esto ayuda una gran fotografía de uno de los mejores fotógrafos: Christopher Doyle.
Otro punto a tener en cuenta en esta mimada producción es la bella y envolvente música de Hualongpong Riddim que terminan por convertir a esta rareza de oriente en un trabajo interesante.
La película puede ser aburrida… o una obra de arte.
Destacan los brillantes planos de la película, que a mi es lo que más me ha gustado, la verdad. Me ha gustado también el ambiente loco en el que se nos mete, como si todo fuera un sueño producido por la locura de un hombre y su soledad.
Le doy un 6 porque lo que gana en un aspecto lo pierde del otro, y creo que podría haber sido una película mucho más buena. Es lenta por un lado, y con muchas escenas agobiantes.
Por otro lado, los pocos diálogos que hay (que no me parece mal que hayan pocos, incluso me parece bien para el estilo de película que es) son muy pobres, vacíos e incluso en ocasiones absurdos. Es muy posible que el problema sea la traducción al español que se ve con problemas de expresiones para las cuales nosotros no tenemos equivalente, pero, vaya, tampoco puedo verla en V.O y entenderla. Le hacen perder puntos también algunas situaciones que al menos yo encuentro absurdas…
Eso sí, tiene muy cuidados y buenos detalles que realmente hacen que la película valga la pena de ver si soportas películas lentas con muchos silencios causados por un protagonista introvertido al extremo al que no le escuchamos ni pensar ni expresar ninguna emoción.
Vidas truncadas es un contenido drama sobre la relación entre dos personajes del todo antagónicos pero que comparten una vida asolada por el aislamiento, una relación bizarra y a su vez entrañable, donde el dolor, la ausencia de alguien cercano, los une a pesar de sus largas diferencias. Una simbiosis que Ratanaraung ha sabido concatenar a través de esa visión de mundos tan distintos, el de él, sumido en el orden casi acariciando la perfección, que encuentra en ella la chispa de vida que necesitaba para no quitarse la suya y el de ella, en completo caos en una casa que quiere olvidar para siempre encuentra en el la forma perfecta de reconstruir dicho caos, pero que al confluir juntos forman un universo nuevo que se nutre de sus silencios, de sus diferencias hasta lingüísticas, de sus ganas de escaparse de lo que los margina, encontrando si se le puede llamar amor, en esa necesidad de ambos de estar junto al otro, sin siquiera saber por qué.
El film posee un sano gusto por la combinación de géneros: comedia, melodrama, thriler de Yakuzas (con aparición de Takashi Miike incluida) y algunos elementos fantásticos. Su condición de producto híbrido conforma un heterodoxo conjunto resultón, con algunos momentos verdaderamente excelentes, con el único pego de que adolece de un exceso de esteticismo, Ratanaraung quiere ser pulido en detalles, poner el humor en los momentos menos inesperados sin ser una comedia, y hacernos enternecer con un romance tan inverosímil pero a la vez mágico.
Protagonizada por el que para muchos es considerado el Johnny Depp nipón, Tadanobu Asano, el film muestra sus mejores aciertos en el suntuoso trabajo de montaje (que alterna con acierto esclarecedores flashbacks y falsos flashforwards), en algunos bellos momentos oníricos y en el pulcro trabajo del director de fotografía Christopher Doyle. En resumen, un interesantísimo film, emotivo y que ofrece una estimable digresión sobre la soledad y la infelicidad del ser humano.
Vidas truncadas no me parece una película fácil de entender ni de seguir. Su química consiste en llenarnos de interpretaciones y significados que van de la mano con las diferencias de los protagonistas, pero que, en el fondo, tan solo nos cuenta una historia de amor más que diferente y que para muchos puede parecer demasiado surrealista, e incluso hasta demasiado pausada, pero que en el esfuerzo de seguirla, uno se puede llevar más que una merecida recompensa.