Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
Sinopsis de la película
Dos mujeres que han compartido toda una vida juntas se ven enfrentadas a la enfermedad de una de ellas. La mujer enferma decide no seguir ningún tratamiento y ambas se mudan a una pequeña casa en el bosque hasta el día que la muerte llegue a sus vidas. Es así como volverán a reencontrar el amor que con el tiempo fue sepultado por la rutina. Poco a poco fortalecerán su relación mientras fuera de la cabaña la muerte aguarda su momento.
Detalles de la película
- Titulo Original: Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
- Año: 2019
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
4.8
25 valoraciones en total
El título provocaba algo profundo tipo Bergman, una metáfora que nos situara en el lugar de los personajes: una pareja lésbica de mediana edad, donde a una de ellas le confirman que el cáncer es terminal.
El tema de la muerte es tan inherente al ser humano, una certeza que nos alcanzará algún día. Surgen interrogantes relativas a cómo se afronta, las despedidas que implica, la dignidad de ese acto final.
La película aborda escasos elementos y se centra en la evolución del cariño que sienten una por otra. Los diálogos mínimos, algo así como el ayudándote a sentir que se expresa en un funeral. La cinta insiste en mostrarnos un tono, la tristeza (el cariño no aflora, cierta parsimonia aleja al espectador). No hay demasiadas pistas de cómo era la relación antes de ese fatídico veredicto, la enferma llora, se ofusca con la pareja y siente dolor físico, pero básicamente su pareja la acompaña y cuida en silencio.
Quizás lo valioso es que hace pensar en tu reacción ante un suceso tan devastador. Si no has experimentado pérdidas importantes, la cinta hará reflexionar en la manera de expresar afecto a los seres queridos. Quizás escoger las palabras adecuadas, en cambio este guion nos impone diálogos tan rudimentarios, que siempre mantiene una constante emocional: una parca tristeza. La dirección de actrices no ofrece matices, por lo que en todo momento esa tristeza amenaza en convertirse en tedio. Hay mucha distancia con los personajes y los primeros planos y las imágenes de la naturaleza no parecen encontrar el timing adecuado para afirmar que hay un buen trabajo de edición.
El tono triste lo invade todo y la duración de las escenas pretenden darle una significación poética, acaso intentando alguna elipsis que no funciona. La fotografía y el sonido de buen nivel técnico no trasmiten profundidad y hay dos relatos anexos que tampoco articulan ningún significado: voces en off de los personajes interpretando a otros personajes, la idea de la amante contando un cuento a la moribunda resulta muy forzado y el que los personajes masculinos tengan voces femeninas francamente no se entiende.
El tema sentimental no tiene espacio alguno en este relato. El que sea una pareja homosexual no influye en nada, podría ser cualquier pareja abordada en sus últimos momentos. No hay recuerdos, es todo tan literal.
Aquí es donde el espectador se pregunta cuál es el tema de la película, cuál es el punto de vista. Todo tan inconexo que parece un ejercicio de escuela de cine donde la pretensión resulta desmedida al lado de una historia que no ofrece variantes.
La hora y media de duración es más que suficiente y no desemboca en ninguna emoción por parte del espectador, la cinta es demasiado contemplativa.
El final pretende decirnos que la vida sigue a través de unas adolescentes bailando al son de Raffaella Carrá. Ese tránsito de la tristeza (nunca es congoja, angustia, recogimiento o arrepentimiento) a la alegría despreocupada resulta bastante torpe como elipsis y provoca una sensación extraña de haber perdido el tiempo.