Valentina

2 comentarios en «Valentina»

1. En un momento en que la visibilidad trans es más grande que nunca en los medios (no hay más que ver los recientes ejemplos de series como Pose o Veneno), películas como Valentina son un pasito más hacia la integración y el conocimiento de la sociedad de la realidad de la comunidad trans, una arista más de ese abanico de diversidad que es el ser humano.
   
   Valentina es una película agradable, aunque dura, porque nos muestra de forma acertada las dificultades, malentendidos e incluso violencia que sufren estas personas. Pero hay una luz innegable en ella, una ilusión, una esperanza, y un mensaje que nos explica que la identidad, la verdadera, la elegida, es lo más precioso y preciado que puede tener una persona.
   
   Una película bonita, importante, con buenas interpretaciones y que ofrece un buen re trato del moderno Brasil.

2. Valentina (2020), dirigida por Cássio Pereira dos Santos, es una película brasileña que se centra en una adolescente trans que, junto con su madre, se muda a un pueblo de Minas Gerais a modo de nuevo comienzo. La inscripción con su nombre adquirido en la escuela supone el primer escollo.
   
   Por Nicolás Bianchi
   
   El título contiene no solo el nombre de la protagonista de la película sino también su principal objetivo, que es la posibilidad de ser reconocida y reconocerse como quien siente que es. Valentina logra contar una historia por momentos áspera y dura sin recurrir a golpes bajos ni perder un aire de ternura para con los personajes que acompañan a la adolescente en su búsqueda de algo tan esencial como la reafirmación de su identidad.
   
   El primer y más visible conflicto de la protagonista, interpretada por la youtuber trans brasileña Thiessa Woinbackk, es con el exterior. Por su aspecto Valentina pasa desapercibida como una joven más, pero los problemas aparecen cuando, por ejemplo en la puerta de una discoteca debe presentar el documento, o, más importante aún, cuando debe anotarse en su nueva escuela.
   
   De forma más sutil la película también presenta el drama interior de la protagonista, que en su nueva vida en Estrela do Sul, un pueblo del interior de Minas Gerais, no confía su identidad a sus recientes amigos ni a nadie más que su madre Marcia (Guta Stresser) y la directora de la escuela. La posibilidad del rechazo, la discriminación, o peor aún, la violencia, amenazan a Valentina.
   
   La película es un drama sobre un personaje que quiere vivir una vida normal pero tiene que sobrellevar el conflicto que, para una parte de la sociedad, genera su identidad. Al anotarse en la escuela, la directora le informa a Valentina y a su madre, que apoya incondicionalmente a su hija, que para anotarla con su nombre elegido se necesita también la firma del padre, ausente de la vida del personaje.
   
   A la espera de su progenitor, Valentina construye una amistad con el joven homosexual Julio (Ronaldo Bonafro) y con Amanda (Leticia Franco), una muchacha de su misma edad que está embarazada. Los tres se conocen en la escuela de verano, o sea las clases que se dan para los que tuvieron dificultades durante el año, por lo que forman una suerte de alianza de personajes sufridos. Julio busca alguna relación que signifique algo de cariño mientras Amanda, que tiene grandes habilidades como hacker, duda sobre si podrá terminar alguna vez el colegio.
   
   El film logra denunciar tanto las dificultades de la vida trans, como los abusos a los que pueden estar sometidas las mujeres y los homosexuales sin caer en escenas de violencia explícita. Valentina, por su madre y sus amigos, vive, a pesar de todo, rodeada de un entorno afectuoso que se deja traslucir en varias escenas de la película. El personaje quiere poder estudiar y desarrollar su vida social como cualquier otra muchacha, para lo que necesita algo tan fundamental como que la llamen por su nombre.