Une manche et la belle
Sinopsis de la película
En Niza, un joven empleado de banca llamado Philippe se casa con Betty, una rica y madura viuda. Durante el viaje de novios, Philippe se queda prendado por la secretaria de su nueva esposa, Eve, y comenzarán un romance. Ahora Philippe odia a su esposa y está enamorado de Eve, que prefiere casarse con su novio rico aunque no esté enamorada.
Detalles de la película
- Titulo Original: Une manche et la belle
- Año: 1957
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
7.2
51 valoraciones en total
René Brabazon Raymond, fue un prolífico escritor inglés, bastante sagaz, el cual no tenía reparo en tomar, como partida para sus obras, grandes clásicos de la literatura, a cuyas historias les daba unas cuantas volteretas y les añadía –imagino- todas las ideas que se le ocurrían mientras las leía, y con otros diálogos y nuevos ambientes, la trama final quedaba muy suya… y pésele a quien le pese, objetivo y necesario es decir que sus aportes eran bastante interesantes, y en algunos casos, acertaba a plenitud con sus variaciones sobre un mismo tema, como suelen hacer algunos compositores.
Pudo haber sido ésta, la principal razón por la que, Brabazon, firmaba siempre con seudónimos: Eva (1945), tomaba su esencia de Carmen de Prosper Merimée y la firmó como James Hadley Chase. Blonde’s Requiem (1945) la acreditó como Raymond Marshall y le mereció una demanda por plagio de parte de Raymond Chandler al que los tribunales le dieron la razón. Y para no hacernos largos, acabo de encontrar que The sucker punch (1954), la cual firmó también como James Hadley Chase, bebe sin pudor alguno de El cartero siempre llama dos veces, la novela de James M. Cain que fue, precisamente, la que lo inspiró a escribir historias de intriga. Contra todo, Brabazon tuvo su tiempo glorioso y muchas de sus obras han sido llevadas al cine con menor y mayor éxito, pero, casi siempre despertando un inevitable interés.
Fue, Henri Verneuil, el director que se animó a llevar al cine The sucker punch, y él mismo, junto a Annette Wademant y François Boyer, hizo la adaptación, dando lugar a un film noir que atrapa irremediablemente y que se luce con unos giros impensables y, sin duda, de gran impacto. De nuevo, su composición de planos, su manera de iluminar y su alta eficiencia en la edición, aseguran una trama de gran dinamismo donde, con las cartas puestas sobre la mesa, todo contribuye a preservar la continuidad del ritmo y el suspenso.
Procurando escapar de El cartero…, es, ahora, un modesto, pero apuesto empleado bancario, el que termina casándose con una adinerada mujer de mediana edad, no tardando en caer seducido por su muy linda secretaria, con quien comenzará pronto a compartir ideas maquiavélicas. La chica es bastante creativa y a Verneuil se le abona de nuevo que da cuenta de que, la mujer es cualquier cosa, menos tonta. Tanto Eve, como Stella, son sagaces, muy bien relacionadas -con alguna excepción-, y además de que tienen perspicacia, creen en ella y la aplican cuanto pueden.
El conflicto se plantea así con mucha altura, la inocencia no tiene entrada en ninguna parte del juego, y cada quien mueve sus piezas con astucia y objetivos claros… pero, algunos olvidan que la ambición obnubila la mente, y cuando la agudeza de ingenio entra a participar en esta suerte de juegos, vamos a pasarla muy bien viendo como pequeñísimos detalles son los que siempre conducen a la verdad.
El reparto está eficazmente integrado por Henri Vidal, Isa Miranda y la preciosa Myléne Demongeot… aunque Verneuil la desfavorece bastante al cambiarla, momentáneamente, en el plano en que se supone que juega al salto del tiburón. Pero, por fortuna, sus primeros planos ofrecen un magnífico registro, y a nivel actoral, creo que quedamos bastante satisfechos.
PASIÓN Y CODICIA es otro aporte al film noir bastante atractivo y Henri Verneuil nos sigue interesando como un director que tiene mucho que contar… y además, sabe muy bien como hay que contarlo.