Una mujer difamada
Sinopsis de la película
Cuando Loy, una diva social, calumnia al periodista Tracy, éste decide contraatacar implicando en el asunto a su prometida y al desafortunado Powell, un famosísimo pescador deportivo. El plan de Tracy incluye un matrimonio improvisado, una falsa seducción, la pesca de la trucha, puñetazos, promesas rotas…
Detalles de la película
- Titulo Original: Libeled Lady
- Año: 1936
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
7
87 valoraciones en total
Relevante reparto para una película vertiginosa, alocada pero sensata y de un vigor narrativo increíble cuyo argumento fluctúa entre la propuesta cómica y una interesante intriga.
Posee fuerza, sentido crítico, dinamismo, escenas de inigualable profesionalidad y casi siempre ofrece una valiosa atmósfera de calidez humana.
El guión resalta todas las virtudes del relato -W. Sullivan- y el director -J. Conway- pone de relieve que la comedia bien concebida y elaborada con inteligencia forma parte del cine de primera fila.
Y en ningún caso puede considerarse género menor.
Estupenda actuación del cuarteto de grandes actores sobre los que recae la mayor responsabilidad: S. Tracy, W. Powell, M. Loy y J. Harlow.
Deliciosa comedia de enredo que, por alguna razón que no alcanzo a comprender, ha quedado olvidada en el túnel del tiempo sin merecerlo. Tampoco es que tenga madera de clásico pero es imposible resistirse a la vieja fórmula. Es impresionante la facilidad que tuvieron en USA en los años 30, con medio país en la ruina, para facturar comedias de enredo, ágiles, de diálogos chispeantes y ritmo desbocado, y con la gran mayoría enmarcadas en los estratos más altos de la sociedad. Pura evasión para el vulgo. Nunca Jolibud volvió a tener tanta conciencia social, máxime teniendo en cuenta la vena sádica de la que hacen gala desde hace décadas. Y aquí tenemos otra muestra más de esa entrañable benevolencia, con un gran guión, repleto de idas y venidas y gatos y ratones, dirigida con solvencia y sin alardes y fantásticamente interpretada por los nombre del cartel, especialmente un William Powell tan carismático como de costumbre. Quizás haya algunas situaciones cogidas con pinzas y el final sea un poco apresurado, pero me resulta indecoroso echarle nada en cara a una ONG.
En definitiva, 100 minutos de evasión y sonrisas cómplices aseguradas.
Como ya he señalado en reiteradas ocasiones en otras críticas, me declaro gran admirador de las comedias hollywoodienses de los años 30 y 40.
En mi opinión, este género vivió su edad de oro en esa época de Depresión, cuando la potente industria americana puso su armamento y todo su plantel de grandes creadores al servicio del público, que demandaba un cine de evasión, entretenimiento y sonrisas, no exentas de crítica a las instituciones que les habían llevado a esa misma crisis.
A pesar de que posteriormente hemos tenido grandes directores que nos han regalado geniales comedias, nunca, repito, nunca más, se ha vuelto a dar la perfecta conjunción de grandes genios en todos los campos, al servicio de la comedia.
Los mejores directores de comedia pertenecieron a esta generación, pero también los mejores guionistas, actores principales y secundarios, por no hablar del excelente equipo de detrás de la pantalla que Hollywood tenía en nómina.
Sólo tenéis que echar un vistazo a las grandes comedias que han perdurado de cada década, para que veáis el número de magníficas producciones que nos regaló este periodo. Sí. En esta época la gente lo pasó muy mal, pero estoy seguro que cuando se metían en una sala de cine, reían gozosamente y ninguna otra generación, bastante más afortunada, ha vuelto a tener el placer de reír con ese espíritu gozoso y feliz lleno de alegría y esperanza en el ser humano, que sólo este tipo de comedias proporcionaban.
Y no. No eran cortinas de humo ni tapabobos . La gente sabía perfectamente a qué realidad tenía que enfrentarse día a día. Eran una válvula. Una especie de chute energético que les ayudaba a continuar con sus luchas. Cuando salían del cine, lo hacían renovados y con el espíritu más fuerte y reparado.
Hoy sí que tenemos cortinas de humos. O acaso no pensáis que este cine actual infantil, vacío y carente de valores ¿ no es un tapabobos?. Pero yo voy al cine, pago mis ocho euros y vuelvo a casa más cabreado de lo que he ido y cuando me pongo delante del televisor, la sucesión de realitys chabacanos e insufribles, hacen que me quiera ahorcar.
En fin, me he ido del tema. Aquí tenemos otra de esas magníficas comedias, que por el número de votos que tiene veo que está olvidada, que le da sopas con honda a miles de películas más vistas o reconocidas al menos.
Un magnífico enredo con cuatro grandes Jean Harlow, William Powell, Myrna Loy y Spencer Tracy, sin olvidar en ningún momento a los grandes secundarios que en estas películas tenían una fuerza y un carisma que daban una calidad indudable a estos films. Pasando por un magnífico guion rápido, ingenioso, lleno de enredos y giros, una trama caótica y estrambótica, duplicidad, ironía, juego de identidades….Y con buen gusto.
Una película que me imagino que como no está firmada por uno de los grandes, aunque Jack Conway no es nada desdeñable, pues poco a poco ha ido quedándose en el cajón del olvido, pero que no lo merece en absoluto.
Cierto que el final está resuelto con cierta prisa. En aquél tiempo había que respetar y mucho, la duración del metraje, pero para mí sigue siendo tan ingenioso como el resto del film.
383 votos en el momento en que escribo estas palabras. Se me encoge el corazón ver estas cintas tan dignas, apartadas y dejadas en algún cajón cogiendo polvo. Pienso que se deberían reponer una y otra vez, si no en el cine, en algún canal especializado. Pero tenemos lo que nos merecemos, Cine basura, en tropecientos canales basura.
Si los años cuarenta supusieron la época dorada del Cine Negro, la década anterior estuvo marcada por la proliferación de comedias. Malas, regulares, buenas y muy buenas, de todo hubo. Una mujer difamada está sin duda entre las muy buenas porque cumple a la perfección con las premisas de una gran comedia: el buen hacer en la dirección de Jack Conway, un original y entretenido guión, todo tipo de situaciones rocambolescas, giros imprevistos en la trama y tres de los mejores actores del momento: Myrna Loy, William Powell y Spencer Tracy, que se desenvolvían de maravilla en este tipo de producciones. La película nos habla del gran poder la prensa y de los poquísimos escrúpulos de algunos periodistas (geniales Powell y Tracy) para obtener cualquier historia jugosa, sin importar lo más mínimo que sea cierta o no. La víctima será una recelosa y cansada millonaria (Myrna Loy), una bella joven que ya se ha visto envuelta en todo tipo de rumores antes de que Tracy y Powell entren en acción. Jean Harlow y el veterano Walter Connolly redondean el reparto, por si fuera poco. Estamos ante una ácida e irónica mirada al cruel mundo de la prensa, ante una película que no ha perdido ni un ápice de frescura . Una mujer difamada es, probablemente, una de las cinco mejores comedias de toda la década.
Película dirigida por Jack Conway, conformada por con un un gran elenco como Spencer Tracy, Jean Harlow, Myrna Loy y William Powell, mostrando que en la comedia eran como peces en el agua, ahora bien, voy a tratar de contar el argumento principal, ya que es algo complicada, la historia empieza con la publicación en un periódico de un falso rumor, que involucra a Connie Allenbury (Myrna Loy) una rica heredera, en el cual informan un supuesto casamiento de ella con un hombre casado, por lo cual ella demandara al diario por dicha difamación, por la suma de un millón de dólares, y al ser Haggerty (Spencer Tracy) responsable de la publicación, solicitará de la ayuda de un amigo, que es un experto en los engaños Bill Chandler (William Powell), juntos elaboraran un plan, que consistirá en casar primero a Bill con Gladis (Jean Harlow), de ahí Bill deberá seducir a Connie, para que el rumor ahora si sea real, y com esto retire su denuncia.
Esto generara una serie de escenas y diálogos divertidos como ingeniosos, cargado de gran cinismo, en especial por los personajes de Tracy y Powell, cada uno tratará, de llevar las cosas para donde mas les conviene, produciendose una sucesion de trampas y engaños realmente divertidos.
Tiene a su vez un ritmo ágil, con una buena dirección de actores, brindándonos una película divertida, si bien el final puede ser un tanto apresurado, eso no resta meritos a esta, constituyéndose una excelente comedia, una de la mejores comedias de la historia, digna de apreciar por el publico.