Una noche en Miami…
Sinopsis de la película
A raíz de la victoria de Cassius Clay frente a Sonny Liston en 1964, el boxeador se reúne con el líder activista Malcolm X, el cantante Sam Cooke y el deportista Jim Brown en la habitación de un motel. Allí intercambiarán opiniones sobre la segregación de la población negra en el sur del país.
Detalles de la película
- Titulo Original: One Night in Miami...
- Año: 2020
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
6.2
46 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aaron D. Alexander
- Alan Wells
- Aldis Hodge
- Beau Bridges
- Christian Magby
- Derek Roberts
- Dustin Lewis
- Eli Goree
- Hunter Burke
- Jeremy Anderson
- Jerome A. Wilson
- Joaquina Kalukango
- Kingsley Ben-Adir
- Lance Reddick
- Larry Gilliard Jr.
- Leslie Odom Jr.
- Marlon Hayes
- Matt Fowler
- Michael Imperioli
- Nicolette Robinson
- Randall Newsome
- Robert Stevens Wayne
El tema del racismo ha tomado un camino interesante en los últimos tiempos. Ya no sólo se retrata hechos históricos y/o cotidianos sino también se habla mucho acerca de ello. Una noche en Miami aceptable puesta de largo en la dirección de la actriz Regina King, toma las dos vías de forma íntima. Mete en una habitación y alguna otra localización a cuatro históricos hermanos de raza para mostrar las perspectivas de cada uno ante el maltrato sufrido por su comunidad.
Lo que fastidia el resultado final de este debut es que tarda en alzar el vuelo. Lo hace aproximadamente a la hora de su desarrollo: el mejor momento transcurre a los pocos minutos y se trata de la visita de Jim Brown a un cacique local de su pueblo natal. Luego peleas en el ring bien filmadas, algún que otro apunte de la vida de los protagonista hasta que se meten en una habitación de un hotel donde inexplicablemente estos cuatro iconos se comportan como miembros de una fraternidad. Brilla el enfrentamiento entre Malcolm X y Sam Cooke y sus maneras de obtener el poder frente a los blancos. Regina King parece ponerse del lado del segundo: frente a la intensidad y pesadumbre del líder asesinado, la directora da a entender que su lucha personal se asemeja a la de Cooke.
El debut como directora de la actriz afroamericana, ganadora de un Oscar, Regina King no podía llegar en mejor momento. Desde hace un tiempo, la cuestión racial en Estados Unidos está siendo repensada. No es un asunto menor. Junto con las reivindicaciones de otros colectivos, se demanda una igualdad plena y vertical, es decir, que alcance a todos los estratos sociales, no solo a los más llamativos y publicitados. Por eso, muchas veces nos sorprenden ciertas informaciones que nos golpean desde aquel país.
Así pues, y en el caso que nos ocupa, ¿sigue existiendo en Norteamérica discriminación por el color de la piel?
Una noche en Miami… bucea en un momento clave de la historia, los años 60 del siglo pasado, donde el activismo político y la defensa de los derechos civiles tal vez pudieron ser condición de posibilidad para que todo cambiara.
Tras una excelente carrera como actriz, especialmente en el mundo de la televisión, Regina King se aventura por primera vez en el mundo de la dirección con One night in Miami, un drama basado en hechos reales y con un fuerte discurso sobre el racismo lo cual podría ser una fórmula ganadora de cara a la próxima carrera hacia el Oscar.
El punto de partida es más que interesante pues One night in Miami nos lleva hacia una noche donde cuatro ocurre una reunión entre cuatro figuras importantes afroamericanas que se destacan en diferentes ámbitos, Malcolm X, Cassius Clay , Jimmy Brown y Sam Cooke, un encuentro que permite al guionista Kemp Powers (coguionista de la también esperadísima Soul) intentar lucirse con una serie de conversaciones sobre el tema racial de la época (y que en estos días continúan) visto desde las diversas perspectivas de los protagonistas así como la confrontación de sus ideas y las relaciones que estos llevaban.
El discurso central es totalmente oportuno (que hacen las celebridades para combatir el racismo con su influencia sobre la gente) y sobre todo destaca en los enfrentamientos entre Malcolm X y Sam Cooke, sin embargo en eso se basa básicamente el 90% de la trama, discurso, discurso, discurso, sin apenas recurrir a un lenguaje cinematográfico que permita distinguir que lo que estamos viendo es una película y no una obra de teatro, pues Regina King básicamente dirige todo en un piloto automático que vuelve al producto muy rutinario, sin silencios o detalles que permitan elevar el relato, algo similar que ocurrió hace unos años con Fences de Denzel Washington.
Es en la dirección de actores donde King brinda sus mejores atributos dejando con sus cuatro protagonistas (el cual ninguno es un estelar) hagan interpretaciones bastante llamativas, en lo personal quedándome con Kingsley Ben-Adir quien logra un Malcolm X bastante certero y humano, sin dejar de mencionar claro a Leslie Odom Jr. quien tiene los momentos más lucidores.
One night in Miami termina siendo un producto entretenido y eficaz en su discurso racial, sin embargo en todo lo demás es un filme bastante olvidable al que le hace falta claramente mayor fuerza cinematográfica ponderando el discurso por encima del resto cuando tendría que ser lo contrario.
En 1964 CASSIUS CLAY se proclamó campeón del mundo de boxeo. Su celebración consistió en reunirse en una habitación de hotel con sus amigos MALCOM X, JIM BROWN (mejor jugador de futbol americano de la época y futuro actor de HOLLIWOOD) y el conocido cantante SAM COOKE.
La actriz REGINA KING es la encargada de la dirección pero el verdadero artífice del film es KEMP POWERS, un guionista, dramaturgo y codirector de cine que en el 2013 escribo el guion teatral (basado en hechos reales), ONE NIGHT ON MIAMI, el cual ha adaptado ahora para formato cinematográfico. Como curiosidad indicar que es codirector de la galardona SOUL, película de animación también de este año.
UNA NOCHE EN MIAMI tiene un comienzo potente, con una buena presentación de los famosos protagonistas, para luego convertirse en una película de interior donde trascurre el resto del metraje. El mayor valor radica en unos potentes e interesantes diálogos, en el que se enfrentan posturas como si de un debate se tratara y en el que el espectador puede sacar distintas conclusiones. Por un lado, la lucha racial, por otro el radicalismo o los intereses personales de los protagonistas y amigos.
Al versar sobre personajes reales y de tanto peso, es importante la buena caracterización de los mismos que se consigue y el buen hacer de los actores que se introducen en tan afamados personajes, destacando el cantante y actor LESLIE ODOM JR y en especial en una de las últimas secuencias de la película.
UNA NOCHE EN MIAMI es una buena película en la que hay que escuchar y decantarse, no por un personaje, sino por determinadas posturas, porque el abanico de estas es amplio y muy enriquecedor.
Una noche en Miami… es el debut como directora de Regina King, actriz con décadas de trabajo a sus espaldas y que recientemente ganó el Oscar a mejor actriz secundaria por su trabajo en El blues de Beale Street. Nos cuenta una reunión entre Sam Cooke, Malcolm X, Muhammad Ali y Jim Brown, allá por 1964, pero lo primero que es importante saber es que está basada en una obra de teatro de Kemp Powers (co-guionista y co-director, por cierto, de Soul), y aún más importante, que no está basada en hechos reales. O al menos, no del todo. Se sabe que estos cuatro eran amigos y que sí pasaron una noche juntos, pero todo lo que sucede dentro de la habitación del motel es ficticio. Saber que esta reunión tuvo lugar, según las mismas palabras de Powers, was like discovering the Black Avengers , y lo que hace es utilizarla como escenario para exponer diferentes ideas sobre los conflictos raciales en Estados Unidos. El resultado es bastante efectivo, en mi opinión. No perfecto, pero ya llegaremos a eso.
Lo primero que quiero tratar es el apartado visual. No es nada del otro mundo, y puede que eso la aleje de la excelencia, estoy de acuerdo. No explota las posibilidades del lenguaje cinematográfico, en el sentido de que no hay planos súper memorables, ni movimientos espectaculares, ni montajes híper reveladores, pero esto mismo se puede decir de la mayoría de películas basadas en obras de teatro. Se puede decir de La duda, de Fences, de Larga jornada hacia la noche, o incluso de La gata sobre el tejado de cinc. Pasa lo mismo con otras cintas en las que, aunque no están basadas en obras de teatro, manda el guion por encima de cualquier cosa, como Spotlight o The man from Earth. En mi opinión, la imagen de una película tiene que ajustarse a las exigencias de lo que se pretende contar, nunca al revés. Una noche en Miami, por la naturaleza de su historia, no necesita a Lubezki como director de fotografía, de la misma forma que la Roma de Cuarón no necesita los diálogos de Woody Allen, porque toman caminos totalmente diferente. Y ojo, que te mole más el cine que apueste por lo visual antes que por lo escrito en el guion es respetable, eso por supuesto. Supongo que lo que quiero decir es que, si ese es el tipo de cine que te interesa, Una noche en Miami no busca ofrecerte eso. Su propósito es otro. A mí, personalmente, la dirección de Regina King me parece aceptable. Sí, puede que algo impersonal y poco vistosa, pero creo que es perdonable. Las películas con guiones así (tan dependiente de sus diálogos) que además se preocupan por sobresalir a nivel visual en un espacio cerrado son la excepción, no la regla.
Ahora, en cuanto al texto. Hace algunas cosas muy bien, pero otra, en mi opinión, no tanto. Triunfa a la hora de desarrollar a cuatro personajes muy distintos, cuatro jóvenes negros en la cima de sus carreras, en una época en la que a una gran parte de la población esto no le hacía demasiada gracia. La mentalidad de todos ellos está clara, y los conflictos que se derivan de ellas son claros, coherentes y comprensibles. Son lo suficientemente complejos como para estar de acuerdo con ellos en una escena y en completo desacuerdo en la siguiente, sin que eso traicione la naturaleza de los personajes. El racismo es el núcleo temático claro, y de ahí él derivan todas las ideas que los enfrentan constantemente: el poder de las figuras públicas, la libertad económica, el colorismo, el consumo del entretenimiento, etcétera. El conflicto de Malcolm con la Nación del Islam y la conversión de Ali también juegan un papel importante. Hay alguna que otra frase excesivamente teatral, alguna decisión en la caracterización que no me convence y alguna idea demasiado prefabricada aquí y allá, pero en líneas generales me gusta lo que oigo. Me gusta cómo se desafían los unos a los otros, cómo se exponen las ideas y cómo se relacionan unas con otras. Para una película así, está claro que necesitas a cuatro actores que estén dispuestos a dejarse la piel en sus personajes. Por suerte, Una noche en Miami los tiene.
Leslie Odom Jr. es una máquina (no hay más que ver su trabajo en Hamilton para darse cuenta), y probablemente ofrezca la mejor interpretación de los cuatro. Es imposible sonar exactamente como Sam Cooke, pero Odom da el pego y se acerca bastante, y consigue estar a la altura del repertorio de uno de los mejores vocalistas que ha dado Estados Unidos. Aldis Hodge, tal vez el más secundario de todos los actores, hace un trabajo más sutil, pero de considerable calidad. Su rol es ser la calma en medio de la tormenta, y lo consigue. Eli Goree tiene el físico adecuado, imita las inflexiones vocales de Ali a la perfección y consigue construir un personaje moderadamente complejo. Lo que tiene que hacer, lo hace muy bien. Tal vez Kingsley Ben-Adir sea el menos bueno de los cuatro. Su interpretación es notable, que nadie me malinterprete. Es declamatorio, vehemente y apasionado, como tiene que ser Malcolm X, pero su energía no termina de atravesar la pantalla, aunque eso se debe, estoy seguro, a la misma naturaleza del guion.
Y ese es mi principal problema con Una noche en Miami: convierte a PERSONAJES en personajes. El propósito de la historia es construir un discurso social, y eso se consigue, pero los nombres de las figuras históricas que protagonizan la historia son solo eso, nombres. Nunca tengo la sensación de estar viendo a las leyendas que se supone que son. El Malcolm X de Kingsley Ben-Adir no puede competir con la intensidad y la complejidad psicológica del de Denzel Washington. Es imposible. Entiendo que no es culpa de la peli, que Una noche en Miami no es un biopic y la comparación no es justa porque la intención de la historia no es esa, pero aun así, se nota. Y es que, ¿cómo haces justicia a cuatro personalidades tan grandes al mismo tiempo? La respuesta es sencilla: no intentándolo. Y lo entiendo. Es comprensible, pero también decepcionante.
Por falta de espacio, dejo mi conclusión en la sección spoilers.