Una aventura extraordinaria
Sinopsis de la película
En los años ochenta, un periodista (John Krasinski) y una voluntaria de Greenpeace (Drew Barrymore) se proponen salvar a una familia de majestuosas ballenas grises que han quedado atrapadas por los hielos del Círculo Polar Ártico. Para conseguirlo deben contar con la colaboración de los miembros de la comunidad inuit, de las empresas petroleras y del ejército estadounidense. Esta situación da lugar a que se establezca una especie de tregua, aunque pasajera, en la Guerra Fría. Historia basada en hechos reales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Big Miracle (Everybody Loves Whales)
- Año: 2012
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
5.2
60 valoraciones en total
No sé si Una aventura extraordinaria es realmente es una película extraordinaria… Ni siquiera sé si es una aventura. Sus primeros compases pueden anunciar una propuesta familiar y tierna sobre las tradiciones esquimales y el paso y contacto del hombre ‘civilizado’ que cambió su forma de ver el mundo. Sólo encuentro interés en la comparación con nuestros tiempos de redes sociales que agilizan el día a día y la información a golpe de trending topic. ¿Cómo se gestaban en tiempos en los que Internet era un proyecto? La historia de Fred (Pedro), Wilma y Bam-Bam durante 1988 es esa historia sobre fines y personas, sobre fines y sin delfines. El chiste es malo pero esta película es peor.
El problema principal de la película de Ken Kwapis es que se forma sobre una gran historia coral con todos los implicados reales. Tiene la decencia de mostrar al final imágenes reales que en algunos casos difieren soberanamente de la ficción establecida. Yo, si hubiera sido ellos, me hubiera callado como la protagonista de Pretty Woman. En el caso del coronel de la Guardia Nacional de Alaska, que interpreta Dermot Mulroney, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia o mera vergüenza ajena.
La propuesta podría definirse como una redefinición de la inefable ¡Liberad a Willy! mediante la recreación de un suceso real que unió al mundo para salvar a una familia de ballenas que quedaron atrapadas bajo el hielo en 1988 y que hizo que la guerra fría quedara descongelada por un bien y fin común. El problema del guión de Una aventura extraordinaria es que viene de los responsables de grandes historias como Cariño estoy hecho un perro, El príncipe y yo y Mamá a la fuerza. Creo que sobran las palabras porque está todo escrito.
Resumiría la propuesta en tres factores, a modo de capas de hielo, que imposibilitan a mi juicio que el público pueda emocionarse:
1.- Los cromas y decorados risibles y visibles.
2.- El doble de Ronald Reagan mostrado desde el escorzo y peluquín.
3.- En el momento de mayor clímax diplomático se reúnen en una sala para debatir la intervención del eterno enemigo en el salvamento: la ayudante ejecutiva del Gabinete de la Casa Blanca, el coronel de la Guardia Nacional de Alaska, la directora de Greenpeace en Anchorage, el reportero televisivo estrella, un magnate del petróleo que está poniendo la pasta y medios necesarios… ¡y el niño esquimal! ¿El niño esquimal? ¡Y escuchando su walkman y pasando de todos ellos! ¿¡Pero qué hace ahí!?
No es por desacreditar a Kwapis pero hay que recordar que en 1988, cuando suceden los hechos de esta película, estrenaba El misterio de la pirámide de oro con Cyndi Lauper y Jeff Goldblum, donde una peluquera y un funcionario de un museo con poderes parten a hacer una misión humanitaria llena de peligros en los Andes… No la he visto, pero creo que es más creíble que esta…
Una tiene la sensación de estar viendo un producto de la factoría Disney si no fuera porque el propio comienzo de la película te recuerda que se trata de un hecho real, para más índole, ocurrido en 1988 bajo mandato de un Ronald Reagan funestamente caracterizado en la misma. Cine familiar, entretenido, que cumple con creces su buen cometido de hacerte sentir orgullosa de pertenecer a la raza humana pero con muchos huecos en su desarrollo. La unión de los esquimales, de los empresarios y de la correspondiente ONG -en este caso, Greenpeace- para la salvación de tres indefensas ballenas (lástima que no lo hagan para nada más) es tan endeble e insulsa que pierde todo su gancho nada más empezar, no te equivoques, es encantadora, bonita y tierna…, lo cual no sería incompatible con un guión más exigente y riguroso -bastaba con seguir la línea que se observa en la conversación que mantienen los 3 lados implicados-, es decir, un poco más ambiciosa que simplemente el hecho de mostrar una copia de Liberad a Willy . Pero, qué esperar de quien es responsable de Cariño estoy hecho un perro ! Pensándolo bien, puede que compararla con la citada cinta sea injusto para esta misma! y…, dejo aparte la estupidez de la traducción del título a nuestra lengua porque sería cansino repetirme tanto!
En Una aventura extraordinaria nos cuentan la bonita y a la par dramática historia de la salvación de tres ballenas que atrapadas bajo una espesa capa de hielo logran conmover para su salvación a la población ballenera, a una empresa petrolífera y por si esto fuera poco, a los ejércitos soviético y estadounidense.
Una bonita y familiar historia con espíritu Disney que aunque me digan que está basada en hechos reales, cuesta creer que una empresa tan azarosa y complicada logre tanto de gente tan diversa y con fuertes intereses económicos y culturales de por medio.
Si uno es un poco realista sabe que la población indígena ballenera aparca sus viejas tradiciones por un par de días para luego seguir matando indiscriminadamente. Pero claro… es que es su tradición y ya sabemos lo que pasa en todas partes con las tradiciones.
Y que decir del magnate del petróleo interpretado por Ted Danson, pues digo tres cuartos de lo mismo. Al ver que además de no ganar dinero con la explotación petrolífera del lugar, encima tiene que poner de su bolsillo miles de dólares para el rescate, no puedo pensar que de una manera tan relativamente fácil, una mente cuyo único afán es hacer dinero se vaya a ablandar de esa manera y ya está. Claro que vemos que al final lo que pierde por un lado lo gana ampliamente por otro.
En cualquier caso que sirva para remover alguna que otra conciencia además de entretener.
En 1988 sucedieron muchas cosas, desde las más lúdicas, como los Juegos Olímpicos de Seúl o la Eurocopa de Fútbol hasta las más dramáticas, como las guerras de Iran-Irak, Afganistán, Centroamérica, el Líbano o África, atentados terroristas como el de Lockerbie con 270 muertos o incidentes tan espinosos como el ataque con misiles de un crucero de EE.UU. al vuelo 655 de Iran Air que mató a 290 pasajeros. Sin embargo, según Ken Kwapis, el mundo está pendiente de unas ballenas que se han quedado atrapadas en los hielos de Alaska. Al menos no se podrá decir que se lo ha inventado pues el suceso está basado en hechos reales.
Una aventura extraordinaria es bienintencionada en su labor ecológica pero como película es un rollo total. Nunca engancha sino que aburre con su carrusel de personajes y tramas paralelas, cosa que también distanciará a los más pequeños que sólo quieren ver a los animalitos. Por mi parte, me sumo a la tesis del reportero rival. A ver si las ballenas resulta que se meten a políticos o mejor, se vuelven asesinas devorando al nutrido grupo de curiosos, periodistas y cooperantes que se agolpan alrededor. También esperaba que Drew Barrymore se convirtiera en un Ángel de Charlie y sacara al cetáceo a pulso de la cola. Encima, ni me ponen a los Guns and Roses.
Uno de los títulos provisionales era Everybody loves whales ( A todo el mundo le gustan las ballenas ), que habría estado mejor que algo tan tontamente genérico como Una Aventura Extraordinaria .
Está basada en una historia real que tuvo lugar a finales de los ochenta. Tres ballenas se encuentran atrapadas bajo una gruesa capa de hielo en el círculo polar ártico. Al principio, eso sólo llama la atención de algunos amantes de los animales, pero poco a poco éstos van convenciendo a más y más personas, hasta que la operación de rescate se convierte en un acontecimiento mediático mundial, de ahí lo de A todo el mundo le gustan las ballenas .
Drew Barrymore es Rachel Kramer, la presidenta de Greenpeace, que tiene que convencer a su gobierno de que ponga algo de dinero en la operación de rescate. Para ello hace llegar la historia al público, al que se le cae la baba de tal forma que al final al presidente no le queda otra alternativa que poner de su parte.
Después tiene que enfrentarse a los esquimales. Éstos quieren aprovechar a que las ballenas están atrapadas para, de hecho, matarlas y aprovechar su carne y su piel, porque a eso es a lo que se dedican a esa época del año. Pero después de un par de reuniones y del pequeño discurso de un cazador veterano con un corazón de oro, cambian de opinión y terminan siendo los que más ponen de su parte en la operación. Una cosa interesante es que el rodaje tuvo lugar íntegramente en Alaska, por lo que muchos de los secundarios son nativos de la zona donde ocurrió la historia real.
Llegan los medios de comunicación desde todos los rincones del mundo. Los dos periodistas más prominentes en el argumento son la pareja interpretada por Kristen Bell y John Krasinski. Ella está preocupada por levantar su carrera profesional de cualquier forma que sea posible, y él es un antiguo novio del personaje de Barrymore. Él termina ayudando todo lo posible en la causa y volviendo con su antigua pareja, mientras que ella sólo se hace más egoísta según avanza la cinta, e incluso la vemos al final del todo conseguir su propio programa de cotilleos. Me pregunté si esta chica estaba basada en una persona real y qué opinaría ella de la representación de su personaje, resulta que en realidad está inspirada en todos aquellos profesionales mediáticos que en seguida se encontraron atrapados en un ambiente que no era el suyo.
Entre soldados, conductores, periodistas, esquimales y demás fauna, constantemente nos repiten historias de amores y desamores, descubrimientos personales, revelaciones kármicas, una detrás de otra. Por ejemplo, está el jovencísimo nieto del cazador veterano, que al principio intenta sacar tajada de la situación, vendiendo cartones anti-frío a los periodistas a precios abusivos, y después su personalidad va cambiando. Tantos personajes pasan por desarrollos tan parecidos que se hace muy cansino. Esto es el peor aspecto de la película.
Un año después del acontecimiento, se escribió un libro titulado Freeing the Whales (Liberando a las ballenas), que relataba con gran detalle los sucesos. Parece ser que se intentó hacer una adaptación televisiva a finales de los 90 basada en ese libro, pero el guión se quedó sin producir hasta mucho después: Ésta película es el resultado de sacar las carpetas del proyecto olvidado y limpiarlas de polvo. Según las declaraciones del guionista que finalmente le dio forma: Las primeras versiones eran mucho más satíricas . Estoy convencido de que habría preferido una de esas versiones. No es una mala película, pero el estilo del guión está muy desfasado, es muy blandengue. Lo más interesante es la parte relacionada con la Guerra Fría, pero sólo ocurre cerca del final y tampoco tiene tanta relevancia en el gran esquema de la cinta como me hubiera gustado. El resto del guión es mucho más familiar, con una moraleja tópica y efectista.
Sólo los efectos especiales la convierten en un producto de nuestro tiempo, y eso ya es triste, pero hay que decir que cumplen su objetivo de pasar desapercibidos para que no molesten al drama humano, y por lo tanto tienen su mérito. Construyeron animatrónicas muy realistas para las cabezas de las ballenas, y el set principal es una enorme piscina rodeada de hielo. Sólo se usan efectos digitales para simular el lejano horizonte, para cuando vemos a los cetáceos nadando bajo el agua, y para la secuencia final.
Concluyendo, no es una mala película, pero sólo se la recomendaría de corazón a los amantes de los animales, y quizá a los padres que quieran educar a los niños pequeños en lo importante que es preocuparse por el medio ambiente.
Y esta es la historia de cómo he conseguido redactar una crítica completa de esta película sin mencionar en ningún momento Liberad a Willy .