Una mujer llamada Sada Abe
Sinopsis de la película
En 1936, una geisha llamada Sada Abe fue encontrada vagabundeando en los alrededores de Kyoto con un cuchillo, una cuerda y numerosos penes en sus manos. Uno de ellos pertenecía a su ex-amante Kichi, el propietario del hotel donde trabajaba. Ambos pasaron un mes encerrados en una habitación, viviendo un violento y pasional amour fou . Según el amor de Sada se volvió más obsesivo, intentó ir más allá de los límites para mantener la pasión de Kichi, buscando poseerlo por completo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Jitsuroku Abe Sada (A Woman Called Abe Sada)
- Año: 1975
- Duración: 76
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Opinión de la crítica
Película
5.5
90 valoraciones en total
He tenido la suerte de ver hace poco El imperio de los sentidos (Ai no korîda, 1976), de Nagisa Ôshima, y he tenido la suerte, aún mayor, de ver una versión inmediatamente anterior de la historia, real, de Sada Abe, la mujer que en mayo de 1936 mató a su amante y luego le cortó el pene, y que constituye uno de los crímenes pasionales más famosos del Japón del siglo XX. Esta versión inmediatamente anterior es, por supuesto, Jitsuroku Abe Sada (1975), dirigida por Noboru Tanaka. La película de Tanaka es mucho menos conocida -en Occidente, al menos- que la de Ôshima, y sin embargo es más suave en el tratamiento de la historia: no se ven aquí órganos sexuales, ni masculinos ni femeninos, mientras que en el polémico y escandaloso – al menos en su día- film de Ôshima el pene erecto de Tatsuya Fuji era casi un protagonista más de la historia.
La diferencia fundamental está en que el film de Tanaka era respetuoso con las normas de la censura japonesa, y el de Ôshima se las saltaba a la torera por completo. No soy un experto en cine erótico y pornográfico, pero creo que la distancia que hay entre una película y otra es la que hay entre el hardcore y el softcore . La película de Tanaka, pese a haber quedado oscurecida quizá por la de Ôshima, es un estupendo ejemplo del roman porno que producía Nikkatsu en la década de los años 70, y cuenta con momentos sumamente eróticos. En mi opinión, Junko Miyashita está más buena que Eiko Matsuda en el film de Ôshima, pero el atractivo físico de la actriz o el actor, en una historia tan retorcida como la de Sada y Kichi, sólo es un elemento a valorar de entre otros muchos.
Jitsuroku Abe Sada es un film muy recomendable para cualquier aficionado al cine erótico y pornográfíco de los años 70, y su visión es obligada para cualquier admirador de El imperio de los sentidos .