Un verano en La Goulette
Sinopsis de la película
Año 1967. En la Goulette, una pequeña ciudad portuaria tunecina, conviven en perfecta armonía distintos grupos étnicos. Yousseí, el musulmán, Jojo, el judío tunecino, y Giuseppe, el siciliano católico, eran tan inseparables como sus tres hijas de 16 años. En una especie de conspiración adolescente, las tres chicas deciden perder su virginidad el 15 de Agosto, el día de la Virgen. Lo malo es que se fijan en chicos de distinta religión, lo que supone violar un tabú. Todo ello ocurre en vísperas de la guerra de los Seis Días, contienda que enfrentará para siempre a judíos y musulmanes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Un été à La Goulette
- Año: 1995
- Duración: 89
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes obtener una copia de esta película en formato 4K y HD. Seguidamente te añadimos un listado de fuentes de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
6.2
87 valoraciones en total
La segunda película de Férid Boughedir es un bello cuento con final feliz sobre la convivencia entre culturas. Una historia que se contempla con facilidad y que entretiene, en la que el mezquino, encubierto de intransigencia religiosa, es felizmente derrotado.
Un film muy interesante para quien no conoce Tunez desde dentro, por la credibilidad que desprende el relato.
Bien interpretada y construida, Un verano en la Goulette es una obra sencilla y optimista.
Y a ratos vulgar. Una película (y vuelvo a reiterar) costumbrista y complaciente, donde el riesgo o el atrevimiento brillan por su ausencia. Familias humildes que son pobres pero felices porque viven unidas y cultivando los valores tradicionales, amigos que tienen sus riñas pero que en el fondo se quieren, a pesar de sus diferencias religiosas, unas jovencitas inocentes que buscan el amor prohibido, un malo con muy mal carácter que además es rico y quiere comprar el amor de una de las jóvenes… Joder, debe tener los mismos ingredientes de cientos y cientos de pelis mudas, que hace mil años que no se hacen por lo vistíiiiiiiiisimas que están.
Luego la forma en que se ha tratado el tema erótico no me ha convencido nada, resulta todo muy ordinario, casi guarro (sin llegar tampoco al insulto visual del cine español contemporáneo, ¿eh?).
No digo que la película no esté para verla, en fin, no es desagradable ni nada. Es sólo que la veo muy plana, todo muy lineal, con pocos colores, previsible. Verdaderamente, si todas las películas procedentes de países raros recurren al costumbrismo, tal y como señalo en anteriores críticas, todo lo que tendremos es un montón de folletos que dicen Visiten nuestro país y enamórense de nuestra cultura. Pero si lo pensáis un momento, veréis que algunas películas malas que han hecho eso de España en ese plan, han resultado ridículas: poniendo toreros por las esquinas, y abanicos, y mujeres con velo, y curas haciendo tortilla de patatas en la pila bautismal. Si queréis, os remito al ejemplo calamitoso de LOS FANTASMAS DE GOYA.
Por eso digo, que aunque esta cinta no está del todo mal, considero que va por el camino erróneo.
UN VERANO EN LA GOULETTE, no es una gran película, pero tiene el valor de la sencillez, la fotografía que nos muestra la luz, la blancura de las casas tunecinas y el azul mediterráneo, a todo ello hay que añadir la historia que narra de buena convivencia y amistad entre las personas pertenecientes a las tres religiones del tronco de Abraham: judíos, cristianos e islamitas (al igual que siempre ha sucedido en ciudades también mediterráneas y luminosas del norte de África tales como Ceuta o Melilla), que por supuesto luego cada quien gusta de seguir sus tradiciones y es contrario a que sus hijos o hijas se casen con personas que no sean de la propia religión, cierto, pero independientemente de esto, la realidad que muestra este film está fielmente transmitida y efectivamente así ocurre en repetidos lugares de las costas del mar Mediterráneo africano y europeo, donde la gente a parte de ser de cualquiera de estas tres grandes religiones monoteistas, sienten el mismo amor por la misma patria o país que les une, saben intercambiarse sus comidas, invitarse mutuamente a sus fiestas, los jóvenes estudian en las mismas escuelas, los hombres juegan juntos, todos saben conllevarse bastante respetuosamente en la convivencia diaria.
Son los fanáticos religiosos de cada una de esas tres religiones los que comienzan a imponer símbolos separatistas como el velo y a crear abismos, recelos y xenofobias que no vienen a cuento y no tienen razón de ser ni de valor. Y yo que he nacido en Ceuta sé de lo que hablo: en los años 60, 70 u 80 del siglo XX, a pesar de nuestras diferencias de creencias religiosas, todos convivíamos, en la Goulette, en Ceuta y en Melilla, por ejemplo, como conciudadanos que se conocen la cara, que se ayudan e intercambian en armonía, por supuesto no se veía un burka ni nada de semejante provocación separatista. Hoy en estos lugares cada día son más frecuente ver a mujeres completamente cubiertas, salvo las manos y algo de los ojos, absurdo que lo único que crea son enemistades, separaciones y malos entendimientos, dado que lo mínimo que requiere la amistad, la comprensión y la buena convivencia es verse la cara unos a otros y de frente (este tipo de vestimenta para ocultar el espejo del alma , además de no pertenecer en esencia a ninguna de las tres referidas religiones ni tampoco a las costumbres abiertas de los ribereños mediterráneos, es un retroceso anacrónico importado por los fanáticos y gente que odia o vive de fomentar los guetos).
UN VERANO EN LA GOULETTE, es pues un canto a una intercomunicación cordial que está desapareciendo y era ecumenismo natural de la mejor idiosincrasia humana.
Fej Delvahe
Se enfrentan en la película la mentalidad libre de la juventud y las mentalidades algo más tradicionales de cada uno de los padres de las tres protagonistas, estos algo más diferentes, aunque con una convivencia basada en el respeto mutuo, eso sí, juntos pero no revueltos.
Por otro lado se muestra también otro punto en común, sea cual sea la cultura, y es que un padre nunca quiere reconocer que su niña ya no es tan niña.